Boda:

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Narra Ally:

-No lo se, ¿Te gusta?- pregunto a Ian que esta prácticamente acostado en el sillón de la tienda.

Llevo un vestido rojo cereza que deja descubierta toda mi espalda y tiene un gran escote.

-JA, sueña con que te dejaré usar eso- dice al admirar mi atuendo -Primero: Es la boda de tu hermano, no puedes ir vestida tan descubierta, segundo: Habrán muchos hombre, hombres que miran las piernas a mujeres hermosas y tu sobrepasas ese concepto- dice y yo escondo mis mejillas con la ayuda de mi cabello -Tercero: ¿Como quieres que deje de mirarte toda la noche? ¿O tocarte?- dice y se levanta del sillón y empieza a caminar hacia mi -Es hermoso, deberías comprarlo solo para que mis ojos lo admiren- Con sus dedos empieza a tocar mi espalda desnuda y va dejando besos en mi cuello.

-¿Esta lista señor...?, oh lo siento- dice la vendedora y cierra la puerta de el pequeño salón.

-¿Ves?, ya la espantaste- digo y le dio un pequeño empujón a Ian con la mano.

El me roba un pequeño beso en los labios y sale trotando por la puerta polarizada de cristal.

Resumiendo, mi hermano quiere organizar su familia y se casará con Samantha, ¿Que si estoy de acuerdo?... Um, no demasiado, no siento que estén tan conectados como Ian y yo, ya hace unos dos meses que estamos juntos y las cosas van de maravilla, pero esa chispa que tenemos el y yo no lo siento en mi hermano y Sam, nosotros nos jugamos y ellos son completamente serios, nosotros nos insultamos juguetonamente, pero ellos cuando están en una habitación con demás personas ni se miran, nosotros no podemos estar treinta minutos sin tocar nuestros labios (Ya se, dirán que somos unos melosos, pero no es así, estamos empezando y es imposible no estar como chicles) y yo no recuerdo cuando fue la ultima vez que los vi besarse. Pero es mi hermano y si el quiere casarse con ella, yo lo apoyo.

***

-¿A donde vamos?- pregunta Nat desde el asiento de copiloto.

-Tengo que buscar a Ally y luego a Ian- respondo sin dejar de ver al auto plateado que llevo detrás desde hace cuadras.

-Oh, de cuerdo- dice y cambia de estación de radio repetidas veces.

Continuo conduciendo, cada vez mas nerviosa por el auto que no se quita de mi retrovisor, faltan unas cuantas cuadras para llegar a la casa de Samantha y mi hermano, el auto en la última cuadra cruza, me relajo y estaciono en la puerta.

Una pequeña niña de ojos azules y cabello rubio sale corriendo y se sube al asiento trasero del auto.

-Tia Alita- canturrea el sobrenombre que le enseño Ian y me abraza por el cuello.

-Hola pequeña "Yo"- le digo y ella se ríe.

-Gracias por cuidarla- dice Samantha que se ha posicionado en la ventana de copiloto y admira la escena.

-No es nada, disfruta de tus últimas horas de soltería, yo me encargo de estar en la iglesia con esta pequeña mañana- digo y ella asiente, se despide de su hija y yo arranco.

***

-¿Se durmió?- pregunta Ian que se encuentra recostado en el espaldar de la cama revisando su teléfono.

-Si, estoy agotada- digo y me dejo caer en la cama.

Yo amo a mi sobrina, pero es agotador jugar con ella y responder todas las pregunta que hace.

-Ven aquí pitufa, durmamos, mañana sera un día largo- dice y yo gateo hasta su lado -Te amo, me hiciste falta hoy- dice y me besa.

-Tu también- digo y apago la pequeña lampara de la mesa de noche -Te amo- le doy un beso y me recuesto en su pecho para dormir.

Me enamore del mismo idiota. (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora