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Apartados dedicados a chicas especiales con enfermedades y dificultades en su vida, one-shots para chicas con cáncer, deformidades, otras enfermedades, chicas que no se sienten bellas. 🌼
- Diane, espera paciente, volveré pronto con ayuda...
Miró con algo de tristeza a una pequeña giganta acostada en el fondo de la cueva, que temblaba de frío y a la vez sudaba por el calor. La pequeña Diane tenía una fiebre muy fuerte que el rey de las hadas no era capaz de curar al no tener lo necesario para un cuerpo tan grande, así que salió fuera teniendo que dejarla sola y voló alto.
Sabía que a unos pocos kilómetros había un pequeño pueblo de ganaderos y agricultores, pero... era humano, obviamente.
King tenía la cabeza llena de cosas malas que su amigo Helbram le metía sobre los humanos, pero ahora mismo no tenía a quién recurrir, pues estaba muy muy lejos del bosque de las hadas... y además algo exiliado.
Voló mirando alrededor hasta ver a lo lejos esa pequeña aldea, y aterrizó mirando alrededor. Eran varias casas dispersas, cada una con un gran huerto detrás y campos de cultivo.
King estaba nervioso, no sabía bien cómo hablar con humanos ni mucho menos cómo decirles que tenía a una pequeña niña giganta muy enferma y necesitaba ayuda.
Vio a unos niños jugando con unos palos, y riendo fuertemente, por lo que decidió acercarse caminando hasta oír lo que decían.
- ¡Buuuhh! ¡No te acerques, Dara! - decían riendo y corriendo - ¡Se nos va a contagiar tu cara feeeeaaaa!
King vio pasar a los niños corriendo por su lado, un poco más bajos que él, corriendo y agitando sus palos al aire. Luego miró al frente, viendo a una chica parada de pie en el camino con un vestidito y una cesta y además llevaba su pelo ondulado tapándole media cara. Miraba a los chicos quieta y callada, casi inexpresiva. Luego miró al hada, y sonrió.
- ¡Hola! - saludó ella.
- Eh... hola... - saludó el hada un poco tímido al ver que por fin hablaba con una humana - eh... esto...
- ¿Eres un niño nuevo en el pueblo? - preguntó acercándose un poco más - Nunca te había visto.
- ¿Eh? ¿¡Ni-Niño!? - dijo sorprendido.
- Me llamo Dara - siguió ella con una sonrisa - Y me alegro de hablar contigo. A los demás niños no les caigo muy bien.
- Yo me llamo... King... - dijo dudando si decirle su nombre o no, y miró atrás a dónde los niños se fueron.
