32. Tiempos dorados

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El tiempo pasaba volando, porque de días en Buenos Aires se convirtió a dos meses, donde ya se había acostumbrado a estar, y mucho más con la presencia de él en el nuevo departamento que arrendaba. Todo iba jodidamente perfecto, Naruto llegaba del trabajo cenaban, mientras miraban películas, se bañaban juntos y luego iban directo a la cama, lugar que pasaban más tiempo según ella.

Se había dado cuenta que al final al haber llegado a esa ciudad a buscarlo fue una buena idea, estaba tranquila y se sentía muy amada, puesto que él se lo hacía sentir cada vez que podía.

Sonó la alarma, tenía que colocar la mesa  ya llegaría Naruto. Ansiosa por su llegada colocaba cada plato y servía mientras colocaba los cubiertos y las copas, sus manos comenzaban a sudar de lo nerviosa que le producía esperar su llegada, se lavó sus manos y él era quien entraba por la puerta

-Esta vez no olvidé las llaves-decía mientras se quitaba su abrigo y lo dejaba en el sillón-¡Es ramen! Hinata preciosa me haces tan feliz-la abrazo por la cintura mientras dejaba su rostro hundido en su cuello, ella sonrió con placer al escuchar aquello

-¿Qué tal tu día?-le preguntó deshaciendo el abrazo y yendo al sillón a buscar el abrigo y dejarlo en el ropero de la habitación

-Hoy estuvo más ajetreado de lo normal pero todo bien cariño-comentó y Hinata se sentó a su lado-¿y el tuyo?

-La escuela estuvo bien, gracias por enseñarme el español-sostuvo su mano para acariciarla con cariño y comenzaron a comer

-Hinata... hay algo que quiero proponerte-le decía mientras se limpiaba con una servilleta los rastros de comida

-¿Si?

-Quiero que conozcas a mis padres-soltó y Hinata se atoró con la comida, él se levantó de inmediato a levantarle las manos hacia arriba-¿estás bien?

Ella tosió débilmente y sonrió para tranquilizarlo-¿Conocer a tus papás?

-Sí, el próximo mes ¿te asusta la idea?

-No, no, para nada-habló rápidamente para no admitir que estaba aterrorizada ante la idea

Los días pasaban y su relación iba mejorando, entonces Hinata por unos días olvidó el temor y se centró en solamente quererlo y él, bueno, Naruto se centró en ella desde un principio, por ende el tema de conocer a los padres había pasado al olvido.

-Ya quiero que los conozcas, estoy tan seguro que te querrán tanto como yo a ti-dijo un día en la habitación mientras apagaba el televisor y pasaba su brazo derecho por detrás de su nuca entregándole un abrazo

Ella nunca dijo nada solo rio y no lo miró, había retomado su cobardía, cuando lo miró lo vio dormir tan placidamente que pensó que lo mejor que podía hacer ahora era dormir, matarse pensando no sería una buena idea se dijo

Pero la angustia, el temor y la inseguridad no la dejaron dormir, así que solo cerró sus ojos y se limitó a pensar en aquello

Al día sgte. Naruto despertó y como siempre besó su frente y le dijo

-Buenos días dormilona-la despertó besando su frente

-Naruto déjame dormir-murmuró aún entre los brazos de Morfeo

-¡Hey! No, necesito decirte algo y también hacer otra cosa

Hinata despertó, se acomodó entre los brazos que el rubio le ofrecía y lo miró

-¿Qué sucede?

-Hablé con mis padres, y dijeron que te llevara mañana mismo-soltó y dio un simple besos en los labios de su amada, pero Hinata no lo correspondió aún shoqueada por el comentario se sentó en la cama mirando a la nada-¿Qué sucede? ¿No quieres conocerlos?

-Yo... Naruto-murmuraba sin mirarlo atenta a la nada misma-¿No es pronto?

-No, claro que no, nos tomamos nuestro tiempo-se sento frente a ella y tomó de su rostro para que lo mirara-Quiero que formalicemos esto que tenemos. No te estoy pidiendo que nos casemos-rio mientras rodaba los ojos.

Hinata le sonrió insegura, sostuvo su mano y asintió-Bueno, como quieras, me iré a duchar-se levantó, tomó su toalla y fue al baño.

Naruto la dejó irse sabía que la noticia no la había recibido como él esperaba, pero se preguntaba ¿qué había de malo en eso?

Tengo ganas de subir un capítulo más, ¿lo hago?

Esta chica no va a ningún lado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora