Fifteen

313 31 12
                                    



Comencé a removerme sintiendo la comodidad debajo mío, sintiendo lo cómoda que estaba, olvidando el cuerpo inerte que yacía abajo mío.

Al recordar todo lo que pasó la noche anterior me reincorporo y logró visualizar a mi "hermana" completamente dormida.
Decido no despertarla ya que hacerlo sería inútil, pues las empleadas debemos despertar antes, y llegar a interrumpir alguno de los sueños de ellas no es bueno, aún sabiendo quien era yo.

Le dejé una nota en su estante rogando por que la leyera e impuse paso para salir de ahí.
A medio camino, me encontré con quien menos debería.
Alex yacía apoyada en el marco de la puerta de su cuarto mirándome con duda y confusión en sus ojos. Probablemente queriendo saber que hacía saliendo del cuarto de su hermana.
Pasé rápido por esa zona dándome cuenta que ella no despegó su mirada de mi en ningún momento, haciéndome sentir vigilada.
Miré dentro de su cuarto y pude ver el cuerpo tirado en la su cama de una mujer quien obviamente era Artesian.

La miré por escasos segundos, y ella sin decir nada, mirándome con esos ojos verdes penetrantes, se acomodó en la puerta para seguir clavando sus ojos inexpresivos en mi.

No quería despegar mi mirada de ella, pero la sola idea de saber que estuvo con su novia en su cama, que fue quien la tocó, quien la besó, me dio la energía suficiente para sacar mi mirada de ella y seguir mi camino por el pasillo.

Bajé lo más rápido que pude, para evitar cualquier mirada furtiva por parte de algún otro integrante de la familia. Pero, nadie pareció notarlo, salvo cierta pelinegra a quien había dejado atrás.

Entré a mi pequeño cuarto, para ponerme pieza por pieza el atuendo de "mucama", al estar completamente arreglada estaba dispuesta a salir de mi cuarto, cuando mi teléfono comenzó a sonar.
Miré la pequeña pantalla, para notar el nombre de Zelda, quien parece que no dejaría de molestar hasta verme.
Quería ignorarlo, pero parecía que ella no desistiría hasta ser atendida, ya que sonó unas dos veces más.

—Zelda?—pregunté lo más sería que pude.

—Esta bien que no quieras preocuparte por tu hermana, pero yo no pienso cuidarla, necesito trabajar, y ella es TU familia.—dijo alterada.

—¿Acaso queres que vaya hacía allá?—suspiro—Queres que vaya en avión hasta donde estas vos?

—Piper, es tu hermana— dijo enojada.

—¡Bien!, solo dame un par de horas.—dije enfurecida para después cortarle.

Por más que amara a mi hermana, sabía que era un truco por parte de Zelda para posiblemente disuadirme, o para querer verme, sea como sea, parece que hay que ver a la familia.

Volví a cambiar mi ropa lo más rápido que pude, poniéndome una chaqueta color ocre que parecía tres tallas más de mi talla normal, un jean azul rasgado y unas botas de cuero negras.
Salí de mi cuarto y fui a buscar a Nicky, sí alguien lo entendería sería ella.

Subí las escaleras lo más rápido que pude, rogando para no tener que volver a su cuarto, ya que posiblemente la mayoría de los habitantes de la casa estarían despiertos, y sería muy raro de explicar.
Para mi suerte, Nicky estaba sentada en la cocina mirando su teléfono sin notar la presencia de nadie, me paré a su lado y toqué su hombro para que ella clavara confundida su mirada en mi.

—Esta todo bien?—preguntó notando la cara de preocupación en mi rostro.

—Es mi hermana—susurrando—tuvo una sobredosis, necesito ir a verla, es urgente.

—¿Queres que te lleve?—preguntó levantándose de inmediato.

—Ella esta en Paris, no creo que puedas llevarme hasta allá—dije haciendo una mueca de comprensión.

—Bien, pero voy a autorizarte para que te tomes unos días, roga para que no se enteren—dijo guiñándome un ojo.

—¿Para que no se enteren de que?—preguntó una voz gruesa detrás nuestro, haciendo que las dos girásemos la cabeza.

—Al, da igual, la chica necesita ayuda—dijo intentando restarle importancia.

—¿Y vos se la vas a dar?—preguntó dejando de mirar a su hermana para clavar sus hermosos ojos furiosos en mi.

—Es complicado, y no te concierne, por lo tanto, largo.—argumento Nicky dejando a su hermana estupefacta ante su reacción.

—¿Que están ocultando ustedes dos?—preguntó ahora volviendo a clavar la mirada en Nicky.

—Es nuestro problema, así que no preguntes—contestó la menor tratando de liberarnos de la situación más incomoda de mi vida.—Tay, podes irte—dijo para después clavar un beso en mi mejilla, para aumentar la cólera de su hermana.

Corrí lo más rápido que pude hacía el estacionamiento, y mientras corría pude escuchar a Alex gritarle sin ningún escrúpulo a su hermana "¿Te la estas cogiendo?".
Una parte de mi quería volver y partirle su hermosa cara por ser tan insolente, pero por otro lado, quería lanzarme en sus brazos y decirle que eso jamás pasaría. Control Piper, Control.

Cuando terminé mi trayecto, pude sentir a alguien aproximándose a mi, por lo que aceleré el proceso para salir de ese lugar.
Me puse mi casco para después sentarme en el asiento de cuero de mi moto, el cual parecía posiblemente semejante a mis botas.

Escuché la puerta abrirse, pero cuando giré mi cabeza era Alex mirándome con sus ojos sorprendida pero para entonces, ya me había puesto mi casco si no ella notaría la expresión en mi rostro, la cual se definiría en una mueca de burla y enojo, quien ella conocía muy bien.

Me dirigí a mi departamento, pasando por el montón de casas lujosas que yacían a mis costados, admirando los viejos recuerdos que se formaban cuando recordaba lo que pasé en esas calles.

—Debemos apurarnos—dijo la morena poniéndose su capucha—Si tardamos más, Roja se va a preocupar.

Alex sacó algunos billetes de su chaqueta para dárselos al vendedor, quien la miraba con recelo al ver las ropas que cargaba la adolescente.

Cuando salimos del local, un hombre nos esperaba fuera de este, su ropa estaba sucia al igual que su aspecto el cual era desdeñado.
Agarró el brazo de Alex con fuerza y yo me asusté, pues ella no dejaba que nadie la tocara de esa forma.

—Primero el dinero—dijo ella mirándolo con furia.

—No voy a confiar en alguien como vos, dame lo que tenes—dijo desesperado.

—Al diablo, vámonos Pipes, busquemos a alguien quien si quiera trabajar—argumentó con altanería para mirar a su presa de reojo.

—Bien, tene tu maldito dinero, pero dámelo ya—dijo tirando un fajo de billetes al suelo, animándome a levantarlos.

Alex le entregó la bolsa que teníamos a segundos de salir del local, para después agarrar mi brazo y tirar de el para poder emprender paso hasta algún restaurante.

—Parece que vamos a poder comer por algunos días—dijo con una hermosa sonrisa en su rostro, denotando la felicidad que emanaban de estos, haciendo que a la luz naciente del sol, parezcan un sueño.

Inconscientemente, de alguna manera mi cerebro había llegado a mi departamento. Me adentre en este sacando mi llave lo más rápido que pude, para meterla en la cerradura.
Entré como un tornado en mi habitación, agarrando el primer bolso que encontré metiendo lo esencial para poder largarme por varios días.

Salí de la misma manera en la que entré, para bajar corriendo y dirigirme a mi moto para poder llegar al aeropuerto.
Aceleré lo más rápido que pude, dejando todo atrás sin importarme si chocara o no.
Llegué unos minutos después, y rogué para que hubieras vuelos disponibles, pero desgraciadamente era demasiado bueno para ser verdad.

Pedí el más cercano a donde quería dirigirme, al llegar podría tomar el tren e ir lo más rápido que el sistema me permita hacerlo.
Compré el más cercano, y ese era Londres, tenía un gran viaje por recorrer.

Feliz cumpleaños a mi 🤡

LOST GIRL- VAUSEMANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora