En el camino de regreso, Mark sólo podía repasar los eventos una y otra vez en su mente. No podía borrar de su cabeza la imagen de Jackson con esa mirada en los ojos. Aquellos orbes sólo miraban con asco y repulsión, juzgándolos sin ningún tipo de culpa.
Él sabía muy bien que el Wang era de esa forma porque su familia le había inculcado eso. Lo entendía hasta cierto punto, pero eso no significaba que no le doliese. Otra daga más se clavó en su espalda, una invisible y efímera, pero jodidamente filosa.
El trayecto fue silencioso. Aquello Mark lo agradecía de forma interna, pues así podía pensar mejor entre sus propios conflictos internos. La neblina densa que rondaba por su mente le impedía visualizar más allá. Le impedía ver esa solución que tanto buscaba de forma incansable pero que jamás encontraba. No importa que tanto buscara, jamás la logró encontrar. Es más, ¿había siquiera una solución a todo eso? No lo sabía.
Lo único que Mark tenía totalmente claro es que ya estaba cansado. Ya no quería seguir de esa forma.
Jackson, por su parte, caminaba junto al mayor con el ceño fruncido y las manos en los bolsillos de su pantalón. El otro estaba inusualmente callado y pensativo, haciéndole estresar esa misma reacción tan frecuente en ocasiones espontáneas. Jackson jamás entendió porque Mark se volvía de esa manera de la nada. En el pasado, habría intentado varias veces averiguar y entenderlo, pero aquello jamás sucedió. Mark se encargó de ocultarlo bien y Jackson se cansó de insistir.
A pesar de estar caminando juntos, parecía que cada uno llevaba una dirección distinta y totalmente contraria a la del otro. Tal y como si un muro gigantesco e invisible estuviera entre los dos.
Cuando finalmente llegaron, la casa de Jackson parecía inexplicablemente pesada. Su ambiente estaba lleno de tensión e incomodidad, un peso que se iba acrecentando con el paso de los minutos.
Mark no sabía muy bien qué decir, solo quería llegar a casa y tumbarse en su cama. Una siesta no era en absoluto mala idea. Simplemente eso, dormir. Dormir por mucho tiempo con la esperanza de borrar un poco las sombras de su mente sólo por un rato. Sólo eso.
Jackson parecía debatirse sobre qué decir. El Tuan reconocía que éste quería decirle algo, pero al mismo tiempo parecía arrepentirse. Mark terminó soltando un suspiro involuntario y se dijo a sí mismo que lo mejor sería volver a su hogar.
—Adiós, Jackson. Nos vemos después. — Le dijo mientras se volteaba para empezar a bajar las cortas escaleras de la entrada.
—Mark, oye... — salió rápidamente de la boca del más bajo — Tú... ¿Estás bien?
Aquella pregunta le tomó por sorpresa, pues realmente nunca imaginó que su compañero fuese a interesarle cómo se sentía. ¿Realmente lo hacía o sólo era porque su cara parecía ser la de alguien que estaba a punto de llorar?
Mark, con todo el esfuerzo del mundo, sonrió colocando la mejor expresión de felicidad ficticia que pudo —Claro que sí, Jackson. Todo está bien.
—Siento que ocultas algo, Mark... — habló el Wang después de unos silenciosos segundos mientras le miraba entrecerrado sus ojos, con toda la pinta de no creerle nada — De verdad, siento que me estás ocultando algo y eso me está jodiendo mucho.
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Wrong Words [Markson]
RomanceJackson y Mark son mejores amigos desde que se conocieron. La química entre ellos no puede ser descrita de otra forma más que perfecta. Mark ama, realmente, todo de Jackson. Excepto la parte donde él muestra su horrible y cruel lado homofóbico. Sin...