Yo también pensé que moriría, pero esa estaca que clavaste en mí, no me hizo nada. No sé por qué. Lo que no sabes es lo que me costó quitármela, tuve que matar a mis padres y sirvientes. Aunque igual nunca le tuve mucho aprecio a nadie —le respondió Eve con una mirada que atrapaba a Millac
Esa vez... —Hizo silencio un momento
Esa vez yo no le dije al tonto de mi hermano. El maldito nos escuchó, y tuve que alejarme de ti para que no termináramos en la hoguera, ya sabes lo que le hacen a personas como nosotras... Pero esta vez no será así, se acerca rápidamente y coge fuerte del cuello a Millac, a diferencia de Eve que comía cuando le venía en gana, Millac esperaba hasta morir de hambre, así que se mantenía débil
Eres una desgraciada —le dijo Eve
Millac no decía nada, ¿qué podría decir que justificara lo que le hizo a su amada? —sus ojos mostraban profunda tristeza, no pensó que terminaría así, por segunda vez...
Pero lo entiendo. A decir verdad yo te hubiera matado en el primer instante, no he olvidado la fuerza que tuviste para dejarme como lo hiciste, la primera noche, pero lo detesté, quería más de ti. ¡¿Sabes lo que me costó llegar a ti?! —Millac se sorprendió por las palabras de la chica
Eve se acerca sensualmente a ella para besarla. Millac ignorando toda razón se dejó llevar por su corazón y la besó apasionadamente, ambas expresaron en ese beso, la necesidad que tenía la una de la otra.
Eve muerde el labio de Millac
Antes... de empezar... a tener público... mejor vamos a otro lugar —decía jadeando y susurrando en su oreja
Millac estaba perdiendo sus sentidos, sus ojos estaban rojos, una feroz hambre se apoderaba de ella. Aunque ambas habían incluso succionado sangre de la otra, querían más
Sígueme —dijo Eve
Después de unos minutos, abre la puerta de una gran casa.
¿Qué te parece si antes tenemos un festín? —dijo tocando el pecho de Millac y mordiendo leve su oreja
Unas hermosas mujeres aparecen, mordidas e hipnotizadas por Eve
Ambas chicas se dieron gusto esa noche, disfrutaron hasta la última gota de sangre de las jóvenes, mientras les satisfacían sus deseos más profundos, y ambas se miraban fogosamente retándose entre ellas, incitándose
Después de terminar el festín, Millac con su fuerza recuperada, levanta a Eve de las nalgas y la besa con intensidad, Eve rodea su cuello con sus brazos y corresponde el beso
Millac la apoya contra la pared mientras sigue besándola vehemente y la lleva directo a la cama. Le rompe el vestido, seguido por el corsé y el camisón, va directo a esos hermosos pechos, mordiendo sus pezones y acariciándolos. Eve quiere sentirla completamente, por lo que también le quita sus prendas. Ambas, desnudas, entre gemidos y caricias salvajes, demostraban el amor que no había podido ser pero que estaba siendo.
Millac dejaba mordidas en los hombros de la chica, y esta gemía de placer. Bajó hasta llegar a su vulva, y la besa, Eve se sonroja —Millac... —dice jadeando. A lo que la pelinegra se prende y con su lengua degusta el delicioso manjar entre las piernas de Eve, la chica se viene varias veces, y Millac sube a besarla en los labios, fogosamente, acariciando su clítoris y labios menores, para después despojarle su virginidad. Con movimientos de arriba hacia abajo, circulares, de adentro hacia afuera, siente las paredes vaginales de la chica. Eve gemía con más fuerza, levantando y contrayendo la cadera, llegando a un audible orgasmo y abrazándola.
Eve se pone sobre Millac y junta su vulva con la de su amada, ambas se mueven rítmicamente, excitándose más. Muerde fuerte el hombro de Millac succionándole sangre, y ambas, entre gemidos y jadeos, llegan al apogeo del siguiente orgasmo
Millac e Eve continuaron amándose durante todo ese día y el resto de su inmortal vida... pero eso, no duro tantos años como ellas deseaban...
Continuará

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Vampiresa
VampirosEra el siglo IX, una chica normal llamada Millac charlaba con sus compañeros, todos tenían 18 años, había una historia acerca de una cueva, que quien iba nunca regresaba. Entraron y jamás regresaron excepto Millac, la llamaban el milagro y muchos la...