Parte 16

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Aquel mismo día en la tarde, Helena y Troya llegaron "casualmente" de visita.

Entre conversa y conversa, Helena convence a Anna para ir a dar una vuelta, al aceptar, ambas salen por un par de horas.

En esas horas Troya y yo organizamos una sorpresa a Anna, ya que un día como este es su cumpleaños.

Cumple 24 años de edad.

Con Troya colgábamos unos globos color azul en una de las lámparas. (El color favorito de Anna)

Estaba arriba de una silla dándomelas de diseñador en la casa.

Aquella celebración había surgido del momento, como una estrella fugaz.

Le había pedido a Helena que no comprara una torta, ya que a Anna no le gustan.

Sonrío al recordar aquel pequeño detalle que tenemos en común.

Al paso de una hora, junto con Troya, ya tenemos listo el living, el cual será el centro del cumpleaños.

La casa está decorada con tonos azules y verdes, y por el aspecto a pesar de que con Troya hemos puesto el mejor empeño posible, no hay caso.

Se nota a una milla de distancia, que aquello lo ha decorado un hombre.

-bueno, nadie es perfecto.

Me dice Troya mientras reacomoda una de las sillas que hemos sacado.

Sonrío mientras me dirijo a la cocina, en la cual se encuentran las bolsas de las compras que ise aquel día en la tarde.

Con ayuda comienzo a sacar todo lo que había en ellas.

Galletas, y cervezas.

La torta de por si la hemos suplantado por una enorme pizza familiar la cual reposa tranquilamente en el horno.

Troya desamarra una bolsa, y al sacar el contenido sonreímos.

-24 años, creo que me siento viejo.

-no es para tanto.

Me rio de lo melodramático que es Troya.

Minutos después, cuando la noche ya ha llegado, escuchamos el abrir de la puerta de entrada.

Las luces se encuentran apagadas. Troya está Oculto tras el sillón central.

Escucho que Anna reclama por la luz apagada, Helena ríe mientras dice "de seguro están dormidos en el cuarto"

Mi lugar está en la cocina, en donde mi participación comienza a ser necesaria.

Rápidamente enciendo las velas del dos y el cuatro, las cuales he puesto en la bandeja, en la cual se encuentra la pizza.

Una vez encendidas comienzo a cantar "feliz cumpleaños" mientras camino en la oscuridad con la pizza en las manos y las velas encendidas en ella iluminan parte de la estancia.

A mi canto se les unen Helena y Troya, el cual hace explotar una de esas cosas utilizadas en año nuevo, las que disparan papel.

Se enciende la luz y veo que Anna se tapa la cara, esta sonrojada.

Su cabello brilla despeinado, su vestuario holgado y extravagante.

Al terminar la canción, ya estando frente a ella y Troya y Helena junto a nosotros, le digo "pide tres deseos y sopla las velas"

Anna nos mira a los tres, guarda silencio por unos segundos, luego tomando aire, lo expulsa apagando de un soplido las velas.

Los tres aplaudimos y la felicitamos.

Al dejar la bandeja de pizza en la mesita de estar, mis brazos rodean su cuerpo y La abrazo dulcemente.

En un susurro ella me dice que había olvidado su cumpleaños, sonriendo le respondo un simple "suele pasar", es en esos momentos cuando la música comienza a resonar en la estancia comenzamos la celebración.

Luego de comernos las pizzas, nos terminamos el alcohol. Ya entonados comenzamos a bailar la mezcla de música que hay aquella noche en mi casa.

Es en una romántica, cuando Troya y Helena se ponen raros, y comienzan a bailarla muy abrazados en un espacio que hemos dejado al correr los sillones a una esquina.

Anna los observa sonriendo, con un brillo en los ojos.

No puedo dejar de mirarla, ya que como siempre ella me hipnotiza. Es como si fuera una ninfa de los bosques, o quien sabe, la mismísima Krein.

Sin embargo aquel hechizo de mujer, el cual me mantiene erecto y poseído solo yo lo he logrado sentir. Y sentir lo he logrado solo con ella, con mi dulce amiga Anna García.

Sin embargo como dice la canción, soy un pobre tonto, un ingenuo y un charlatán. Que por intentar ser gavilán, solo logre ser una simple paloma. Una paloma embrujada, una paloma desprotegida, una paloma completamente enamorada, la cual sufre cada día al no poder demostrar lo que siente.

Tengo miedo, miedo a perder a aquella hechicera, a aquella ninfa de los bosques encantados, a mi hermoso embrujo de Krein.

No puedo con el palpitar de mi corazón, no puedo tenerla lejos, no puedo no besarla, porque es ella, ella es la dueña de mi corazón.

Y siento que me delata la mirada, aquella traicionera que no puede dejar de enredarse en sus cabellos despeinados, aquella que se pierde en su extensa piel suave, aquella que se pierde en su mirada oscura, aquella llena de sensaciones.

Siento que todo yo me traiciona, mis acciones involuntarias, todo yo es un traidor el cual no sabe controlar lo que siente.

Pero verla ahí, mirando con una sonrisa tierna, cálida, a nuestros amigos, los cuales no sienten vergüenza de expresar lo que sienten tan melosamente.

Los admiro de verdad.

Ella, mi Anna, si, ella me cautiva, me enloquece,

Ella, mi Anna, la que me hace perder el control, la que me ha hecho actuar como un ser humano, la que logra que despegue hacia el otro mundo.

Hacia aquel, aquel participe de los cuentos de mi madre.

Anna es mi luna, mi luna resplandeciente, la que me acompaña en mis noches desoladas, la que me acompañó en tantas noches de pecado.

Y asi como ella es mi luna, la propia luna es nuestra única testigo...

Mirándola asi, asi de cautivado.

Asi de cautivado por ella, ¿Cómo puedo no invitarla a bailar?

Un baile no hace daño al mundo, y menos si es con ella, ella, si ella, siempre ella.

Mi luna, mi diosa, mi hermosa loca, mi loca amiga. Anna, siempre ella. Mi magnifica hechicera, ella, el embrujo perfecto, y yo, su más grande perdición...

Anna, yo te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora