XVII

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capítulo diecisiete
UN PARTIDO DIFERENTE

Sirius estaba más que agotado, su cuerpo dolía con mucha fuerza, pero se sentía tan feliz de estar de nuevo en el campo. Le gustaba disfrutar del partido sin importar el resultado, aunque le gustaba más el compartir campo con su mejor amiga, quien no paraba de sorprender al león con su buen juego.

Desde que había entrado al equipo de Quidditch como cazador, se acostumbró a terminar el juego a los diez minutos de su inicio, ganando en tan poco tiempo cuatro trofeos para la casa de Gryffindor y por supuesto, el título como el mejor cazador de de dicha casa. Pero ese día, realmente estaban teniendo mucha competencia por parte de las serpientes y eso le gustaba mucho.

Janneth Krons, también cazadora del mismo equipo, dió paso a sirius lanzándole la quaffle. Sirius tomó la quaffle en el aire y en un ágil movimiento la anotó.

—¡Sirius Black ha anotado la quaffle! ¡Diez puntos para Gryffindor! —exclamó desde las gradas un entusiasmado Duncan Higgori, prefecto de Hufflepuff.

Ahora las gradas de los leones sobresalían de las demás con sus gritos de felicidad.

GRYFFINDOR: 50
SLYTHERIN: 50

Sirius gritó en victoria al ver el marcador y fue recibido en el medio del campo por aplausos de sus compañeros e incluso de sus rivales, pero en ese momento de celebración, una fuerte brisa lo empujó con fuerza casi tirándole de su escoba.

Sirius se aferró a su escoba confundido y pudo ver a una serpiente dirigirse a gran velocidad hacia la casi invisible Snitch dorada: era Calpurnia.

—¡Vamos Duquesa! —exclamó Sirius antes de volver al juego.

Calpurnia al escuchar esto, sonrió aún más amplio, recibiendo los mejores ánimos por parte de Sirius, aunque de igual manera los de Peter y Remus desde las gradas de los leones, quienes gritaban su nombre con mucha alegría.

James por otra parte, no estaba al tanto de lo que pasaba a su alrededor pues el león solo tenía su atención en la Snitch dorada que volaba a velocidad sobrehumana a centímetros frente a él.

¿Y cómo no hacerlo? después de que la estuviera buscando por más de una hora por todo el campo, ahora que la tenía frente a él, no se rendiría hasta tomarla y ganar de una vez por todas el hasta ahora eterno partido. El semblante competitivo de James cambió a uno de sorpresa al ver como una mano se estiraba junto a la suya tratando de alcanzar la Snitch.

Rápidamente el león volteo su rostro esperando ver el de su rival, pero tal fue su sorpresa al encontrarse con Calpurnia quien sonreía ampliamente.

—¡Daniel Higgins ha anotado la quaffle! ¡Diez puntos para Slytherin! —se escuchó nuevamente la voz de Duncan en el vociferador.

James salió de su ensimismamiento y levemente fue empujando a la serpiente y esta hizo lo mismo ahora empujándose ambos entre sí. La snitch estaba a unos centímetros de ellos, así que ambos estiraron la mano tratando de tomarla, pero antes de que cualquiera la tocase, la snitch se desvió con rapidez entrando al túnel bajo las gradas.

El león siguió su rastro mientras que la serpiente tomaba un atajo rodeando las gradas y alcanzando al mismo tiempo al león. Una vez la serpiente lo alcanzó, el morocho empujo a la serpiente y al ver que esta no hizo caso y siguió detrás de la snitch, la volvió a empujar pero esta vez con más fuerza haciéndola tambalearse. La serpiente tomó su escoba con fuerza mirando al león con enfado y cuando este se impulsaba para darle otro tercer empujón, esta lo esquivó hábilmente.

James se quedó sin palabras al ver que Calpurnia le seguía el paso de cabeza debajo de él. La serpiente miró hacia enfrente y pateó la escoba del león salvándolo de estrellarse contra uno de los soportes de las gradas. El león tomo equilibrio y ahora la serpiente se posicionó junto a él siguiendo a la snitch, la cual volvió a desviarse ahora entrando nuevamente al campo.

La serpiente y el león la siguieron, ambos sin fijarse del otro hasta llegar a la snitch. La serpiente, con sumo cuidado, subió sus piernas a la escoba hasta que finalmente se paró sobre ella guardando el equilibrio para no caer. El león no se quedó atrás y copio la acción de su rival con un poco de dificultad. Ahora ambos se estiraban sobre su escoba tratando de alcanzar la snitch.

Un muro de ladrillos se aproximaba, el león se percató de esto y miró a la serpiente, quien no parecía querer detenerse. James se estiró un poco más hacia la snitch, pero al no alcanzarla y el muro aproximarse, tubo que volver a sentarse a regañadientes en su escoba para posteriormente frenarla.

La serpiente por otro lado, se estiró un poco más y cuando estuvo a escasos metros del muro, tomó impulso sobre la punta del palo de la escoba y saltó. Calpurnia cayó fuertemente dando de vueltas en el césped hasta detenerse y la escoba que había seguido su rumbo se hizo pedazos al estrellarse con la pared.

—¡Merlin, que caída! —exclamó Duncan con mueca de dolor.

Todos se asomaron desde sus gradas para ver a la serpiente en el suelo, incluso los propios jugadores detuvieron sus escobas.

La serpiente se reincorporó con dificultad sobre el césped y abrió su puño izquierdo.

—¡No puede ser! ¡Calpurnia ha atrapado la snitch dorada! ¡Slytherin ha ganado el juego! —volvió a exclamar Duncan y las gradas de las serpientes se llenó de gritos y aplausos de victoria.

Sirius corrió hasta ella para abrazarla antes de que su propio equipo lo hiciera, sintiéndose muy orgulloso de su amiga.

—¡Atrapaste la snitch dorada con la zurda! Eso si que es talento —exclamó Sirius.

—Al parecer estás más emocionado que yo —rió.

—Para ser tu primer juego, me siento como un padre viendo a su retoño crecer.

—Pero no soy de tu equipo...

—¿Y eso que tiene?

—Es raro que festejes cuando pierdes.

—¿Bromeas? Ha sido el mejor partido en toda mi vida. Dormiré como oso después de esto —rió junto con ella.

Esa noche, todo el colegio hablaba sobre la victoria de las serpientes. Incluso había ganado la primera plana del diario del profeta de la mañana siguiente.

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