La vista que sus ojos admiraban era simplemente hermosa. Un maravilloso paisaje que le encantaba ver por una buena cantidad de tiempo. La razón jamás la supo, sólo le gustaba. Le hacía relajarse en demasía y estar en calma plena.
Inhaló con fuerza y el aire frío entró en sus fosas nasales. El olor de la naturaleza le gustaba también, detestaba todo lo que tenía que ver con dióxido de carbono y con el humo del cigarro ahora. El olor campestre se había vuelto su favorito eventualmente. El canto de algunos pájaros por el lugar hacía todo mucho más agradable, mucho más familiar. Los animalitos cantaban una graciosa melodía que animaba su estado de ánimo.
Jackson burla de sí mismo mentalmente, pensando con ironía. No sabe por qué aún luego de tanto tiempo se sigue sintiendo nervioso cada vez que va a verlo. Estaba seguro que era el efecto que causaba sobre él.
Intentó entonces, inútilmente, peinar su cabello –que ahora es de un color castaño oscuro, mucho más natural- y de arreglar su saco. Él sabía que a Mark nunca le gustó verle desarreglado. Se rió de nuevo, diciéndose que finalmente había aprendido cómo atarse bien la corbata y arreglarse el cuello de su camisa. Él recordó cómo Mark siempre fruncía el ceño graciosamente cada vez que le veía con su indumentaria mal puesta, entonces, éste lo arreglaría para él.
Aprovecha la oportunidad y huele sus muñecas, preguntándose si la colonia que se había colocado lo hacía ver más cool. Había sido un regalo de parte de Mark, se lo dio en su cumpleaños de hacía cuatro años alegando que "ese olor realmente va contigo, te hace ver más cool."
Él se ríe una vez más. —Sólo quería prepararme para la ocasión. Es una ocasión especial, después de todo. Siempre que vengo, es una ocasión especial. Y en este día todavía más.
Jackson le regala una sonrisa de medio lado, observando las hebras rubias ajenas que, aunque eran teñidas, le quedaban perfectas a él. Porque a él todo le quedaba perfecto. Pasó sutilmente sus dedos sobre ellas, inundando su mente de la imagen en su mano, recordando la suavidad de éstas. Luego observa la hermosa y blanquecina hilera de dientes, aquella que sus dedos recorren posteriormente con lentitud.
—Lindo... —él susurra para sí mismo, denotando lo feliz que Mark se encontraba en esa fotografía.
Había pasado un tiempo desde que Jackson había ido de nuevo a ver a Mark. Había estado algo ocupado con sus estudios, pero él siempre sacaba tiempo para ir a visitarle. Y como de costumbre, le llevó un ramo de flores, de las mismas que él le había llevado el día que se iba a confesar. Sacó una dalia rosada, brillante y saludable, y decidió colocársela justo al lado de la fotografía. El ramo lo dejó en el suelo, justo a los pies del mármol de la pulida lápida, por donde lentamente terminó pasando sus dedos, delineando el nombre que se encontraba grabado en ella.
Inhaló aire y dio un vistazo al cielo, sintiendo la brisa fría pasar por su rostro. Jackson observó nuevamente la foto de Mark y se agachó para estar a la par. Vuelve a ver nuevamente cada detalle de aquel fino rostro. Se entretuvo enfocándose más de la cuenta en las sutiles marcas bajo sus ojos cuando éstos se achinaban al sonreír, en sus largas pestañas, en sus cejas medio pobladas con bonita forma. En la línea de su mandíbula marcada levemente, en sus labios abultados y rosáceos, en sus dientes con colmillos pronunciados y en los cómicos lunares que marcaban su rostro hermosamente.
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Wrong Words [Markson]
RomanceJackson y Mark son mejores amigos desde que se conocieron. La química entre ellos no puede ser descrita de otra forma más que perfecta. Mark ama, realmente, todo de Jackson. Excepto la parte donde él muestra su horrible y cruel lado homofóbico. Sin...