Estoy casi segura que me quedé dormida en mi oficina. No puede ser verdad lo que está pasando, ¿Yo embarazada? Quería poder despertarme, pero todo parecía tan real. Con paso dudoso llegue al sofá y rápidamente Kara me ayudo a sentarme.
-Lo puedo ver.
La mire extrañada hasta notar que miraba mi vientre que ahora que lo veía mejor parecía que había ganado peso. Con suma delicadeza puso su mano como si pudiera sentirlo.
-Y lo escucho, es suave y lento. Es como tu latido cuando duermes.
- ¿Has escuchado mi corazón cuando duermo?
El sonrojo de sus mejillas se extendió hasta sus orejas y me pareció la imagen más tierna. Creo que no tenía intención de confesar aquello.
- Me tranquiliza saber que estas a salvo.
- ¿Qué harás Kara?
- ¿A qué te refieres con esa pregunta?
-Tengo dos meses de embarazo, ya no puedo detenerlo. Si mi madre no logro encontrar una solución significa que me tardaré en encontrarla y tiempo ya no habrá.
-Lo que hizo Lex es imperdonable pero yo te amo, y si soy honesta tener una familia contigo sería algo con lo que siempre he soñado. Pero eso no importa quiero que estés bien, aceptaré tu decisión.
-Yo también quiero una familia contigo, ¿Pero no crees que es muy pronto para ti?
-Si por mi fuera me casaría contigo en este momento así que no pienses que estarás sola en esto mucho menos que te vas a deshacer de mi tan fácilmente. Solo que, lo que tu madre señalo es algo que no podré dejar pasar, tu vida corre peligro y no pienso arriesgarme a perderte.
-Kara aun es pequeño, no me causara ningún problema.
-Afortunadamente los embarazos kriptonianos duran lo mismo que el de los humanos, pero ya te dije que no pienso arriesgarme en nada, tenemos máximo un mes antes de que los posibles problemas empiecen. Tenemos que decirles a los chicos y también a Eliza.
- ¡Oh por dios! Eliza va a matarme, pensara que...
-Cariño no, ella te amará como a una hija más. Pensaremos en como decirles mañana por ahora necesito que cenes para después ir a descansar. ¿Tienes algún antojo?
Kara comenzaba a hablar demasiado rápido y parecía que comenzaría a hiperventilar en cualquier momento así que la tome de las manos para tranquilizarla.
-Amor cálmate -Se detuvo en seco y una sonrisa idiota adorno sus labios, sabia que si la llamaba de aquella forma cariñosa podría obtener lo que quisiera- No he tenido antojos y no tengo hambre. Gracias por quedarte conmigo. Te amo.
Me beso con mucha suavidad y no pude resistirme a morder su labio inferior, el sonido que salió de su boca después jamás lo olvidaré, es tan placentero saber que ella me desea de igual forma solo que no era el momento así que decidí terminar antes de que las cosas se descontrolaran, pero decidí no bajarme de su regazo.
-Te amo más. Y para que quede claro, ese bebe es tan mío como tuyo así que no tienes que agradecerme por quedarme a tu lado -me dio un beso rápido antes de sonreír- Rao Lena, seremos madres. No puedo creerlo del todo, hace unas horas estaba ansiosa por saber si me perdonarías y ahora no solo tengo tu perdón, también correspondes a mis sentimientos pero espera eso no es todo, estas embarazada y es mío.
Kara parecía una niña a la que hubieran dado su primer regalo de navidad y fuera exactamente lo que pidió. No podía evitar estar feliz al igual que ella pero mi felicidad paso a terror, Kara estaba tan emocionada que no se dio cuenta cuando comenzamos a flotar aunque siendo justas tampoco me había dado cuenta.