¿Qué diablos le pasa?

8K 262 29
                                    

Me levanté de la mesa, caminé y hasta estar en frente de ella, alcé la mirada, ya que por sus enormes tacones me llevaba unos centímetros de altura.

—¿Qué se siente que un chico te rechace, un chico que luego de estar contigo y jamás ser nada se fue con tu "mejor amiga"—hizo comillas con los dedos—, para irse y no volver jamás, y que aún después de años sigues siendo la misma idiota, fea, imbécil y sobre todo puta?

Dijo todo con tanto remordimiento que me sorprendió pero no me dejé intimidar, esa era la yo del pasado.

—A ti —señale a Ian que se mantenía mirándome muy callado —, te agradezco, gracias a ti cambié y ahora no soy tan ingenua, pero te pasaste de cabrón así que puedes quemarte en la capa más profunda del infierno. Y tu —señalo a Victoria —, bueno, pues tienes razón. Me dejé engañar por un idiota, imbécil y gilipollas pero mira con quien se quedó con la zorra más grande del estado, porque eso es lo que eres una arpía mentirosa, una zorra barata que intento destruirme pero te salió mal el truco.

Escupí, luego sentí un golpe en mi mejilla me puse la mano en ella y ardía, todos tenían la vista puesta en nosotros y admiraban con atención.

La mataré.

Me lanzo encima de ella y caemos al suelo, con sus uñas rasguña mis brazos pero yo lanzo un golpe a su cara, rompiéndole el labio y ella me suelta para cubrirse la cara, de atrás empiezan a jalarme, sin dejar de lanzar golpes miro hacia atrás y noto que la persona que me jala es Ian. 

Ay si, salva a tu noviecita. 

La rabia se dispara por todo mi cuerpo y se junta con la adrenalina.

Golpeo a puño cerrado los brazos de Victoria, descargando todo lo que me he guardado estos años, todo lo que debí haber dejado ir, lo estoy haciendo en este momento y admito que se siente fantástico, estoy en contra de la vengaza pero no puedo decir que se siente del todo mal.

— Ya cálmate por amor a Jesús —dice Matt a mi oído —. No querrás que te expulsen en la primera semana de clases.

Mi respiración se traba y tengo las manos ensangrentadas. 

—Es-s-toy bien.

Digo entrecortadamente por la falta de aire.

—Ven, te llevaré a la enfermería y me imagino que luego a la dirección.

Asiento, me toma de la mano y salimos por la puerta de la cafetería, no sin antes mirar una última vez la cara de Victoria y como Ian fruncía el ceño por sus gritos de odio hacia mí.

Caminamos en silencio hasta la enfermería en donde me vendaron las manos y los rasguños de mis brazos.

—¿Así está mejor?

 Me pregunta Matt luego de que la enfermera se fue. Asentí.

—¿Por qué te peleaste con esa chica? 

 Le enfermera entra y nos da una sonrisa de disculpa al notar que nos interrumpió.

— Ally, el director te quiere en su oficina. 

 De esperarse, le dieron lo que se merece a la hija del director, era obvio que me llamarían.

—Es una larga historia, ya tendremos tiempo para contártela pero debo ir a la oficina del director o me matará —sonrío y me paro de la camilla —Oh y gracias Matt.

Me acerco a él a darle un beso en la mejilla y la puerta se abre, oigo unos llantos y sonrío sobre la mejilla del castaño, me alejo y me doy la vuelta para salir, allí están parados en la puerta Ian y Victoria, Ian está como una estatua mirándome y no la deja pasar.

Me enamore del mismo idiota. (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora