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ZOE

Durante toda la noche me dije a mi misma que Ji Yong me ama, lo he sentido cada día, tanto así que no eran necesarias las palabras para comprender lo que había en su corazón. Tal vez él tenía razón, lo que había entre nosotros no se podía explicar.
Pensando las cosas de manera racional; no debería iniciar un gran problema por esto, no sabemos lo que pueda ocurrir en el futuro quizá en algún momento indicado y necesario pueda escuchar aquellas palabras pero por lo pronto obligo a mi corazón llenarse de paciencia y determinación ya que lo peor que podría pasar es forzar las cosas.

Apoyo las palmas sobre mi mesa de trabajo y me pongo de pie para quitarme de encima las malas vibras. Aprovecho la soledad en el taller de diseño en invoco un mantra motivador: — ¡Todo esta bien! ¡Todo está bien! — repito para mí misma.

— ¿También hablas sola?

— ¡Ay dios! — doy un brinco del susto y me llevo la mano al pecho. — ¡Ji Yong!

Él suelta un carcajada y aplaude muy divertido. Antes, cuando se reia de esta forma yo me quedaba perdida por lo hermoso de su rostro y su brillante sonrisa, me preguntaba cómo era posible que un hombre fuera tan perfecto y apuesto. No era un trato justo de la naturaleza para con los demás mortales. Aunque yo podía pasarme la vida viéndolo embobada. Sin embargo ahora todo es diferente... ahora siento que mi corazón está lleno, satisfecho, como si hubiera alcanzado la felicidad que todo el mundo busca a lo largo de su vida. Ya no me quedo embobada, ahora me mantengo alerta para procurar que la sonrisa en su rostro sea permanente igual que la felicidad en mi corazón.

— Siempre tienes que alegrarme el día con tus ocurrencias.

— ¿Qué haces aquí?

— Vine a hacer un recuento de daños.

— ¿Eh?

Camina hacia mí muy lentamente, analizando mi expresión. Ya conozco esa mirada. Intenta meterse en mi mente y casi siempre lo logra.

— Necesito saber que tan enfadada estas.

— Que no lo estoy, ya te lo dije ayer — le puse lo ojos en blanco, ya quería dejar el tema de ayer completamente zanjado.

— Mírame...

Le lanzo mi mirada despreocupada porque estoy segura que en cuestión de segundos compraría que estaba siendo sincera.

Y como dije, cuando descubrió la verdad me beso violentamente, golpeando su cuerpo contra el mío y provocando que tuviera que arrimarme sobre la mesa que tenía a mi espalda.
Pasé mis manos sobre su cabello y recibí los besos de Ji Yong correspondiendo a su misma necesidad.

— Ugh! Ji Yong, tienes una oficina privada para estas cosas — Iseul nos interrumpió.
Por la vergüenza sentí que me quemaban las mejillas.

— Si, si. Ya nos vamos — quería salir de ahí lo más rápido posible.

— ¿A mi oficina? — Ji Yong me preguntó muy entusiasmado

— ¡A comer!

JI YONG

Por extraño que parezca no había nada de qué preocuparme, Zoe seguía con su carisma de siempre y su estado de ánimo alegre, incluso sus conversaciones casuales en el auto regresaron. Me hablaba de unos patrones extraños para el diseño que estaban creando, generalmente nunca entiendo a lo que se refiere pero me habla con tanta pasión que me contagia el interés y seguramente por la noche, en vez de estudiar los índices de la bolsa de valores, estaré investigando sobre las nuevas tendencias y patrones para diseñadores novatos, sencillamente porque me interesa todo lo que a ella le apasiona.

Stay with me ¤ Ji Yong [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora