nine

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—Es un placer señora—respondió Piper, agachando la cabeza.

—¿Que vas a cocinar?—

—Quenelle, es un platillo Francés—Acotó Piper.

—Uh, francés ¿Escuchaste eso?—preguntó Maria.

La rubia de dispuso a hacer lo suyo para no tener que mirar a esa mujer de nuevo, por lo menos no ahora.

—¿De donde sos?—preguntó mordaz.

—Paris, me adoptaron en Nueva York, y nos fuimos para allá.

—¿Que parte de Nueva York?—volvió a cuestionar ahora poniéndose frente a la chica.

—Canarsie, viví ahí toda mi vida—mintió la rubia.

—Ya veo, ¿y tus padres?—preguntó.

—Ellos... estan...—dijo sin poder continuar.

Las dos mujeres pusieron su vista en la puerta cuando Maria salvó a Piper de la charla más horrible que podría tener en su vida.

—Cuñada, no molestes a la nueva—dijo Maria graciosa.

—Sabes que hoy vienen las chicas, necesito todo perfecto.

—Ah si, Taylor, hoy vienen sus dos adoradas hijas y no quiere darse el gusto de que algo salga mal—dijo la mujer.

—¿Hijas?—pensó.—Mierda.

—Esta bien, señora, prometo que va a estar bien todo.—acotó Piper.

—Eso espero, una oportunidad, hoy es tu gran noche—suspiró Carol—Vamos a tener una fiesta, te voy a dar la lista de todos los aperitivos que tenes que cocinar para entonces.

—Bien, señora—dijo la rubia.

—Aproposito Tay, esta es la nueva llave de tu cuarto, ahí podes cambiarte y hacer todo lo que necesites hacer.

—Gracias, Señora—acotó Piper.

—Llámame Maria—dijo la mujer obteniendo la sonrisa de Piper.

La joven se dirigió a su cuarto para poder cambiarse y dejar todo listo para irse el día siguiente, planeaba quedarse a dormir, por lo menos una noche, o podría irse s la madrugada, ya diría.

Al terminar de cambiarse, pasó todo el día cocinando para la bendita fiesta que le habían asignado, haciendo cada uno de los platillos.
Conoció a sus demás compañeras, la cual solo pudo establecer una conversación estable con una de ellas, y no fue acerca que nadie menos, la hija de Carol.

Carol, por otro lado, se preparaba junto con un vestido semi transparente, para poder recibir a todos sus invitados. Pero apareció alguien quien ella no esperaba ver jamas otra vez.

—Que mierda haces acá—Preguntó Carol molesta acercándose a el.

—¿Que no soy bienvenido?—preguntó De manera arrogante.

—Saca tu maldito culo de todo este lugar, no podes estar acá, antes que cualquiera te vea en esta fiesta.

—Quien es el Carol—preguntó Jorge su ahora marido y ex jugador de fútbol.

—Es mi tío, vino desde muy lejos, pero ya se va.

—No seas así, déjalo pasar.—dijo el jugador.

Piper estaba harta de hacer la comida de estas personas, sentía que no resistiría por mucho más.
cuando escucho que alguien entraba en la cocina.

—Disculpa—dijo la mujer.—¿Tenes hielo? Mi novia se torció el tobillo.—acotó la joven.

La rubia, quedó paralizada ante la belleza de tal mujer, era una pelinegra alta de ojos color esmeralda, quienes la miraban atentos, probablemente esperando una respuesta de sus labios la cual tardó demasiado en llegar.

—¿Sos nueva no?—preguntó—Perdón, se que no debes saber.

—No se preocupe, yo lo voy a encontrar—acotó la joven nerviosa.

—Te ayudo—dijo la mayor disponiéndose a buscar.

—No,no,no, no la ayudes, para eso esta, hija—dijo Carol.

—Carol, quiero ayudarla—dijo la pelinegra.

—Mamá, decime mamá—acotó la mujer.

—Mi novia espera.—mirándola con desprecio.—un gusto conocerte...—dijo la pelinegra esperando por su nombre.

—Taylor, mi nombre es Taylor.—acotó Piper.

—Tay—dijo la mujer con una cálida  sonrisa en su rostro.

—yo le llevo el hielo, no se preocupe—dijo la joven.

—gracias—acoto para después irse y dejarla sola con Carol.

La rubia no pudo contener su sonrisa, pues era la primera vez en mucho tiempo, que alguien era de esa manera con ella, la morena sin nombre era dulce, y parece que Carol lo había notado.


POV PIPER.


Senti una fría mirada en mi cuello, y cuando gire, lo comprobé esa mujer estaba literalmente estaba detrás mío, mirándome como en aquellos años.

desvie la mirada y pude ver como se ponía en mi costado, para poder ver lo que estaba haciendo, que era, recoger el maldito hielo para su hija.

-¿Te agrada mi hija?- preguntó curiosa.

-Parece buena persona, señora- dije con nervios a flor de piel.

-Ella es La Luz de mis ojos, la amo-dijo-¿Vos tenes hijos?

-No, no pienso en eso- dije intentando cortar la conversación terminando de agarrar el suficiente hielo para la morena.-Con permiso.

dije para poder salir de esa situación, para probablemente llevarme a una que no quería presenciar. La misma morena, ahora estaba arriba de otra mujer, besándola en el sillón de la sala, supuse, debe ser su novia, que suerte tiene.

-Disculpen-dije interrumpiendo su situación.-El hielo-dije intentando no mirarlas.

-Gracias Tay-acotó la morena para ser llevada a la boca de la otra rubia.

-de nada-dije para salir lo mas rápido de ahí.

me dirigí a mi supuesto cuarto, el cual Maria me había dicho anteriormente, estaba en el piso más bajo y el más horrible, supuse Carol había conseguido ese cuarto, ya que el de las demás mucamas era más lindo, parecía mas humano, pero este no.

me dirigí a la puerta con las ropas que tenía anteriormente, y comencé a desvestirme para poder sentir la vista de alguien sobre mi.

-Vaya que creciste- dijo la voz espantándome  de inmediato.

-Healy...-dije para ver al hombre sentado  en mi cama.


🍱Maraton perras🍱

LOST GIRL- VAUSEMANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora