XIX

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capítulo diecinueve
SOLO NOSOTROS DOS

Dos semanas habían transcurrido, aumentando así los nervios de Calpurnia de forma gradual. Calpurnia había notado que Demian salía de la casa todas las noches sin excepción: en silencio con la ayuda del hechizo de aparición. Fue así que confirmó lo que su amigo Sirius le había dicho noches atrás en cartas:

Querida duquesa, espero estés pasando unas tranquilas vacaciones. Se que me has estado extrañando, lo sé porque de la nada percibo tu fragancia: los muggles dicen que si sientes la fragancia de alguien que no está cerca de ti, es porque esa persona no para de pensar en ti. Pero tranquila, que solo tendrás que esperar dos semanas más para verme.

El motivo de mi carta no es solo para decirte que estoy bien, sino que también para comentarte que tu hermano vino ayer a mi casa. Lo preocupante de la situación es que no hubo reunión, solo estuvieron mis primas junto con mis padres añadiendo a tu hermano, pero al terminar noté que tu hermano estaba molesto y mi prima Bella no paraba de reírse. Ella suele decir cosas sin sentido, no es tan amable que digamos y eso me preocupa. Espero tu hermano se encuentre bien.

No he logrado conseguir el libro. Me siento apenado pues te di mi palabra y te estoy fallando. Sobre eso, los Malfoy tendrán una reunión en su casa la siguiente semana, lo que significa que mi casa estará completamente sola, así que estaba pensando si quisieras venir para que lo busquemos juntos. Ya sabes lo que dicen, dos cabezas son mejor que una.

Estaré esperando tu respuesta con ansias.
El más audaz: Sirius.

Calpurnia no veía fuera de lo común que su hermano acudiera a las reuniones. Lo que si le parecía extraño es que aquellas reuniones que se hacían una vez por semana, ahora se estuviesen haciendo casi a diario, pero más importante, que parecía tener influencia sobre el comportamiento de su hermano.

Desde que había vuelto del colegio, la morena había notado la sobreprotección de su hermano aún más intensa sobre ella. Esto no era fuera de lo normal si se trataba de su hermano, aunque ahora se irritaba con tanta facilidad al igual que las conversaciones que ella tenía con él, terminaban en reprendidas hasta por lo más mínimo.

Esa misma noche de la reunión en la mansión de la familia Malfoy como lo había asegurado Sirius días antes, Calpurnia espero pacientemente despierta en su cama, hasta que la voz de su hermano y su tía se escuchó en los pasillos.

Demian salió de su habitación seguido de su tía. La fémina le había acompañado en silencio mientras se arreglaba para la reunión. Para la dama, el hombre aún era un niño ante sus ojos, un niño con una mirada tan seria pero llena de tristeza. Entonces recordó con nostalgia cuando aquel niño sonreía y reía hasta por lo más mínimo: cuando la opresión no era el pan de cada día.

Vinda no recordaba el día que aquel niño se volvió hombre, cambiando la risa por silencio, los cuentos por el periódico y el chocolate caliente por café amargo. Pero por alguna extraña razón, parecía que siempre había sido así.

—Ya no sonríes... —musitó la dama.

Demian detuvo sus pasos, volviendo su atención a su tía quien lo miraba con profunda tristeza. Esto hizo una grieta en su corazón.

—Me temo que no existen razones para hacerlo —contestó con voz suave pero directa.

—Te equivocas —negó con una sonrisa llena de cariño.

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