Bajo la tormenta

V

-Bueno, espero que sigan comiendo sano. Cuídense y no me falten a la escuela- Toma la cara de Evan- cariño mucha suerte, en tu entrevista y con los exámenes. Nos hablamos por videollamadas.

Toma su maleta y camina hasta las gradas eléctricas.
-Ya es tarde, vamos a comer un poco y ya a casa.
-De acuerdo, después nos podemos divertir un poco- le susurro lo último en el oído.
-Empecemos comiendo. - dice, pero no en el tono juguetón en el que lo diría.
Evan ha estado muy raro estos tres días que mis padres estuvieron aquí. Pensé que era por papá y que se sentía presionado o similar, por eso estaba distante, pero ayer se fue y solo se quedó mamá. Tal parece que va a continuar así, aun cuando ellos no estén.

Saca las llaves del coche y sube en el asiento del piloto enciende el carro. Subo yo y él pone en lo marcha.
- ¿Estas bien? - el siempre que maneja se ve muy concentrado y sexy.
- Si, porque no lo estaría- mira hacia cada lado de la calle y cruza esa avenida.
- Has estado raro estos días, no sé, te siento distinto.
- Si todo perfecto. ¿Pedimos la comida para llevar?
- Si tú quieres.

Llegando a casa Evan toma su táper y se va a su cuarto cerrando su puerta atrás de él. En definitiva, está extraño y no tengo la menor idea del porqué. Prefiero mil veces al Evan que siempre está súper cariñoso y que puede resultar empalagoso, antes que a este que con esfuerzo y me dice dos palabras.
Extraño a mi hermano.

Ya me cansé, Evan sigue extraño ya no me toca, a lo mucho y me habla. Entiendo que este muy estresado por su entrevista y que se esté esforzando al máximo en resaltar para no hacer quedar mal a papá, sin embargo, por lo menos podría salir de su cuarto.
-Evan, pedí pizza y ya llegó ¿sales a comer?
Y como no es sorpresa en estos días lo único que escucho fue "no".
Ya no puedo seguir así, ahora solo se me ocurre dos planes, A, entrar, gritarle hasta que se canse y me muestre alguna emoción. Plan B, atraerlo con algunos juegos.

Me gusta más el plan B.

Termino todo y lanzo un grito.
- ¡Evan!
Su puerta suena al ser abierta. Y luego escucho sus pasos en camino abre la puerta de lo que creo que es mi cuarto.
-Sofia, ¿dónde estás?¿Estás bien?
-En la habitación de invitados.
-¿Estas bien?
Él se va acercando, abre la puerta y se queda allí, supongo que no todos los días encuentras a tu hermanita desnuda atada de manos y pies a la cama.
-Sofia, ¿qué haces?, me voy.
-Evan ya no puedo seguir así, estás aquí pero no estás para mí, ya no me hablas ni me tocas. No quiero perderte.
Él se acerca y me toca el rostro.
-Cariño, lo siento, ando muy ocupado y lo lamento si quieres ahora vamos a dar un paseo, al cine, a patinar lo que tú quieras.
- Ahora solo te quiero a ti, muy cerca mío- sonrió y lo miro de pies a cabeza- quiero ser tuya y jugar con estás cositas que compramos hace mucho.
- No, creo que mejor me vuelvo a estudiar.
-No me harás daño, eres mi hermano, confío en ti. ¿Recuerdas lo que te dije en nuestra primera vez? -Él sonríe recordándolo, y es que es un día que nos marco si bien antes éramos unidos ese día fue el cambio de nuestra relación.

Recuerdo cómo me sentía triste, mis compañeras de ese tiempo ya habían besado y hasta más, yo no había hecho nada de eso. Para tener 16 años era bastante inocente se podrían decir. Un día después de la escuela llegamos y me salte el almuerzo me fui directo a mi habitación allí me puse a ver videos, de cómo se suponía que tenia que besar y que les gustaba a los chicos. Ya había tenido una clase de educación sexual donde nos dijeron lo básico incluso nos dieron preservativos, fue muy incomodo Evan y yo estábamos allí. Mas con esa clase no era suficiente para mi propósito, yo pensaba decir que ya había besado y si me preguntaban algo más, allí tendría los videos para dar detalles.

Me pase la tarde en mi cuarto y pasando de los videos de como besar a como hacer otras cosas. En conclusión, termine viendo porno. Imagínense lo vergonzoso que fue cuando Evan entro a mi cuarto preguntando porque estaba tan triste y me encontró viendo como un tipo gigante le daba por atrás a una chica. Evan se puso rojo, y me dijo, que haces viendo eso. Yo apagando la Tablet me derrumbe y termine contándole todo. Como me sentía una monja por no haber hecho nada de eso, y que ya muchas de mis amigas me llamaban así, Evan me dijo que no era nada del otro mundo, y me hizo sentir bien. Él ya había besado a algunas chicas, y me contó como era por si aún quería decirles. Estábamos ambos a los pies de mi cama, me conto como algunas veces si le fue bien otras no tanto. Me quede dormida en su hombro después de reír tanto, el trato de despertarme, y yo media en sueños no le hice caso. El me "ayudo" a estirarme un poco para ponerme en la cama y cuando lo estaba haciendo yo abrí los ojos y lo vi, fue en ese momento en el que en realidad lo vi, Evan aun con 16 ya estaba bien desarrollado, y esos ojos azules son en realidad hipnotizantes. Cuando me volteo a ver, no pude evitarlo y me acerqué lo tome de la nuca y junte nuestros labios. Recuerdo tener los labios pegados quietos, el no los movía y yo no sabía cómo hacerlo, hasta que recordando los videos fui como dejando besitos, Evan reacciono y se alejó, se veía aterrado, yo lo tranquilice diciendo que solo quería probar y que por favor me enseñe, no sé qué fue lo que lo convenció, si mi desesperación o algo mas pero se acerco y me beso, se adueño del beso de tal forma que me olvide de todo lo demás. Ese día no pasó nada, solo nos besamos un rato más y el se fue a su cuarto. Al día siguiente luego de la escuela, subimos a mi cuarto y empezamos a besarlos y poco a poco nos fuimos tocando, cuando empecé quitándole el polo el quiso parar todo, empero, yo le dije "Eres mi hermano, te conozco desde hace años, eres la persona en la que mas confió en este mundo, te quiero y porque te quiero y confió es por lo que te lo pido, no quiero que un extraño se lleve esto tan especial, por favor" y así una vez más lo convencí.

-Porque te quiero y confió es por lo que te lo pido, se que no me querías hacer daño, solo te dejaste llevar, si hubiera estado un poco más húmeda también lo hubiera disfrutado. Te quiero dentro de mí. A poco no te provoco. Ven aquí ahora mismo y hazme tuya has que me cansé o no te hablaré en toda la vida y nunca, pero nunca te volveré a....
Y el me besa callando todo mi hermoso discurso.
- Vamos te haré mía. Pero te soltaré las manos me gusta que me toques.
- ¿Y los pies?
- No esos me gustan así.
Evan me suelta las manos y mira lo que hay alrededor, todos esos aceites de muchos olores y lubricantes. Toma el aroma a fresas y se lo echa a sus manos, las soba para calentarlo luego pasa sus manos por mi cuello y va bajando a mis pechos muy lentamente y haciendo una deliciosa presión. Sus manos se amoldan perfectamente a mis pechos y los acaricia a su antojo luego acerca su boca a mi cuello y va soltando aire haciendo que me estremezca, todo es tan erótico que siento que me cualquier momento me volveré loca.
Echa más aceite a sus manos y lo calienta luego baja a mi cintura y allí hace delicados masajes con sus dedos, aplica la presión correcta y va recorriendo mi cuerpo lentamente tomándose su tiempo para acariciar y dando besos sobre algunas partes y cuando ya me siento en el séptimo cielo, él acerca su pulgar a mi clítoris y lo acaricia suavemente.
Me arqueo y pongo mis manos sobre su camiseta y la empiezo a retirar, él se aleja un momento y se quita todo la ropa. Se acerca a mis labios y después de un suave beso me susurra.
-Ya no puedo más.
Y acomodando su pelvis y la mía me penetra muy lentamente. Siento como va entrando con esa lentitud asombrosa y luego entra todo de un solo toque. Creerán que exagero, pero Evan tiene ese poder sobre mí, me hace llegar al cielo de una forma tan lenta y estremecedora.
La espera un instante y se empieza a mover como solo él sabe. Sus ojos se encuentran con los míos y sonríe. Muevo mis caderas mientras el me hace suya hasta el cansancio.
Al final de la tarde no jugamos con todas esas cosas, quien las necesita si nos atenemos a los dos. El me hace suya y yo lo hago mío todo es mágico solo somos los dos. Ese día en definitiva fue uno de los mejores de mi existencia.

Al terminar, el me envuelve en sus brazos y me dice las mismas palabras de ese día

-Eres una flor, hermosa y nacida para que te amen; yo lo haré hasta que me lo permitas.