Bajo la tormenta

VI

-Cariño despierta ya tenemos que ir a clases.
- No quiero, déjame dormir.
- Vamos a levantarnos para ir a Starbucks por un rico cafecito y un pancito caliente.
- No quiero, tu ve, yo me quedo no tengo hambre.
Y como siempre palabra que dice el rey mi cuerpo responde a él, así que suenan mis tripitas como diciéndole "no le hagas caso y llévanos a comer" el solo se ríe y se levanta de la cama, cuando creo que va a hacer lo que le pedí, siento como se pone encima mío y saca la sabana que es lo único que cubre mi cuerpo.
Deja suaves besos en mi cuello y con su mano coloca su pene en medio de mis piernas, se mueve como si me estuviera penetrando y el roce de toda su longitud con mi clítoris, me produce mucho placer, se lo demuestro soltando algunos gemidos.
-Que dices, ¿sigues con sueño?
- Si mucho sueño- digo en medio de gemidos.
- Pues creo que iré por mi desayuno
Se aleja un poco y yo sostengo su mano y lo coloco en la cama, su erección matutina definitivamente necesita atención.
Lo miro y voy bajando hasta colocar mi boca allí en la punta, doy un pequeño besito y luego una lamida, siento como se estremece y me meto todo lo que pueda a mi boca, sin embargo, está es muy grande por lo cual me ayudó lo que resta con mi mano. Voy lento lo saco y voy dejando besitos o lamiditas.
- Más rápido me vuelves loco.
Le obedecí y saco todo para volverlo a meter lo más rápido que puedo el cierra los ojos, más los vuelve a abrir y no despega su vista de mí. Se que le gusta mucho verme así, pero sé que le gustaría más el tener el control. Saco todo de mi boca y me bajo el de cama, me arrodillo y lo invito a pararse, él lo hace y su pija queda en mi cara, lo tomo de nuevo y el ahora empuja sus caderas buscando más profundidad, lo miro y con la mirada le digo que él haga todo. Él se empieza a mover y me toma de la cabeza, se mueve más rápido y más profundo siento que llega hasta mi garganta y a veces me dan arcadas pero con verlo como cierra sus ojos y disfruta me quedo allí.
El sale de mí boca y me ofrece su mano.
-Levántate quiero correrme en ese coñito hermoso.- me pongo de pie y el levanta mi pierna a su cadera- pon tus manos en mi cuello- cuando lo hago él toma mi otra pierna y me impulsa de tal forma que quedó como un koala.
El con una mano me tiene agarrada de la cintura, la otra va a su pene y lo coloca en mi entrada, el empuja su pelvis y a mí me deja caer un poco de tal forma que me empalma de una sola penetración luego se va moviendo poco a poco, en esta pose se siente bien pero me está volviendo loca tanta lentitud.
-Mírame, estoy bien y muy lubricada así que muévete más rápido y llévanos al cielo. No me harás daño.
El me mira como comprobando que digo la verdad y luego se mueve como me gusta, sus caderas para atrás y me mete toda yo empiezo a dar unos brinquitos cuando él se va hacia atrás haciendo el encuentro mucho más rudo sus huevos chocan en mi culo y eso me da una idea, pero tal vez para la siguiente ocasión. Evan gime en mi cuello incluso lo muerde yo ya siento como estoy llegando a mi orgasmo y con unas penetraciones más llegó al cielo la galaxia y veo todas las estrellas. El con unas más también se corre dejando toda su simiente dentro mío él se sigue moviendo, pero más lento. Él me pone en la cama con el encima y adentro de mí.
- Me encantaría estar siempre así tenerte toda para mí.
- A mí también pero ahora sí tengo hambre así que vamos por ese desayuno.
El sale poco a poco y cuando lo hace por completo, se acerca a la silla donde deje mi ropa, toma mis bragas y se acerca.
- Quiero que todo el día lleves mi semilla impregnada en ti.
Él me pone las bragas y antes de subirlas la simiente que ya está en mis labios con su dedo lo mete y me pone las bragas.
- Ahora si vamos por desayuno.
Yo solo río ante su locura, pero es excitante saber que tengo todo del allí y que a donde vaya lo sentiré entre mis piernas.
-Estás loco.

Salimos de la casa y vamos al Starbucks pedidos para llevar y en el coche vamos comiendo, se le nota tranquilo, por eso decido que es un buen momento para proponerle lo que ha estado rondando por mi cabeza.

- ¿Si hacemos un trio? - el toce un poco.

- ¿Que? No creo que sea una buena idea, es muy peligroso que se enteren de lo nuestro, para todos solo somos los hermanos perfectos.

-Si lo sé, pero si escogemos bien, podría ser una buena idea.

El me mira como analizándome.

- ¿Estas completamente segura?

-Por favor, nos vamos a divertir, y si tu estas allí nada me podría pasar- lo miro.

-De acuerdo, yo voy a ver a quien llamo. – contesta

-Eres el mejor, me acerco y le doy un beso en la comisura de sus labios.

Él me sonríe. - Siempre me convences de todo.