Adiós

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Los primeros días Millac podía salir en las tardes sin que le molestara la luz solar, beber sangre parecía volverla resistente a la luz

Antes era completamente resistente..., ¿ya no soy un ser humano? —pensaba, hasta ser interrumpida por su madre

Hija, ya han pasado días y te levantas tarde, solo se te ve por las noches; tienes menos vida social que antes, y eso es mucho que decir... Ya sé que han sido días difíciles y pasó un mes desde lo de Dave, encontrar su cadáver de tal manera, es inaudito. Me han dicho que era casi irreconocible. Y si sumas, también Eve está en malas condiciones, me han comentado que es poco lo que come y el Doctor encontró dos heridas en su cuello, no más, en esta época del año hay muchos insectos... y ella no dice nada, ¡ay no, tal parece ser una maldición!

Entiendo madre, espero Eve mejore pronto —dijo preocupada pensando que tal vez podría recuperarse

Deberías ir a visitarla, tan unidas que eran, no había quién las separara, no sé por qué razón te alejaste de ella —finaliza

Madre, yo no me alejé, ella me alejó, ¿cuántas veces te lo he dicho? —replica molesta

Es buen momento para que al menos puedas dar buenos deseos a la familia Ramírez y así en el pueblo no dirán más tonterías, desde lo de Dave están circulando rumores malos de ti, me temo, hija mía —preocupada comentaba

No, no iré —Millac no quiere hacer más daño a Eve, está segura que si la vuelve a ver, la matará

Millac ha sobrevivido a base de las personas del pueblo, pero antes de perder el control, investiga a gente que cumple estándares de maldad y salen impunes por ser de poder o ricos, pero en varias ocasiones no le ha bastado y otras veces la han encontrado de casualidad cazando.

Una vez ella incitó a un joven violador a seguirlo, no fue difícil puesto a lo que se dedicaba in fraganti; el bastardo olía muy mal, Millac odió su sangre, era un sabor nauseabundo no quiso más y aventó el cuerpo al momento en que el corazón del joven dejó de latir. El problema fue que una chica se quedó viendo cómo atacaba al desgraciado, esa señorita en cambio, tenía una deliciosa esencia, disfrutó cada gota de ella, cuando Millac se dio cuenta, la chica había muerto.

A pesar de todo, ninguna sangre le ha parecido como la de Eve, esa sangre era como éxtasis para ella, incluso le cuesta entender cómo tuvo fuerzas para detenerse, cada vez la ansiaba más. El remordimiento por matar para sobrevivir estaba desapareciendo, pero no quería hacerle daño a su amor

Todo se complicó cuando ella estaba otra vez esperando a casi morirse de hambre, ya tenía 6 días sin beber nada, no lograba almacenar la sangre, esta se arruinaba... Guardó su libro en un espacio secreto en el piso, era su diario de las víctimas y el otro de las próximas víctimas. Percibe una dulce fragancia a lo lejos, sin pensar más saltó por la ventana y llegó a Eve

N-no, ¿qué haces aquí? —dijo Millac cubriéndose la nariz, tratando en todo lo posible, de no morderla en ese preciso momento. Clava sus uñas en su brazo al sentir como perdía el control, notó que ya estaba débil porque no le costó insertarlas

Millac, no dije nada. Por favor, hazlo de nuevo —Eve se acerca lentamente y la abraza

Millac se muerde los labios, ansiosa por probarla nuevamente, sentía cómo perdía más el control. Mueve el cabello de Eve lentamente, y ve la mordida cicatrizada, también nota que la piel de Eve se eriza, lo que la pone más caliente. Millac la lame nuevamente, ha percibido que lamer antes de morder los excita y adormece, disfrutan de esa manera, hasta desfallecer. A los malos obviamente los hace sufrir. Eve tenía más sangre de lo que pensó, ese mes había dado frutos, y, después de un último gemido se marchitó. Cuando Millac lo notó, ya era muy tarde. Fue a dejarla a su casa, la colocó en su cama. A la semana escuchó que los padres habían sido asesinados por el mismo animal que ha estado atacando al pueblo. Fue tremendamente extraño, porque Millac asegura que ella no fue, y se encargó de matar a todos de los que bebió sangre; atravesándoles el corazón o quitándoles la cabeza puesto que algunos que mataba volvían a la vida, como si se tratase de arte de magia, pero no eran pensantes así que los nombró Morve por Mortis Vivere. Experimentó con estos, al parecer le hacían caso, excepto cuando tenían demasiada hambre. El número de personas en el pueblo disminuía cada vez más, otros se mudaron diciendo que había una maldición.

Tiempo después seguía desapareciendo más gente, y aparecían más morves. No pudo cortarle la cabeza pero si clavarle una estaca a Eve directo en el corazón así que aseguró que ella tampoco podía ser, o eso pensó

Millac estaba de caza, veía a una chica de exquisita sangre, le apatecía; y era hermosa. Después de haber matado a Eve la poca humanidad que tenía se fue al traste. Se acercó a la joven y charló hasta que la convenció de ir a un lugar más privado, no podía soportar más así que la llevó a un callejón oscuro y se dispuso a saborear su sangre, iba por la mitad, pero un sonido la sacó de sí

Tan rápido te olvidaste de mí

—Millac vuelve a ver rápidamente, desgarrando el cuello de la joven que rápido murió por desangramiento

¿Qué rayos haces aquí? pero si yo... —consternada, dice Millac

Continuará

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