-A la semana siguiente, Millac decidió ir a traer unas cosas de la casa que pensó erróneamente, viviría al menos una década.
Alice, iré a recoger las cosas de esa casa -dice
La ayudaré, Millac sama -contesta
No tienes de qué preocuparte, tú sólo debes mejorar -responde. Aunque sabía que después de la detoxicación, sangre ingerida y descanso, Alice estaba como nueva; después de todo, por algo son vampiresas. Pero ella se refería al corazón de la joven, esa herida que ella no podía tratar y que su cuerpo no podía sanar rápidamente; le llevaría tiempo porque no era herida física...
Millac formó un portal directo a esa casa. Sabía que ni Elizabeth ni nadie pudo entrar, al menos no aún. Porque había un campo hechizado que ella creó, para impedir la entrada de cualquier intruso.
Al atravesarlo, notó que de hecho, estaban tratando de invadir, pero seguían sin ser capaces. Millac empieza a recoger todo lo que había en la casa. Le llevaría unas horas, debido a que eso normalmente lo hacía Alice; ponía las cajas cerca del portal para luego moverlas todas.
Creo que pasaremos unas décadas en el castillo. Con suerte ya todos habrán muerto -piensa. Sintió una leve molestia en su ser, pero sabía que lo de Elizabeth y ella no sería posible. Después de todo ella era vampiresa, y Elizabeth se encargaba de asesinar a todos los que son como ella... Es una lástima cómo el destino jugó en su contra, nuevamente.
-Millac percibía como poco a poco lograban atravesar su barrera, pero no lo lograrían a tiempo.
-Elizabeth trataba de comunicarse por telepatía, cuando se le informó que había alguien dentro de la casa. Lo logró mucho tiempo después, cuando eliminaron una de las capas del campo hechizado. Posterior a esto, no le costó, ya que Millac y ella compartían una conexión que desconocía
Srita. Millac, sé que no nos conocimos de la mejor forma. Pero si me da otra oportunidad, podría explicarle las cosas. La necesitaba con prisa, y sé que tal vez fui algo brusca
¿Algo? no lo entiende, srita... No hay nada que hablar, y de la única manera en que trabajaría con usted sería que me permitiera encargarme de Tea
Temo que no puedo permitir eso -dice tajante
-Millac sonríe irónicamente -Entonces no hay nada que discutir
Elizabeth, ese es mi nombre -dice
-Millac permanece callada
Bartolomé está formando campos de concentración de personas y se está apoderando de toda Ahátas -menciona Elizabeth
Y de nuevo no me interesa -Millac seguía poniendo cosas en las cajas y trasladándolas cerca del portal
Sé de una fuente confiable de dentro de sus bases, que él planea acabar con la mayor vampiresa, o sea usted; y apoderarse de todos. Él dice que usted no puede ser eliminada sencillamente, y por eso primero está buscando incrementar su poder
Millac ríe audiblemente. ¿Bartolomé matarme a mí? Ese mocoso es muy blando y buen vampiro, siempre fue fiel a... Eve -comenta
Es más, debería ir a verlo. Él no sería capaz de matarla. Al menos no a usted -dice Millac
Había empacado todo. Con magia comenzó el traslado de las cajas directo del portal a su castillo. Una a una las movía. Sabía que después de la última caja, ya no volvería a escuchar a Elizabeth, así que inconscientemente alargó el tiempo
Tea simplemente hizo lo que le pedí. Sus padres fueron asesinados por su especie, y no confiamos en uds. tampoco, pero pensé que podía utilizar el hecho de que alguien quería destruirla, a mi favor, para que trabajáramos juntas -expresa
¿Por qué me dice eso? -pregunta
Ya tengo más que claro que no me va a ayudar y va a desaparecer, de todas maneras -dice
No volveremos a vernos nuevamente -dice Millac tras ver que la última caja había ingresado al portal
Es una lástima que nos hayamos reencontrado después de tantos años, en estas condiciones... Elizabeth -Millac suspira y entra al portal, con pesar
¿Años? -Cuestiona la rubia, y se pierde la conexión
Continuará...
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Vampiresa
VampirEra el siglo IX, una chica normal llamada Millac charlaba con sus compañeros, todos tenían 18 años, había una historia acerca de una cueva, que quien iba nunca regresaba. Entraron y jamás regresaron excepto Millac, la llamaban el milagro y muchos la...