"Eres lo más bello del mundo, aunque nadie sea capaz de ver tu belleza. -"
Disfruten.
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Recorría tranquilamente los pasillos del complejo imperial; para él, que había vivido una gran parte de su vida confinado en los límites de su palacio, en las tierras de los D'von, esto era completamente fascinante. Había leído sobre la construcción de SereiDen; el gran palacio entre las estrellas era una gran fortaleza de roca y cantera finamente trabajada, una montaña entera fue horadada hasta la raíz para darle forma, ahora se alzaba triunfante sobre la capital del Imperio.
Los jardines imperiales eran legendarios; aunque estaban prácticamente vacíos, solo una escuadrilla de jardineros lo atendía regularmente, su extensión era insultante, cuando pregunto sobre su vació de visitantes, recibió la respuesta menos esperada, al parecer solo la realeza y las familias fundadoras, así como la Cour, eran los únicos con acceso a él. Un total desperdicio de recursos y lugares de esparcimiento familiar.
-Buenas tardes su Excelencia, ¿otro día solo? - Jorge; uno de los amables jardineros se dirigió hacia él con respeto, era joven, tal vez unos 15 años, era obvio que su familia había trabajado aquí durante generaciones, lo que no le parecía correcto es que trabajara a su corta edad, pudiendo estudiar o disfrutar de su juventud.
-Temo; puedes llamarme Temo, no me voy a escandalizar si lo haces Jorge y si, Aristóteles está muy ocupado con los temas de su ascensión al trono y como Omega no tengo nada que opinar ahí. - El Beta se levantó del suelo, donde estaba, mostrándole una reverencia innecesaria ante sus ojos. - Usted es demasiado amable; si me permite decirlo, creo que sería un excelente Emperador, lástima que esa tontería de ser Omega se lo impida. - El solo sonrió encantado por sus palabras, pero resignado a tomar su lugar o el lugar que creían le correspondía.
-Gracias; aunque no creo tener la madera para ser uno, no por ser Omega, sino porque creo que soy muy blando, pero en verdad gracias por tus palabras. - El jardinero lo vio con algo de incredulidad, aun así, pareció aceptar su argumento. - ¿Y qué te trae por aquí Temo? - El uso de su diminutivo lo alegró, se sentía más familiar. - El aburrimiento y la curiosidad, sigo sin creer que esto esté tan solo y mal ocupado, debería estar lleno de gente. - El joven Beta asintió a sus palabras.
-Lo sé su excelencia; pero desgraciadamente la gente de su clase cree, que los jardines imperiales son solo para ellos, pero nadie viene. Es una lástima, pues mi familia y muchos de nosotros ponemos mucho esmero en él. - Temo de inmediato se puso triste, pero una idea surgió en su mente. - ¿Quieres ver algo increíble? - No lo dejo contestar, pues de inmediato abrió sus brazos y recitó un hechizo.
-Magia Salvaje: Oda a las Flores. - Repentinamente todas las flores y árboles del lugar cobraron vida; expulsando miles de pétalos, que danzaron al unísono con el viento, el lugar ya de por sí hermoso, floreció hasta niveles nunca vistos, el joven jardinero mostró una expresión de sorpresa. - ¡Woooooow! Nunca había visto algo tan magnífico, ¿Como lo hiciste? - Jorge se veía fascinado por el espectáculo, maravillado por el suceso tan repentino.
-Bueno; es fácil cuando la naturaleza está feliz y bien cuidada, todo esto es gracias a su esmero, las plantas agradecen su esfuerzo de esta manera. Algún día, haré que todos admiren su belleza y su trabajo. - El joven jardinero le sonrió con emoción, se iba a acercar para abrazarlo cuando la voz de Ari resonó fuerte en el jardín. - ¡Temo! - El beta pareció asustarse, pues de inmediato se arrodilló ante él y la magnífica presencia de su Alfa.
-Hola pequeño, ¿tú hiciste esto? Es magnífico, salí corriendo para verte y no dejarte solo. Pero veo que te diviertes; es hermoso lo que has hecho con los jardines, lástima que casi nadie los ve. - Ari lo sujetó entre sus fuertes brazos y lo elevo de suelo, dándole varias vueltas en el aire, donde el río con gusto. - No Ari; esto es gracias a los jardineros, mi magia solo le dio forma a la expresión de la naturaleza, aunque se siente sola, vacía sin gente que la aprecie, por favor, cuando seas emperador abre estos jardines, para que no esté tan solo. - Su Alfa solo coloco su frente en la suya y le respondió con amor.
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Consorte.
FanfictionLas puertas de su despacho se abrieron de golpe; dejando ver enseguida, la figura cansada y angustiada de un mensajero del imperio. Francisco López D'von, dejo lo que estaba haciendo para poner atención, indudablemente eran malas noticias. - ¿Que pa...