Oportunidad

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Noa tenía la impresión de que algo no iba bien. Se había pasado casi todo el día sola después de que sus profesores les hubieran comunicado el resultado de los exámenes. Tenía incluso la impresión de que Yachi sabía algo que ella no. Definitivamente, su amiga le estaba escondiendo algo y Noa estaba convencida de que no eran buenas noticias.

Hinata y Kageyama no aparecieron aquel día por clase a la hora de la comida.

Pero, si una cosa tenía clara, es que no iba a permitirles que se salieran con la suya. Si había pasado algo, quería saberlo de ellos en persona. ¿De verdad que ella los asustaba tanto? No iba a enfadarse con ellos por haber sacado malas notas. Ella no había logrado alcanzar una puntuación de más de 70 ni en Japonés ni en Literatura Moderna. No se sentía orgullosa, pero tampoco iba a atormentarse por eso. Sabía que todavía tenía que mejorar y ajustarse al ritmo de las clases y eso era lo que tenía planeado hacer. Sin embargo, quería saber exactamente qué era lo que había pasado. Era obvio que Hinata y Kageyama habían estado evitándola todo el día, pero no podían escapar de ella.

Cuando sonó el timbre, recogió sus cosas y su mochila y bolsa de deporte. Durante aquella tarde, después del entrenamiento, iba a jugar un partido con los chicos del equipo de volleyball con el objetivo de mostrarles a sus compañeras todo de lo que era capaz. Solo había necesitado hacer una llamada y Daichi había aceptado.

Noa atravesó el campus. Cuando llegó al vestuario del equipo femenino, puso sus cosas en una taquilla y se cambió de ropa, usando unos leggings deportivos, una camiseta azul y sus viejas zapatillas de deporte. Se puso sus rodilleras y se recogió su largo pelo negro en una coleta. A continuación, corrió hacia el vestuario de los chicos. Abrió la puerta sin llamar, dispuesta a hablar con Hinata y Kageyama antes de que iniciara el entrenamiento, así no podrían escapar de ella. Estaba segura de que habían sacado malas notas en sus exámenes y sus dudas se confirmaron cuando, al abrir la puerta de par en par, los vio de rodillas en una esquina de la habitación, claramente avergonzados.

—Así de increíbles...

—¡Son vuestros senpais! —Nishinoya terminó la frase de Tanaka.

—¿Puede alguien explicarme qué demonios les pasa a esos dos? —preguntó Noa, ni siquiera siendo consciente de que Tanaka estaba en ropa interior.

—¡Furihata-san! —Yamaguchi fue el primer y casi el único que se percató de su presencia, ya que Tanaka y Nishinoya estaban captando la atención de todos en ese momento. Solo Asahi, que se estaba cambiando delante de la puerta, vio a Noa también. Instintivamente, el chico de tercero se cubrió su cuerpo usando su mochila para que Noa no pudiera ver nada inapropiado, si no fuera porque ya tenía su chándal puesto.

—¡Apenas habéis llegado a los 40 puntos! —Sugawara puso los brazos en jarras— Espera, Hinata... —el colocador echó un vistazo al examen de Hinata mientras Tsukishima, que estaba de pie a su lado, lo sostenía— ¿Has suspendido Inglés? ¡Pero si estabas muy seguro de ti mismo!

Noa sintió que un escalofrío le recorría la espalda. Ahora sí que entendía por qué la estaban evitando.

—Noa te ayudó —mencionó Daichi mientras dejaba el uniforme escolar en una de las estanterías.

—Por lo visto se dio cuenta justo antes de acabar de que había rellenado la hoja de respuestas mal —le explicó Tsukishima. Cuando Noa lo escuchó, apretó los puños con fuerza, intentando calmarse. Era ridículo. Ese cuatro ojos tenía que estar bromeando...

—¿En serio? —Asahi se giró—Lamentablemente, el profesor de Inglés, Ono-sensei, es muy estricto con esas cosas.

Yamaguchi se acercó a Tsukishima para echar también un vistazo. Su cara palideció y miró a Noa horrorizado.

Haikyuu!!: Una historia diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora