Ten

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—¿Que no vas a saludar a Papá?—preguntó.

—No se de que me habla, ¿puede irse?—pregunté tartamudeando.

—Mira nena, no te me hagas la idiota por que los dos sabemos quien sos.

—Repito, no se de que me habla—dije intentando safar.

—Piper, querida, ¿en serio pensaste que no te reconocería?

—Tenía la esperanza Healy...—dije suspirando sin más, rendida.

—Hasta que al fin se te cayó la mascara, hermosa—dijo el viejo con una sonrisa burlona.

—Ya me descubriste, ¿contento?—pregunté mirándolo sin expresión.

—Esto le va a encantar a Carol—dijo dispuesto a irse.

—Es por ella ¿cierto?—calándolo—¿Cuanto te pagó?

—Eso no te incumbe.

—Apuesto que es una miseria, yo podría darte más, si quisieras...—dije haciéndome de rogar.

—Vos no tenes plata, sos una piba que salió de ese lugar pero todo queda.

—No te creas, salí, si, pero al adoptarme lo hizo una familia con dinero, mi padre murió hace poco, y me dejo demasiada plata para mi y mis hermanas—dije.

—Mentira, ¿donde tenes la plata?—preguntó viendo por todo el lugar.

—¿Que me asegura que no vas a decir nada?—cuestioné mirándolo de reojo.

—Si me das, yo me callo,me importa una mierda lo que pasó entre ustedes dos, pero decime cuanto.

—Dos grandes.—dije mirándolo a los ojos.

—Podría considerarlo, ni la ingrata esa me da tanto—dijo largando una carcajada, para levantarse y después irse del cuarto, a la fiesta.

Suspiré dejándome caer en la alfombra mientras intentaba idear algo.

Podría pagarle y cerrarle la boca para que no hable. Pero... ¿cuanta guita podría llegar a gastar? La respuesta les sorprenderá.

Me levanté y me puse la mejor ropa que tenía, un vestido blanco, elegante, sencillo, perfecto.
Si quería ir a la maldita fiesta necesitaba aparentar, total, ya había hecho mi labor.

Cuando subí las escaleras pude ver fotos de todo tipo, de las jóvenes con Carol, quienes supongo son sus hijas, de Ella con su esposo. Eran demasiadas.

—Me alegra que nos acompañes en esta fiesta Tay—dijo María agarrándola de las manos.

—A mi también, es muy hermoso todo—dije correspondiendo a su agarre.

—Si, vamos con los demás, seguro querrán conocer a la gran mujer que preparó estas delicias.—dijo llevándose un bocadillo a la boca.

—Yo ahora te alcanzo.—dije dandole una media sonrisa.

Después de que se fue, quedé sola en la habitación, apoyé mis manos en la mesa, intentaba que el aire llegara a mis pulmones, sintiendo esa adrenalina que tanto anhelaba, la cual extrañaba.

Acomodé mi vestido para después enderezarme y dirigirme a la fiesta junto con todos los demás.
Todos estaban vestidos de gala, sentía algunas miradas sobre mi, me sentía amenazada, no me gustaban ese tipo de miradas, hasta que me topé con una que creí poder haber reconocido.

La morena de antes me miraba de arriba a abajo, podía ver como sus ojos recorrían mi cuerpo, hasta que subió su mirada y se topó con la mía, la cual en ese momento se quedó mirándola, queriendo saber su siguiente movimiento.

Este, se fue arrebatado por su novia, quien apoyó sus manos en sus hombros para hacerla reaccionar, a lo que la joven la miró, ignorando por completo mi  presencia.

No se quien es esa mujer, pero siento pequeñas punzadas en el pecho cuando la veo, fueron dos veces que la vi pero no se que esta pasando, solo pasa.

Intento apartar mi mirada de la joven sin nombre para posarla en el hombre que estuvo en mi cuarto hace un rato atrás, el cual también miraba a la morena, para después girar su mirada hacía mi, con una copa en sus manos, la alzó en señal dé brindis junto una sonrisa burlona y me miró.
¿Que sabe el que yo no? Me pregunté.

Cambié mi vista hacía Carol, y mirándola de reojo fui por una copa. Necesitaba como fuera aliviar la tensión que sentía mi organismo en este momento, por que parecía algo que no podría tolerar.

Así pasé la mitad de la noche, entre miradas con mi nueva jefa, quien cada vez que su novia se distraía, su cara se concentraba en mi. Por un lado, yo estaba mirando a su madre, pero sentía su cálida mirada a un costado mío,  y cada vez que intentaba congeniarlas, ella solamente se apartaba para volver su vista a su acompañante.

Podía reconocer algunos gestos de la joven, pero no recordaba de donde. Mi cuerpo podía sentir las contracciones en mi estomago, que decían "esto me es familiar" es una sensación familiar. En su mirada, hay algo, que no logro descifrar, pero ella no es mi problema en este momento, así que prefiero apartarlo. Mi problema es su madre.

Carol hablaba con Healy, la mujer ponía su mejor sonrisa para hablarle, pero entre miradas, me podía llegar a dar cuenta que esa no era una charla tranquila. "¿Ella lo habrá enviado a asustarme?" Pensé. "El le habrá dicho algo?" Tenía que alejar esas preguntas de mi mente, así que pedí en la barra una segunda bebida, alguna fuerte que tuvieran, para poder calmarme, ya que parecía más paranoica que nunca.

Es oficial, necesitaba irme de ese lugar, no estaba lista para afrontar esto, aunque me preparé por años para esto, no podía.
Tal vez el no diría nada por el dinero, pero aún así tenía esa voz en mi cabeza que decía "corramos" y le iba a hacer caso.

Me dirigí junto a mi bolso a la salida más vacía, pues todavía podía sentir las miradas inquisitivas sobre mí. Y eso no me tenía para nada tranquila.

Entré a la mansión para poder escuchar una voz bastante familiar, me di la vuelta para ver como la hija mayor se dirigía al micrófono que estaba en un pequeño escenario, "la mujer de las miradas" pensé.

Otra mujer intentaba detenerla esta, portaba un pelo descuidado, era más baja que su hermana, pero sin duda casi tan hermosa como ella.
Sin éxito, se rindió, y dejó que la joven quien parecía borracha y fuera de sus cabales agarrara el micrófono.

—Hola, se que muchos de ustedes ya me conocen—dijo comenzando a hablar, teniendo la atención de todos los presentes.—Hoy estamos acá para "celebrar" nuestra llegada—dijo haciendo comillas con los dedos—No se que tiene que celebrar, por que si, esa mujer de ahí, me sacó de donde yo vivía con mi hermana, nosotras dos éramos indigentes, vivíamos en la calle—suspiró—Y Carol, nos sacó de ahí, pero... ¿A que costo?—preguntó mirando entre la audiencia a Carol.
—Ella, cree habernos salvado, pero lo único que me salvó a mi, se fue hace demasiado tiempo, y eso no lo puedo recuperar—dijo para agachar la cabeza entre sus manos.—Todos ustedes pueden creer que esa mujer es buena, que es la mejor persona que existe, ejemplo de madre, de esposa... Dios, eso se los puedo cambiar en un segundo, se los juro.

La ojiverde fue arrastrada del escenario por un hombre, quien se supone, era su padre, Carol, estaba aturdida por todas las cosas que la joven había dicho, pero ya no podía cambiar nada.

Su hermana, quien agarraba la cara de la morena entre sus manos, la miraba intentando ver algún signo de estabilidad en su hermana, pero era nulo, la joven no reaccionaba, estaba completamente ida.

Yo no podía creer todo lo que había podido escuchar, estaba de acuerdo que esa mujer le agradaba en demasía. Veía algo en esa joven, algo que hace mucho tiempo no veía, y probablemente podría darse la libertad de explorar ese sentimiento.





🍱APARECIÓ LA DESAPARECIDA🍱

Hola gente, ya se que me re fui, tengo alto bloqueo de "escritora" pero al escuchar a Lanita, me vino de golpe las ganas de escribir, so disfruten esto por que en serio me costó.

hAsTaA lAa pRoXimAaA.

LOST GIRL- VAUSEMANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora