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Kim Iseul

La voz de Heechul me trajo de vuelta, tener sentimientos es horrible, agradezco su presencia en este momento, no se confundan, también apareció a Key y a mi hermano, pero sin duda Heechul es el único que me entiende.

-Perdón-Seque mis lágrimas con las mangas de mi camisa, separándome de sus brazos.- Gracias por estar conmigo siempre.- Le di un pequeño beso en la mejilla.- Eres parte de mis recuerdos del pasado pero también quiero que existas en mi futuro.- Acomode los mechones que caían en su rostro.- Me hubiera encantado enamorarme de ti.

Heechul se mantuvo en silencio, me asuste, me arrepentí de lo dicho; como si no fuera nada el solo me sonrió.

-Vamos a casa- Se dio la vuelta caminando de regreso.

Tuve que correr para alcanzarlo, no hablamos, Salem se encontraba en la puerta así que lo tome para entrar en casa, una vez en la sala nos encontramos con los demás, tomamos asiento, al parecer Key ayudo a Jisung y Yuta a entrar por la ventana del hospital, Yoona espero afuera; me pareció adorable el brillo de sus miradas al describir la reacción de su madre al ver el esperado regreso de su hijo mayor; como si se hubiera planeado Jinwoo y Chen entraron por la puerta, ambos estaban completamente borrachos, consideremos un milagro el que regresaran a casa, con ayuda de los chicos subieron a ese par. Después de ese cómico momento, cada quien tomo su camino, ciertamente no tenia ganas de ver a Yoona, ese fue el motivo de volver a dormir en mi amado sofá, luego subiría para colocarme mi pijama. Si no me equivoco Key fue el responsable de llevar al pollito traicionero a su casa, no olvidemos que sigue siendo estudiante.

Acomodaba mis pertenencias hasta que me tomaron del brazo jalandome detrás de una figura masculina, inmediatamente descifre a mi secuestrador, mi querido Heechul, no puse resistencia, salimos de casa en dirección a la ciudad.

-Secuestrar es ilegal.- Seguí caminando detrás de el.

-No te estas resistiendo, así que no cuenta como secuestro.- No podía ver su rostro pero juraría que esta sonriendo.- Te llevare a un lugar mejor.

-¿Que tanto?

-Mucho mejor que dormir en un sofá.

-Bien me convenciste.

El camino solía ser largo pero teniendo compañía sin duda sentías falta de tiempo; la ciudad en ese aspecto nocturno sin duda mostraba una linda vista, las calles se encontraban mas pobladas de lo usual e incluso se llegaban a escuchar las olas. Entramos en el que parecía ser apartamentos, mi duda se confirmo cuando hablamos con la recepcionista. 

-Señor Hanjin, es bueno verlo.

-Lamento la tardanza.- Subimos al elevador el cual nos llevo al doceavo piso, su apartamento era el ciento veintisiete, introdujo la contraseña y nos adentramos en este. La palabra lujoso se quedaba corta para describir el apartamento, sin duda era su estilo.  

-Entonces señor Hanjin ¿Por que si tiene un apartamento se la vive en mi casa?- Lo mire con una sonrisa.

-No te burles de mi nombre falso, estaba en apuros y no se me ocurrió nada mas.- Me guió al sofá donde por fin me soltó- Este lugar es solitario pero lindo no me permitiría venderlo.

-Eso suena muy tu.- Pasamos un buen rato viendo programas de variedades, el cansancio empezó a afectarme, recargue mi cabeza en su hombro, estaba apunto de quedarme dormida.

-Ya hablamos acerca de dormir en los sillones Iseul, estoy empezando a sospechar que te gustan mas que una cómoda cama.

-Según tu ¿Donde debería dormir?

-Conmigo.- Me miro muy alegre- Vamos entre nosotros no hay incomodidades.

-Lo se.- No puse mas objeciones, caminamos a su recamara, cada quien se acostó en una parte con una distancia considerable, debido a esta nueva cercanía no lograba ponerme cómoda.

Solo bastaron unos pocos minutos para romper la barrera, nuestra conversación constaba de constantes quejas sobre nuestra inmortalidad, en lo que la habíamos desperdiciado y malos chistes de la muerte. Un rato, colo fue un pequeño momento donde logre olvidar todo, pero una vez mas mi cerebro mi hizo una mala jugada haciéndome recordar la noche que pase con Yuta, era exactamente igual.

No aguante mas y me quede dormida, estos días han sido un martirio, aun así esta noche por fin pude descansar. Me levante cerca de las nueve y media, Heechul no se encontraba en su lugar, me distraje mirando el techo hasta que el olor de comida llamo a mi estomago. Me levante inmediatamente, sin duda me gustaría despertar todos los días, deje que mi nariz me guiara al origen de ese delicioso olor, llevándome hasta la cocina. La imagen delante era muy linda, un Heechul con el cabello despeinado y con un delantal rosado, lo que mas me sorprendió fue el echo de que supiera cocinar; los vampiros no consumen otras comidas aparte de la sangre, si te mordían obtenían cierto control en ti, gracias a dios nunca me a pasado.

-Muy lindo y todo pero tu no comes comida humana.- Camine a su lado.

-Pero tu si.- Me miro por un segundo para después regresar a su tarea.- Haces demasiadas cosas por los demás, así que ahora quiero hacer algo por ti.

-Gracias, creo.- El llegaba a ser amable a su manera pero esto era muy extraño; deje de reprocharle al momento donde me sirvió un plato, con cierta desconfianza empece a comer, no puedo describir el sabor, pero era delicioso.- Desde ahora cocinaras para mi.

-No te emociones solo es por esta ocasión.- Regreso el Heechul que conocía, lo bueno no dura para siempre. 

Heechul me abandono en su cocina, no me quejaba tenia suficiente con que me hiciera el desayuno; al terminar lave mis platos manualmente, no tenia ganas de usar magia; lo vi en la sala.

-Lamento no haberte dado más tiempo para escapar.- Lo abrace por la espalda.

-No te preocupes en la siguiente oportunidad lograre deshacerme de ti.

No nos importo nuestra imagen matutina y tomamos rumbo de regreso a casa; en el camino compramos sopa instantánea para los dos borrachos; esta vez para ahorrar una caminata tomamos un taxi, este nos llevo cerca del inicio del bosque, pagamos y bajamos del vehículo. Un poco mas adentro del bosque se encontraba un grupo de adolescentes, genial ¿ahora de quien seria heroína?.

Heechul camino en dirección a ellos haciéndome seguirlo.

-No deberían venir por aqui es un lugar peligroso.- Heechul llamo su atención, estaba clara su intención de asustarlos.  

-Un amigo viene casi todos los días, nos preocupa en lo que se a metido- Uno de los chicos respondió en total eran cuatro y todos con cara de bebes.

Abracadabra//Nakamoto YutaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora