Una Mirada [En Edición]

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A plenitud.
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Tu práctica finalizó con éxito, los parciales finales los superamos con éxito. El fin del año universitario llegó y ambos celebramos a plenitud.

Supere el primer año de psicología con excelentes notas y tú el tercer año de derecho.

Las copas no faltaron. Mezclamos risas con cerveza.

— Lo logramos, Jane. ¡Se vienen las vacaciones!

Bailamos hasta que los pies nos reclamaron, cantamos hasta que la garganta nos ardió y reímos hasta que las mejillas nos dolieron. Cada momento contigo era algo fuera de este mundo.

— ¿Y sabes que amerita eso?

— ¿Que?

— Un beso, Jane. — Sonreiste con picardía.

E inesperadamente me besaste, delante de todos los presentes, el mundo desapareció, cerré los ojos y me deje llevar por el ritmo de tus labios. Era nuestro primer beso, pero sobre todo mi primer beso, Nolan.

Un beso con sabor a tequila, a excesiva felicidad, un beso lleno de deseo, de una necesidad que no lograba descifrar. Abrí mis ojos y me encontré con el suave color marrón de tus ojos, enmarcados por tu piel clara y unos labios enrojecidos. Me besaste con una pasión que me transportó de la tierra al cielo.

No me importo el sitio donde estábamos, la gente a nuestro alrededor, ni el bullicio de la fiesta, no me importo nada porque cuando tus labios se encontraron con los míos para mí aquello fue magia.

Yo estaba enamorada.

Mi interior daba vueltas, aquel beso me había llevado al otro lado del mundo y me había traído de regreso para presenciar tu rostro y tu sonrisa. Jamás había experimentado una emoción tan extasiante.

Y ese primer beso, llevo a muchos más durante toda la noche y toda la fiesta.