III

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Me despierto y todo está a oscuras y las cortinas cerradas, no sé qué hora es pero deben de ser las seis o siete, ya que siento al vecino de arriba con su licuadora, Evan me abraza muy pegada a su pecho.
-Evan suéltame, tengo hambre quiero ir a comer- le susurró e intento mover la mano que me mantiene prisionera.
- No, estoy muy cómodo- dice y se pega aún más. Presionando su pene en mi sensible trasero, lo cual hace que de un saltito. - creo que podría soltarte un poco para tenerte más cerca.
- Quiero comer- le digo moviéndome intentando salir.
-Tengo mejores ideas.
Se levanta poniéndose enzima de mí y me besa, empieza a frotar nuestras partes. Yo trato de separarme de él, pero es más fuerte. Forcejeo un poco y el con su otra mano agarra su pene y me lo mete de una sola estocada, duele.
Lo mete y saca muy rápido cada vez que está dentro mío da un pequeño movimiento de cadera. Lo hace muy brusco y no estoy muy húmeda por lo que siento cada centímetro y eso me hace estremecer, pero de dolor.
- Evan, para, por favor.
Una lágrima rueda por mi mejilla, pero él no se percata de eso ya que está con los ojos cerrados. Pongo mis manos en sus abdominales tratando de separarlo. El solo suelta un pequeño gruñido e incrementa su velocidad.

Si bien me voy mojando aun no estoy preparada, estoy muy sensible por lo de ayer.
- Evan, para.- le digo con la voz entrecortada ya que esa lágrima se convirtieron en muchas y no me permiten hablar.
- Si- dice él y se deja ir.- sale de mí y se acomoda a mi costado aún con los ojos cerrados- eso fue genial
Abre los ojos y recién se percata de mis lágrimas.
-Minina que pasó, ¿estás bien?-me mira preocupado.
-Fuiste muy brusco, me dolió y no te detenías.- me paro de la cama y voy al baño.
- Lo siento, no pude contenerme, me sumergí en otro mundo y no podía más que pensar que bien se sentía y no oía nada. So, sabes que nunca te haría daño.
- ¿Lo disfrutaste mucho?
- ¿Que? - me mira como buscando el por qué le pregunté eso- se sintió bien, pero ahora que veo que te hice daño, lo siento mucho.

Me acerco le doy un pico y le susurró.
- Te quiero mucho
- Sabes que yo también- me abraza- lo siento.
- Vamos por una ducha- le digo y tomó su mano.
- Corre tu cariño, yo iré a preparar algo para comer.

Sale de la habitación y yo ingreso al baño. Me baño eso ayuda a que disminuya un poco del dolor. Se que Evan nunca me haría daño y con los años me di cuenta que es muy cariñoso y siempre se está preocupando por todos pocas veces se pone a él en primer lugar. Se que estuvo mal, muchos dirían que fue una violación, pero nunca podría llamarlo así, no con la confianza que él y yo compartimos, no puedo juzgarlo creo que por primera vez se dejó llevar.
Salgo del baño con una de las toallas que siempre dejamos allí y me voy a mi habitación para ponerme mi pijama y luego ir a comer.
Salgo de mi habitación y Evan está en la sala hablando por celular.
- si... ¿Hoy?... Claro iremos al aeropuerto... ¿Dónde se quedarán? ... Bien alistaremos la habitación...- suena el timbre- como crees ya dejamos esas comidas...seguro es mi querida hermana que salió a botar la basura y se olvidó su llave.... Sisi estamos comiendo bien... Chao nos vemos... Si yo también.
Corta la llamada y va a la puerta a pagar la pizza.
- Creí que ya comíamos mejor. -El voltea
-shh no hay nada en el frish hay que mandar a que nos traigan las compras, viene mamá y no le va a gustar que no haya comida. También hay que limpiar la habitación se va a quedar allí. Hay que sacar todos los juguetes y esconder muchas cosas.
-Tranquilo, ya entendí que nos espera un larga día. Hay que empezar comiendo. ¿A qué hora viene?

-A las tres llega, tenemos que ir a el aeropuerto a recogerlos.

Nos pasamos el día limpiando, acomodando todo para enseñar que somos personas responsables, aunque faltamos a clases, pero de eso no se enterarían nuestros padres. Limpiamos toda la habitación de invitados sacando los juguetes y mandándolos a nuestros cuartos. Algunos quedaron en el fondo del armario y otros más interesantes no tanto. Cuando el departamento quedo digno para una revista nos duchamos y cambiamos. Partimos hacia el aeropuerto, ya almorzaríamos allí.

Llegando fuimos a un establecimiento donde había comida china y pedimos arroz chaufa Evan no habló mucho durante la comida, se la paso al celular.

Terminado todo pasamos a donde nuestros padres estarían en algunos minutos, ya habían anunciado que su vuelo había llegado, ahora solo era tiempo que tomaran su equipaje y salieran.

No falto mucho para por fin ver esa melena rojiza de mi madre, seguida de mi papá el cual con su terno se notaba a millas de distancia que era dueño de una o muchas propiedades.

Mi mamá llego hasta nosotros y nos abrazó y susurrándonos al oído dijo:

-Mis niños ya están muy grandes.

Obviamente ella no se lleva el premio de mamá del año, en toda mi vida siempre a estado viajando por todo el mundo con sus empresas, ya que, ella no es una mujer como muchas, si bien mi papa tiene sus empresas, las cuales, son muy exitosas, mamá también tiene las propias, y se podría decir mucho mas grandes que las de papá, siempre creí que ellos competían, para ver quien era mejor y por supuesto quien pasaba menos tiempo con nosotros. Trajeron a Evan a los 5 años de ambos, antes de ese diciembre, yo siempre andaba sola en esa casa de terror, tenia muchos empleados que hacían lo que les pedía, pero no eran mis padres. Evan fue en parte mi escape y cuando recién llegó mis padres pasaban mucho tiempo en casa, creí que seriamos por fin la familia perfecta. Bastaron unos días, para que se fueran, pero esta vez ya no estaba sola. Lo tenía a él. Con el tiempo comprendí que así eran ellos y empecé a entenderlos. Mamá ni papá son cariñosos en extremo, pero al fin son mis padres.

Mi mamá nos suelta y mi padre abraza a Evan con el típico saludo de palmadita en la espalda, y a mí me da un beso en la frente.

-En definitiva, crecieron bastante. Vamos a la casa que en la noche tenemos una fiesta.

Y allí fue cuando entendí el mensaje de Jhoseph. Sus padres también tenían dinero, así que era probable que el también vaya a la fiesta.

Bajo la tormenta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora