Stay with me ¤ Ji Yong [Finalizada]

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JI YONG

Oh vaya…

Tuve que detenerme un momento para analizar la imagen; extrañas toallas rosas con diseño de algún anime romántico colgaban del perchero habiendo dejado de lado mis toallas de algodón egipcio. Pegado en el espejo estaban algunos post it multicolores con algún recordatorio para Zoe. Sobre la superficie del mueble de baño se encontraban algunos productos femeninos y los que pude reconocer correspondían al shampoo y acondicionador que combinaban en diseño. Unas cremas para hidratación, cepillo de dientes, todo tipo de cepillos para el cabello y una curiosa secadora continuaron decorando el baño.

Sentí muy graciosa la invasión.

— ¡Rayos! — Zoe me hizo a un lado cuando me vio inspeccionando los cambios. — Siento el desorden — comenzó a recoger todos sus productos.
Se veía graciosa cuando trataba de quitar todo lo que le pertenecía, corría de un lado para otro convirtiéndome en un estorbo. Salí del baño con una extraña sonrisa. Me dirigí al closet para escoger una camisa, generalmente eso me tomaba mucho tiempo, cuando lo abrí…. Otra sorpresa. Sus vestidos también colgaban de los percheros justo al lado de mis camisas. Esa imagen hizo que me quedara quieto pensando en la agradable sensación de tener compañía. Mi mano que aún se mantenía sobre la puerta del closet fue golpeado por Zoe, quien me empujo a un lado para llevarse todos los vestidos…

— Si me hubieras dicho que regresabas hoy hubiera quitado todas mis cosas — comenzó a arrasar con los percheros con una sola mano pues con la otra sujetaba todas las cosas que recogió del baño.
Se notaba su preocupación y su decisión por quitar todo rastro de su invasión, en el proceso se le cayó de las manos un bote de crema de color rosa, inmediatamente lo recogí del suelo e identifiqué de dónde provenía el aroma a fresas de Zoe. Quería meter mi nariz dentro del bote para disfrutar de un intenso aroma a Zoe, pero ella me lo arrebato abruptamente.

— Lo siento… —me dijo acomodando todas sus pertenencias entre su brazos.

— Zoe… — la tome de los hombros — ¿Por qué te desesperas? No voy a molestarme porque hayas conquistado mis dominios.

— Pues eso no parecía. Vi tu cara de horror cuando notaste que me había tomado atribuciones. ¡No pretendo quedarme! Iba a recoger todo antes de tu regreso.

Parecía molesta… No. Parecía decepcionada, lo que sí podía confirmar era la extraña sensación de ira que se formaba en mi ser.

¿No quería quedarse?

— Solo te recuerdo… — continuó —… Que fuiste tú quien insistió en que me quedara.

Sí, lo hice.

— Entonces ¿De qué te preocupas?

— No quiero incomodarte — miró al suelo con una expresión de arrepentimiento, como si ella hubiera cometido algún error.

No sabía que podía molestarme con ella por tratar de llevar las cosas en paz. Era confuso.

— Estas reaccionando de la misma forma que antes, cuando creías que nuestra relación era una mera experiencia. Tratas de no hacer algo que, según tú, podría molestarme para que no me canse y quiera cambiarte por la siguiente en la fila.

— No es cierto. Estoy reaccionando a tu errónea interpretación. Tampoco quiero ser una novia confianzuda que se mete a la casa del novio para querer habitarla.

— Estuve sorprendido, lo acepto. Pero no fue por el dominio que habías ejercido en mi casa, mi sorpresa fue porque… porque eso no me enojara en absoluto. De hecho, me alegré al creer que por fin íbamos a tener una relación común y corriente.