GRACIAS POR SALVARME (AGENTREIGN)

6.1K 280 19
                                    

- ¡Samantha!

Un hombre de estatura promedio, con barba arreglada cuidadosamente, pero oliendo fuertemente a alcohol entro en la casa.

-Max, Rubí está durmiendo...

- ¿Si no quieres que haga ruido por qué no abriste la puerta cuando escuchaste que llegue?

-Estaba acostando a Rubí...

-Esta bien, solo porque es mi hija de quien hablamos. Quiero mi comida, sírveme rápido y más te vale que me guste.

Casi corriendo la castaña se dirigió a la cocina, con temblor en sus manos sirvió el plato de estofado y rezo internamente para que Maxwell no le encontrara algún defecto. Cuando termino de comer se dirigió a la habitación que compartían y sin quitarse la ropa se tiro sobre la cama cayendo en un sueño profundo. Al ver que su marido no despertaría hasta el día siguiente la castaña soltó un sollozo mientras lo desvestía y lo metía a la cama para después dirigirse a la cocina donde descargo su frustración en un llanto incontrolable.

-Si tan solo pudiera mandarlo al demonio no tendría que estar sufriendo por esto.

La amargura de sus palabras fue interrumpida por el sonido que provoco su puño impactándose sobre la mesa.

- ¿Por qué le gusta hacerme sufrir?

La pregunta le hizo recordar cuando se casaron, parecía ser que todo iba bien; con la llegada de la pequeña Rubí las cosas habían mejorado aún más como si eso fuera posible. Pero el día que los señores Lord sufrieron aquel terrible accidente todo cambio. Maxwell comenzó a tomar, llegaba tarde a casa, en un momento le pegó y lo peor era que la vida de su pequeña hija corría peligro. Su vida estaba comenzando a convertirse en un infierno y lo terrible es que no podía escapar, cuando lo intento por primera y última vez Max la amenazó con su hija además de dejarle el cuerpo lleno de moretones, después de la paliza que le dio le dijo que si intentaba otra vez acusarlo con la policía o se le ocurría hacer algo la niña moriría y para demostrarle que no estaba jugando saco un arma de su escritorio y se dirigió al cuarto donde la pequeña dormía plácidamente, sin ningún atisbo de remordimiento quito el seguro y apunto directo a la sien. A partir de ahora tendrás a alguien vigilándote, solo para recordarte que no hagas alguna estupidez, fue lo último que le dijo antes de salir de la habitación de la niña.

- ¡Maldita Sea!

Recordar aquello la hacía sentirse impotente, su único consuelo era saber que Rubí no era consciente de aquel infierno. Todas las peleas, golpes, humillaciones eran cuando Rubí no estaba presente, para ella su padre era todo un héroe como para todo niño de ocho años.

Con un dolor de cabeza que amenazaba con volverse migraña se fue a dormir. Mañana era un día especial. En una de las últimas reuniones de Maxwell conoció a Lena Luthor, la dueña de todo National City, quien le propuso trabajar para ella al enterarse que la castaña había terminado su doctorado en biotecnología con una tesis prometedora. Milagrosamente Lord acepto aquello pues veía ese posible vinculo como una gran oportunidad para trabajar con L-Corp. Aunque su empresa no estaba en el mismo nivel que la de Lena esperaba convencerla de afiliarse.

-Buenos días. Soy Samantha Arias, soy la nueva investigadora.

-Buenos días Samantha, soy Jess mucho gusto. La señorita Luthor la esta esperando en su despacho. Piso cincuenta, en un momento le digo a Eve que usted ha llegado.

-Muchas gracias Jess, nos vemos luego.

Con una sonrisa se despidió de la recepcionista y a paso apresurado se dirigió hacia los ascensores.

ONE SHOTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora