Nuestra no amistad.

46 7 4
                                    

A lo largo de mi vida he besado suficientes personas (creo que cinco es un buen número de personas para decir esto) como para afirmar que Tae era diferente, besarlo era electrificante, adictivo; cada pequeño beso traía consigo muchos más.

Besarlo era encontrar el lugar que quizá siempre estuve buscando.

Tras separarnos, luego de muchos, en serio, muchos besos, nuestros labios se encontraban hinchados y nuestra respiración agitada, pero sobre todo con una gran sonrisa en el rostro; el me acariciaba lentamente la mejilla.

—Creo que podrías gustarme— Murmuró, ambos nos reímos.

—También creo que podrías gustarme— responde él, y sin saber muy bien que hacer pongo una mano en su pecho y lo apartó un poco de mí.

—Si me haces sentir tan feliz, no dejaré de sonreír y no volveré a ver tu cara— me rio y supongo que mis ojos vuelven a desaparecer.

—A pesar de lo hermoso que te ves así, creo que es tiempo de dormir— Ni siquiera me da tiempo de responder cuando comienza a guiarme hasta mi habitación, yo solo me dejo hacer, ha sido un día realmente maravilloso y Taetae me dijo hermoso.

Podría explotar de felicidad justo en este momento.

Agradecería mucho que no pasara literalmente.

Al llegar a mi habitación, me senté en mi cama busque mi pijama y comencé a sacarme la polera cuando me fije que el chico seguía parado mirándome, la polera volvió a su sitio sin saber muy qué hacer ¿Iba a quedarse viendo como me cambiaba de ropa? Antes de que pudiera decir algo él abrió y cerró la boca muchas veces. Sé que intentaba decir algo, pero no tenía idea de que, finalmente negó con la cabeza y salió de la habitación. Espere unos momentos por si volvía, pero solo escuche su puerta cerrarse, las buenas noches más extrañas de todas probablemente.

Una vez que, con dificultad, me cambié de ropa me arropé en mi cama, pero me sentía extraño, estaba esperando el momento donde alguien venía a decirme que esto era una cámara oculta o donde despertaba, o lo que sea, pero no podía ser tan fácil.

Es ese momento donde todo está tan jodidamente bien que sabes que algo malo va a pasar.

¿No estaba yendo todo demasiado bien?

Aunque no era así, nuestra despedida había sido torpe, lo suficiente para no considerarse una despedida ¿Debería ir a la habitación de Taehyung?

No, no debería.

No lo arruines Jimin, cálmate y no lo arruines.

Me preparé para dormir y el último pensamiento que acudió a mi mente antes de caer en los brazos de Morfeo fue lo lindo que se veía Tae justo antes de besarnos.

Despertar esa mañana fue la cosa más horrible y maravillosa del mundo, estaba esta ridícula parte de mí que decía que todo lo que había ocurrido no era real, así que rápidamente me levanté para ir en busca de Taetae.

Me llevé una gran decepción al descubrir que no estaba en casa, en su lugar sobre la mesa había preparado mi desayuno, y junto a él había una pequeña nota que decía: "Para que pienses en mí".

La verdad que la nota sobraba porque cada maldito día me despertaba pensando en él, me sentía flotando en las nubes, le tomé una foto al desayuno y se la envié.

"Pensando en ti".

Tras haber desayunado fui a cambiarme ropa, y esto es absurdamente ridículo, pero quería verme lindo para él, lo ridículo está en que Tae me ha visto literalmente en mis peores momentos así que tratar de verme lindo ahora no iba a borrar esas imágenes de su mente, quizá solo lo compensaría. Me bañe y me arregle lo más que pude, considerando que un yeso limitaba la ropa que podía ponerme. Hice mi mejor esfuerzo; cuando revisé mi celular tenía un mensaje de él, "llegó a la hora de almuerzo".

Promise *vmin*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora