Three

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—¿Que tiene el dinero?— preguntó agachándose para quedar a su altura.—No tenes que preocuparte por eso.

—Es que...Carol— dijo siendo interrumpida.

—Carol es una buena mujer, y me duele que no la quieras, ella te adora—soltándola—pensé que querías verme feliz.

—Carol me odia y quiere saber sobre el dinero—dijo sin más.

—Piper por dios, sos una nena y no entiendes nada de estas cosas de adultos—mirándola—vamos al auto.

—Pero papá— dijo cuando su padre tiro de su brazo.

—Pero nada, te vas a quedar acá dentro hasta que pueda sacar el dinero.—encerrándola—y no quiero escuchar ni una sola palabra más hasta que lleguemos a casa.

Bill se metió en el auto y condujo hasta el banco donde depositó todo el dinero.
Piper obedeció y no habló, pero al mismo tiempo pensaba como le podía creer a esa mujer y no a ella.
Pasó pensando tanto tiempo en eso, que no notó cuando el auto se detuvo, para que su padre saliera de este hacía el interior del banco, dejándola sola.

Piper solo podía pensar en que pasaría al llegar a su casa, que pasaría cuando Carol la viera, que le diría, pues seguro se había dado cuenta de la presencia de La rubia en la casa.
El tiempo paso volando, y su padre volvió con bolsas en sus manos, para poder adentrarse en el auto.

—Lo tengo, ahora vámonos a casa y vamos a ver que disgusto le hiciste pasar a la pobre de Carol— conduciendo— seguro le vas a tener que explicar como llegaste a mi trabajo.

—No tengo que darle explicaciones a esa mujer.

—¡Basta!, estoy harto de ese comportamiento con ella, tu hermano y tu madre ya no están, supéralo, como el resto de nosotros.

Piper pudo sentir sus ojos humedecerse al escuchar esa declaración, ese recordatorio de la muerte de su hermano y su madre, el día que se le vino todo abajo.
La niña estuvo en silencio todo el camino, y cuando por fin llegaron, solo salió corriendo del auto, olvidando por completo a su padre, pero sobre todo a Carol, quien la esperaba en la puerta.

Piper caminó por la sala, agarrando la billetera de su padre la cual descansaba sobre la mesa del comedor. Usualmente la agarraba para verla, siempre era cuando estaba molesta, esta definitivamente era una de esas oportunidades.

corrió hasta su cuarto intentando no ser vista, subiendo por las escaleras las cuales le parecieron infinitas y se encerró en este.

No había pasado nada de lo que dijo la mujer anteriormente, aunque ella sabía lo que había escuchado.
La niña se tiró en su cama, enojada por todo, sabía que algo pasaría, por eso no la dejaba muy tranquila.
Unos ruidos en su puerta la desconcentraron para ver como la abrían.

—¿En serio creíste que era tan estupida?—Preguntó Carol aún en la puerta.—Deberías haberte quedado callada.

—No se de que estas hablando.

—No me vengas con eso, Bill cree que sos una nena inocente que no sabe nada, pero ya va a ver.—respira hondo—esta noche va a cambiar vas a verlo linda.

Dicho eso Carol salió por la puerta, pero esta vez se aseguró de cerrarla con llave. Piper al sentir como se cerraba fue hasta esta para ver si abría, pero no había resultado.

Piper no se hizo esperar, sabía que algo pasaría, no quería saber que tramaba la mujer.
Pero empezó a escuchar quejidos graves fuera de su puerta. La rubia solo podía imaginar lo peor, así que se asomó por el cerrojo para intentar ver algo, pero fue inútil.

LOST GIRL- VAUSEMANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora