XVIII

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capítulo dieciséis
CERVEZA DE MANTEQUILLA

El día tan esperado por todo el colegio, había llegado finalmente. Todo el colegio se encontraba en el gran comedor para recibir los resultados de la copa de las casas, entre disputas de qué casa sería la ganadora.

Calpurnia no estaba tan alarmada como todos, para ella todas las casas tenían mucho por demostrar de si, en especial la casa que mas amaba la morena: Hufflepuff.

Si hubiese sido por ella, esa sin dudas sería su casa.

—¿Que casa crees que ganara? —preguntó Calpurnia a Severus frente a ella.

—Gryffindor como siempre. Slytherin es el primero en perder contra los leones, no dudo que este año sea igual —respondió en un pesado suspiro.

—¿Nunca han ganado? —preguntó con lastima la morena.

—La última vez que ganaron creo que ni siquiera yo había nacido —soltó Severus entre risas.

Calpurnia no podía creer lo que estaba escuchando. Era una realidad absoluta que los leones eran tan conocidos por su determinación en el campo. Ella muchas veces había estado a punto de flaquear en los partidos en los cuales los había tenido de rivales, pero sin embargo las serpientes ganaban por mucho en cuanto a las materias se trataba. Slytherin tenía a los mejores estudiantes en defensa, encantamientos, pociones e incluso en historia junto a Ravenclaw pero sin importar cuánto se esforzaran, Gryffindor siempre ganaba por los puntos que les daba atrapar la snitch dorada. En resumen, era una misión más que imposible ganarles.

—No te preocupes por ello, aun así diste un buen partido de Quidditch —dijo Evan tratando de animar el ambiente.

Calpurnia asintió con una sonrisa y siguió comiendo.

Esta era la última noche en Hogwarts, pues mañana volvían a sus casas para pasar las vacaciones de verano en familia.

En ese momento, algo golpeó su espalda y llamó su atención. Era una bola de papel. Calpurnia la abrió y prosiguió a leer el contenido:

"Suerte, duquesa. Terminando la cena nos veremos en la casa de los gritos."

Humildemente, el mejor de todo el colegio y del universo entero: Sirius Black.

Calpurnia sonrió negando con la cabeza y miro a sus espaldas, allí se encontró con los tres leones con una amplia sonrisa, todos levantando sus pulgares. La morena les sonrió de igual manera y cuando miró a Evans, esta también estaba levantando los pulgares.

La copa de cristal ser golpeada suavemente se escuchó, llamando la atención de todos al fondo del comedor: era la profesora Minerva, la cual miró al profesor Dumbledore quien agradeció con una leve reverencia al ponerse de pie.

—Damos la despedida de un maravilloso año con la tradición de la copa de las casas. La puntuación, es la que sigue:

Hufflepuff con 388 puntos.

Ravenclaw con 390 puntos.

Gryffindor con 420 puntos.

Slytherin con 420 puntos.

Todos en el gran comedor se miraron entre sí llenos de sorpresa.

—¿Eso que significa? —preguntó una serpiente.

—¿Quedará en empate? —preguntó Calpurnia con mucha confusión.

—Supongo que si... —expresó Evan frunciendo su entrecejo mientras jugaba con la manzana entre sus manos.

—¿Es en serio que solo llegamos a empatarlos? No puede ser posible —suspiró Severus tallando su rostro.

—Se que se estarán preguntando si este año será un empate, si lo es, sería el primero en la historia del colegio. Pero me temo decirles que este año no será poseedor de tan inusual evento. Los acontecimientos sucedidos otorgaran unos puntos de más —pausó Dumbledore por unos segundos—. Para la señorita Calpurnia por brindar un juego limpio, en el cual demostró que no importa la casa que seas, salvar a tu rival es el trofeo mas valioso en el mundo, 200 puntos.

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