(Pedidos cerrados)
Apartados dedicados a chicas especiales con enfermedades y dificultades en su vida, one-shots para chicas con cáncer, deformidades, otras enfermedades, chicas que no se sienten bellas. 🌼
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-------------------------
El sonido del eco resonó por todas las mazmorras, asustando a los prisioneros. La caballera sacro gritaba con ganas moviendo su armadura, que sólo le cubría piernas y brazos, haciendo ruido.
- ¡¡Otra maldita vez!! ¡¡Otra maldita vez!!
Ella estaba muy enfadada. La puerta de la celda de Ban estaba abierta y sus cadenas rotas. El ladrón se había vuelto a escapar, como siempre hacía una vez al año. La chica al cargo de vigilar su celda estaba muy enfadada. Una vez al año, Ban se escapaba rumbo al Bosque de las Hadas para ofrecer su sangre al árbol sagrado y volver a ver el precioso rostro de Elaine, esperando volver. Mientras, los caballeros superiores castigaban y regañaban duramente a la chica.
Por eso ella se volvió una caballera sagrada: el ansia de mantener a Ban dentro de su celda y que no volviese a escapar, aunque él regresaba tranquilamente caminando al día siguiente. En ese día, la caballera era objeto de burlas continuamente. Cuando lo veía volver, tan tranquilamente, como si no hubiese hecho nada malo, sabiendo que al año siguiente se escaparía, ella lo odiaba más que a nadie en el mundo.
Mantener a ese pecado capital en su celda... era su misión.
- Hey, enfadona - decía regresando con el pelo largo y sin barba.
- ¡No me llames enfadona nunca más! - dijo apuntando con un dedo.
- Te llamo enfadona porque todos los días estás enfadada - dijo rascando su cabeza y mirando a otro lado - Te saldrán arrugas de abuela de tanto fruncir el ceño.
En ese momento, la caballera sacó su arma, un látigo parecido al tallo de una rosa que tenía en la punta una enorme pero graciosa planta carnívora (a lo Mario Bros), y dando un latigazo contra Ban, hizo que su planta mordiese al inmortal en el costado. Ban la miró durante un segundo, antes de ser lanzado con mucha fuerza al interior de su celda, chocando contra la pared rocosa.
Ban se incorporó seriamente, mientras el mordisco de su costado se curaba, viendo a la caballera entrar en su celda. Ella extendió su arma, y de la pared comenzaron a brotar tallos de rosas que lo apresaron de nuevo, clavando sus espinas en su piel.
- ¿Otra vez lo mismo? - dijo aburrido - Harás que odie las rosas...
- No, no es lo mismo - contestó ella con superioridad - Ahora soy una caballera sagrada. Soy más poderosa. Esas espinas te intentarán un veneno que te hará daño, mucho daño. Morirás de dolor, Ban. O mejor dicho, querrás morir del dolor.
Las espinas se clavaron con más fuerza, dejando gotear una sustancia espesa y morada. Ban frunció el ceño mirándola.
- Hoy estás más enfadona que otras veces que me he escapado... ¿Es lo que tiene ser por fin una sagrada?
