Después de jurar que tendría cuidado y que limpiaría el desorden de mis hermanos en sus respectivos cuartos cada fin de semana por tres meses, Tomás y Daniel accedieron a dejarme ir con Jade a la escuela.
Sí, Jade había regresado a la casa como si nunca la hubiera dejado en el bosque abandonada.
Desayuné y me fui con la motora a dar par de vueltas antes de llegar a mi destino. Amaba usar a Jade porque me hacía sentir libre. Me hacía sentir que volaba por los aires.
Al llegar a la escuela, todo parecía normal. No había ni una sola señal de que alguien me estuviera acosando con darme una "sorpresita" al llegar. Espero que la persona se haya retractado y haya decidido dejarme en paz porque no me siento con el mejor humor de todos. No después de lo que pasó anoche en la cabaña ni mucho menos con lo que sucedió esta mañana.
Entré a la escuela pero me pareció que se veía todo algo, como se diría, algo distinto. Silencioso. Incluso tenso. Para ser más exactos, se podría oír un alfiler si cae al suelo.
No hay nadie. Todo esta desierto.
Caminé hasta el patio, ya que era muy temprano pero vi a Jason corriendo hacia mí. No era ran raro que estuviera corriendo, sino que se dirigiera a mí. Me tomó por los hombros deteniendo mi avanzar.
-¡¿Pero qué te pasa?!- pregunté gritándole y safándome de sus brazos-
- Tranquila, no quiero hacerte daño- levantó ambas manos y se paró frente a mí- Solo acompáñame, por favor- señaló hacia mi espalda-
Vi la súplica en sus ojos. Algo andaba mal detrás de estas puertas y él no quería que yo lo viera. Lo empujé a un lado y caminé hacia las puertas.
-¡Liza, no lo hagas!- gritó-
Pero era muy tarde. Abrí las puertas encontrándome de frente a todos los estudiantes del instituto que tenían unos pequeños carteles en sus manos. Todos miraban esos carteles pero cuando escucharon el estruendo de la puerta, me miraron y empezaron a reírse.
Jason llego detrás de mí y trató de sacarme de ahí pero yo necesitaba ver que decían los pequeños carteles. Le arrebaté uno a una de las chicas que estaban ahí, ella se me quedo mirando sorprendida y después empezó a reírse dándose la vuelta y saliendo del lugar. Miré el pequeño cartel que ahora tenía en mis manos.
¿Qué decía? Por titular llevaba: La verdad detrás de la familia Dávila.
"Dos muertos, dos niños varones heridos de quemaduras y una niña sin heridas. ¿Habrán sido los menores los causantes de tal incendio? Se dice que provocaron el incendio y luego se escondieron hasta que los bomberos llegaron. Los dos niños quisieron remediar su mal y trataron de salvar a sus padres pero ellos salieron con quemaduras graves. Luego, la niña fingió un coma durante dos años para que le tuvieran pena. Pobre niña, ¿no? Tan falta de atención esta que necesita ser la chica mala. Porque déjenme decirles que esa chica es nada mas y nada menos que Liza Julie Dávila, la que todos conocen como 'la problemática', y sus famosos hermanos gemelos. ¿Cómo sé estas cosas? Bueno, eso queda a discreción. Pero recuerden, no le teman alguien que sólo busca atención de cualquier forma posible.
Atentamente,
Su amigo Anónimo."
Mi pulso se estaba acelerando. Mis pulmones no podían respirar bien.
Por primera vez, sentía que rompería en llanto frente a las demás personas pero me obligué a controlar mis emociones. No podía explotar, y mucho menos ahora.
¿Quién podía ser tan cínico en burlarse de la desgracia ajena? No puedo creer que los demás crean todo esto.
Mis hermanos no han llegado, debían estar por llegar. No pueden ver esto. Ellos parecen ser muy fuertes pero la verdad es que yo soy más resistente que ellos. Son muy emocionales, y algo como esto los haría llorar. Podrían ser más burlado por ello.
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Fénix
General FictionEl ave Fénix siempre ha sido un mito, una leyenda para muchas personas. Un ave mitológica del tamaño de un águila de plumaje rojo, anaranjado y amarillo incandescente con fuerte pico y garras. Se consumía en su propio fuego cada 500 años para luego...