ᴇʟ ᴄᴏ́ᴅɪɢᴏ ᴅᴇʟ ᴍɪᴇᴅᴏ. | ᴀᴛᴇᴇᴢ.

está en el hospital.

keonhee estaba raro, lo había notado porque cuando llegó no lo saludó y él siempre lo hacía, también cuando tuvieron su primer descanso y su amigo solo corrió como alma que lleva el diablo.

—me esta evitando.—se dijo a sí mismo cuando intentó acercársele, por décima vez en lo que iba del día, lo cual eran seis horas, pero dando el mismo resultado; su amigo huyendo.

en su mente solo había una excusa valida para qué keonhed huyera de él y eran esas estúpidas notas que le estaban arruinando la vida. pensó en suicidarse hace dos días, pero como todo cobarde no pudo. él no era débil. lo que sí pudo hacer fue pensar en porque ellos.

bien, cada uno tenía algo destacable y debía admitir que eran guapos, pero ¿eso que tenía que ver? antes de aquello eran completos desconocidos y ahora se siente como si hubieson compartido biberón.

—¡yunho!

dió un pequeño brinco en su banco, le habían gritado en su oído justo cuando estaba perdido en algo, sumamente genial. cuando una persona hace eso el oído está sensible y cualquier ruido fuerte en dirección a este suele aumentar haciendo que, en algunos casos, los nervios aumenten provocando miedo, aunque yunho vive con miedo desde hace días.

—¡san, no vuelvas a hacer eso!—tapó su oído con su mano derecha dirigiendo una mirada que mezclaba rabia y miedo en ella.—¿no puedes simplemente tocarme el hombro o jalar mi cabello?

san negó hipando y sollozando, él pensaba que era por el grito que le había dado y estaba dispuesto a pedirle disculpa, estaba.

cuando se acercó a san sus ojos de forma inconsciente se dirigieron a la puerta sorprendiendose de ver a todos ahí, a todos excepto a mingi. de igual forma, abrazó a san. lo envolvió en sus brazos mientras se colocaba de pie y le decía palabras básicas ya que no sabía porqué el chico lloraba.

san fue arrebatado de sus brazos por un preocupado y enojado wooyoung, intentó tocar el cabello del chico, pero el otro no se lo permitió.

—yunho, a seonghwa lo llamó alguien.—asintió sin saber que tenía que ver él con una llamada, supone, personal de aquel chico mayor.—era un número desconocido, ¿sabes dónde está mingi?

negó. desde aquel accidente en la casa del mencionado no le había dirigido la mirada, nisiquiera de reojo, porque en su cabeza seguía reproduciéndose el cuerpo de mingi cayendo, mingi sangrando, mingi llorando y aquellos malditos números en su brazo. está demás decir que no podía dormir, que abrazar a su peluche de infancia que lo protegía de los monstruos se había vuelto un hábito de dormir.

—está en el hospital.—sus ojos se abrieron en grande y pudo, el realmente pudo, sentir como su respiración se aceleraba. miedo, un efecto secundario del miedo que había desarrollado desde la aparición de las notas.

miró a jongho intentando buscar una respuesta, algo que le dijera que era mentira, pero el chico solo evitó su mirada bajando su gorra roja hasta que sus ojos desaparecieron en esta.

—mingi, está en el hospital. al parecer fue atropellado por un auto cuando se dirigía a la escuela.

entonces aquella pregunta que siempre se hacía cuando veía una nota en su casillero volvió a su mente, ¿debía responder alguna para que todo acabara?

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ermh, sé que está algo ¿fatal?
pero estoy corta de tiempo y imaginación.

oh, olvidé decir algo;

la carta de yunho fue a san.
la carta de san fue a yeosang.
la carta de yeosang fue a yunho.
la carta de hongjoong fue a wooyoung.
la carta de wooyoung fue a seonghwa.
la carta de seonghwa fue a hongjoong.