Nuestros problemas

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Después de que Taehyung se fuera al trabajo, decido, como hoy no tengo ensayo, ir a comprar al supermercado, pues nuestros víveres disminuyeron a un punto alarmante, le mandó un mensaje preguntándole si le hace falta algo, sé que pedirá desodorante, chocolate y están escaseando sus pinturas pero de seguro eso no me lo dirá.

"Desodorante y chocolate"

Le sonrió al móvil.

Al salir del apartamento hay un grupo de chicos conversando afuera del ascensor, deben estar esperando.

Intento no sobre pensarlo, pero me parece que me miran fijamente, nos subimos todos juntos, son dos y no recuerdo haberlos visto antes en el edificio, ambos parecen practicar deportes puesto que tienen una musculatura bastante desarrollada, miro mi celular intentando fingir que no estoy.

De pronto uno me lo arrebata de la mano.

—¿Sabes que en este edificio hay normas de convivencia? — Me pregunta el más grande de ellos quien ha tomado mi celular, lo miro fijamente no muy seguro de si debería responder a su provocación, estamos en un lugar encerrados y son dos contra uno, no parece ser una buena idea hacerlos enojar.

—Las conozco, si— Murmuro intentando no buscar problemas, de pronto, él otro quien tiene un tatuaje en el cuello estira su mano y me sujeta del pelo, obligándome a mirarlo.

—Entonces en las noches deberías dejar de gritar como puta—Escupe, me quedo helado.

¡Por favor que el ascensor abra las puertas, que alguien suba!.

—Ah, ahora no eres capaz de decir nada— Nuevamente el grande, frunce el ceño y me mira con lástima— A pesar de tener una boquita tan linda no sabes usarla.

—Oh la usa para otras cosas— Le responde el otro, apoyando su lengua en la mejilla, de pronto me sujeta de la barbilla arrastrando su dedo por mis labios, el asco me mueve a apartarle la mano de un golpe. Antes de que pueda moverme uno de ellos me da un puñetazo en el estómago que me obliga a doblarme en dos sin aliento.

—Si te inclinas así hacia nosotros, ¿debería tomarlo como una invitación? — De pronto las puertas se abren, llegamos al primer piso y hay mucha gente esperando subir, el tipo tira mi celular al suelo— Salvado por la campana.

La gente comienza a entrar, una chica que he visto antes y con quien hemos intercambiado saludos en el pasillo recoge mi celular y me lo tiende. Cuando me pregunta si estoy bien asiento pero regresó al apartamento. Le diré a Tae que me dolía el tobillo y por eso no pude ir a comprar, seguro se preocupa un poco, pienso en quienes serán esos tipos mientras me tiro sobre el sillón.

Quiero llorar, pero las lágrimas no salen.

¿Habrá un límite de las lágrimas que puedes llorar en tu vida?, ¿Habré alcanzado ese límite?

Me duermo sin darme cuenta y al despertar escucho a alguien aporrear la puerta. Me levanto molesto dispuesto a echar a la persona alborotadora, no necesito más problemas con personas del edificio, pero no estaba preparado para ver a la persona al otro lado de la puerta.

—Mamá— articulo, ella me devuelve una mirada triste y sin vida, está más vieja y delgada de lo que recuerdo, parece pequeña e insegura.

—Hola Jimin— Su voz sigue siendo cálida, a pesar del dolor, a pesar de las batallas perdidas.

—¿Nos vas a dejar entrar? —Un escalofrío me recorre, el miedo me atenaza cada miembro y no me atrevo a mirarlo, esa voz grave, cruel, me persigue en cada jodida pesadilla. Siento que el tiempo no se mueve y se vuelve eterno suspendido entre los tres, él da un paso hacia adelante, aparta a mamá y me aparta a mi mientras entra en el apartamento, vulnerando mi único lugar seguro, mi lugar feliz. Mi mamá da un paso al frente y coge mi mano entre las suyas, su pulgar dibuja un círculo en mi palma y es nuestro código secreto "Lo siento, sé fuerte".

Promise *vmin*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora