🌼 One Shots Nanatsu No Taizai 🌼 (Terminada)

Tres monedas de plata (Meliodas)

- Tantos cientos de años... tantas reencarnaciones, tanto dolor... siento... siento que un día de estos voy a explotar de la ira que me provoca perderla una vez más...

Meliodas estaba acostado en una camilla en el laboratorio de Merlín. Esto ocurre unos 80 años antes de la era en la que vemos Nanatsu no Taizai, cuando aún no existen nuestros pecados capitales y la mayoría de ellos, como Escanor o Ban ni siquiera han nacido. Sin embargo, Meliodas y Merlín se conocen desde hace mucho tiempo, como bien sabemos.

Ahora, nuestro rubio esta tumbado mirando al techo, con las manos tras la cabeza, mientras Merlín observa un orbe de energía.

- Meliodas... ¿Me estás usando como psicóloga? Sabes que no se me da nada bien, y que no me gusta que me hablen mientras trabajo.

Nuestra hermosa maga llevaba un vestido morado oscuro ajustado y corto junto con unas botas altas, acompañado de un cinturón y una capa blanca.

- Ya lo sé, sólo quiero desahogarme un poco. No tengo más amigos que vivan tanto como tú - dijo mirándola.

Merlín suspiró girándose con las manos en las caderas. Ella era muy hermosa, ciertamente.

- ¿Cuántas Elizabeths van ya? - preguntó con seriedad.

- Acaba de morir la 102 - dijo mirando al techo.

- Tu vida gira entorno a tu maldición y entorno a Elizabeth, así que hasta que no encuentres un remedio, todo seguirá así - dijo volviendo a tomar su orbe, del que estaba esculpiendo una piedra dorada - Si aprovechases que acaba de morir para hacer otras cosas que te la saquen de la cabeza un tiempo, descansarías.

- No entiendo lo que quieres decir - dijo Meliodas levantándose.

- Tu maldición consiste en que una vez que estés con Elizabeth, ambos enamorados, ella empezará a recordar sus vidas pasadas, y entonces morirá en tres días. Luego reencarnará y estaréis obligados a encontraros y que ella se enamore de ti.

Meliodas escuchaba con atención a su amiga metiendo las manos en los bolsillos.

- Ahora que Elizabeth acaba de nacer como una persona nueva, tienes tiempo hasta que ella crezca y vuestros caminos de crucen irremediablemente de ver la vida de otra manera.

- ¿Otra manera?

- Que hay más mujeres en el mundo, Meliodas - dijo ella mirándole por encima del hombro con seriedad - Calculo que tienes unos 12 o 13 años de tranquilidad emocional, y en ellos deberías salir a vivir la vida como una persona normal.

- Pero Merlín...

- Ahora fuera, me estás retrasando.

Justo después de esto, una puerta se cerró de portazo delante de la cara de Meliodas. Él se llevo los brazos tras la cabeza con indiferencia.

- Sate, sate, saate... - dijo mirando alrededor - ¿Y ahora yo que hago? ¿Tomarme un descanso?

Salió de la torre y caminó mientras el viento movía su ropa negra de entrenamiento y su cabello dorado. Bajo el monte, había una pequeña aldea de pescadores, al lado del mar. Sus tripas rugieron con hambre.

- Ahh... Merlín es mala anfitriona, no me ofreció nada de comer - dijo empezando a bajar - Tendré que comprar algo.

La "maldición" de Meliodas de la negación para el sabor de su comida le acompañaba desde siempre, así que compraba cosas que pudiese comer sin cocinar o en caso contrario la compraba ya cocinada o entraba a un bar o restaurante.

Caminó entre sus calles viendo a las personas cargar cajas y cajas de pescado, algunas lujosas con marisco, que iban directamente a bares y tiendas. Él sonrió.