Un Milenio

47 7 0
                                        

Eran inicios del siglo XIX...

Ama —dice una joven

No me digas así, ya pasaron muchos años para esa denominación —la regaña

Para mí siempre será de esa manera, pero como diga, joven Millac, recuerde que debe guardar las apariencias, esta noche es la fiesta de los nobles —decía la hermosa joven, cabello negro, lindas facciones y tez blanca. Llevaba con ella, algunas décadas.

La chica le insistía en que debía tener más cuidado y demás, siempre velaba por la seguridad de Millac y conocía la profundidad de sus heridas. Millac la escuchaba, pero se perdió en sus pensamientos, recordando en cómo terminó acogiendo a una niña así... Literalmente.

70 años atrás...

Millac se encuentra entre una gran cantidad de sangre y varios cuerpos destrozados están a su alrededor. Y ella llora desgarradoramente abrazando el fallecido cuerpo de Eve...

—Millac despierta, y una lágrima recorre su mejilla

Agh, otra vez este maldito sueño... —piensa. Ve a su alrededor y nota que está rodeada de bellas mujeres y aroma a alcohol. Había descubierto hace muchos años, que podía embriagarse cuando bebía sangre de alguien alcoholizado

—Se levanta y desaparece del lugar. Otra vez había asesinado más de la cuenta.

Su cabello era rojo actualmente, pero sus ojos solo cuando tenía mucha hambre, enojo o excitación, lo primero no ocurría hace siglos, debido a que después de que Eve fuera asesinada, perdió completamente su humanidad, y sólo se dedicaba a satisfacer sus deseos, por lo que diariamente cazaba humanos.

Después de casi un milenio, ha aprendido múltiples idiomas, y pudo estudiar la cueva a profundidad, también leer los libros en francés; después del cuaderno que encontró, habían más. Ha aprendido mucho acerca de su especie y temas en general; su conocimiento era inmenso. Leyó que eran experimentos que probablemente una familiar cercana a ella quería llevar a cabo, ya que anhelaba inmortalidad, pero por algún motivo nunca los concluyó porque los escritos no decían más. Su gusto por la lectura y su pasión por el saber, lo conservó

Ella satisfacía su sed y sus deseos carnales con hermosas mujeres, pero no pudo abrir su corazón a nadie más.

No se acercaba tanto a los lugares muy poblados, sólo cuando quería variedad en su caza, si podía lo hacía en los bosques, siempre había más de algún imbécil.

Hasta ese entonces, nunca pensó acoger a nadie, pero, entró a una villa, buscaba a qué chica se iba a comer en más de un sentido, pero no se veía nadie, solo un tumulto de personas y vio fuego. Otra maldita hoguera —piensa decidida a retirarse porque sólo le traería amargos recuerdos. Un grito desolador de una joven hace que vuelva a ver directo a la hoguera. —¿Qué rayos? —Millac se quitó su túnica y la tiró al suelo, saltó entre las llamas, rompió las cadenas, y luego, la recuesta sobre la túnica y la cubre con esta, para apagar el fuego que aún ardía en la chica. La pobre joven temblaba de miedo y por la pérdida de líquidos a causa de las quemaduras de tercer y cuarto grado

Pero si sólo es una niña, no pasa de los 17 años... —pensó

Todos se alborotaron al verla, el fuego había quemado algunas partes de sus ropas, y cuando previamente se quitó la túnica, se apreció totalmente su cabello tan rojo como el fuego, un tipo se acerca y busca golpearla con un hacha directo a la cabeza de la pelirroja

¡Una bruja! —exclama

—Millac agarra la punta del hacha en el acto, a milímetros de su cabeza, sin volverlo a ver.

VampiresaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora