Capítulo 8

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«Gracias por una noche de un buen sexo. Me lo he pasado muy bien.

— Hermione»

¿Qué?

Draco no salía de su asombro. No podría ser cierto que una chica se hubiera despedido de él así, dejándole una nota. ¿Gracias por una noche de un buen sexo?

No, no era posible.

Normalmente era él quien se despedía, quien decía adiós.

Y esta vez no solo no había sido él quien dijera adiós, sino que además, ella había desaparecido sin que él se diera cuenta.

Pero aquello no quedaría así.

Hablaría con ella.

Hermione daba vueltas por su casa. Por fin había podido entrar. El conserje la había mirado de una forma muy extraña cuando había bajado a pedirle la llave, y ahora estaba nerviosa.

Si, esa era la palabra: Estaba nerviosa. Le había dejado una nota a Draco.

Aun no se creía lo que había hecho.

Pero no había encontrado otra forma de... expresarle lo sucedido.

Tampoco iba a decirle a la cara que había sido un error. «Un error muy bueno» comentó una vocecita en su cabeza, la cual ella sacudió a la vez que gruñía enfada consigo misma.

De todas formas y a pesar de lo sucedido no iba a retractarse en cuanto a su plan. Seguiría adelante.

Y si no se confundía, y según lo que le había contado su amiga, Draco bajaba todos los días a la cafetería de abajo.

Sin perder más tiempo se metió en la ducha dispuesta a continuar con lo que había empezado.

Draco sonrió cuando a través del cristal de enfrente vio a Hermione entrar por la puerta. Esperaba que hiciera lo que había hecho hasta ahora. Él se concentró en intentar hablar con la preciosa morena que tenía delante. Era una compañera nueva del trabajo a la que apenas había tenido tiempo de tratar, y al verlo lo había saludado aunque realmente no sabía muy bien de que "hablaban" pero no era lo que más le importaba en ese momento.

Las manos de Hermione no tardaron en rodearle la cintura.

— Hola mi...

La boca de la castaña fue callada por un beso de Draco, quien se había vuelto hacía ella y le había devuelto el abrazo.

— Ya te echaba de menos, cariño — dijo él — has tardado mucho en bajar.

Hermione se quedó de piedra.

Aquello no iba a ser así.

No.

Su plan le había estallado en la cara.

Mierda.

Ignorando la tensión del cuerpo de Hermione, él la volvió a besar. La giró y la puso enfrente de la morena.

— Cariño — le dijo a Hermione — ella es...

— Pansy — dijo la chica con una sonrisa encantadora.

— Pansy, ella es Hermione. Mi novia — Hermione se tensó más.

— Encantada, Hermione — dijo la chica teniéndole la mano.

— Encantada — contestó ella con tal de no quedar mal estrechándole la mano a Pansy.

— Bueno... será mejor que me vaya, mi novio me está esperando en la puerta... Ha sido un placer.

— Igualmente — dijo Hermione con una sonrisa forzada.

Jugando con fuego [Dramione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora