La aprendiz del mal (Muzan x tu)

Cap 3: dia de brujas ;v (especial)

//este capítulo será solo relleno, todo lo que pasa aquí se lleva a cabo mucho mas adelante de lo que llevamos del transcurso de la historia, o tal vez ya haya pasado. Como yo no se casi nada de la cultura japonesa, tal vez allá no se celebre el día de brujas, pero esto lo hago, para tan solo entretenimiento, así que no se preocupen si algunas cosas no concuerdan con su cultura. Y Les informo que también, los siguientes capítulos serán de relleno, solo unos cuantos, pero todo influye en la historia original. Sin mas que decir, comencemos este especial ;3//

Era una noche como cualquier otra, la verdad no. Era noche de brujas y t/n ya estaba lista para salir y disfrutar de la celebración como una persona normal quizás quitarle dulces a los niños o colarse en una fiesta. Vestía una chaqueta de cuero negra con botones plateados, unos pantalones que iban puestos por arriba de su cintura con un cinturón blanco y las botas del pantalón eran anchas y abultadas, junto a eso, de calzado llevaba puesto unas botas negras altas con cinturones y hebillas plateada a los lados y una mascara de gato (japonesa :v) no precisamente sonriente, con detalles de flores rojas con amarillo. T/n finalmente saldría de la "guarida", fue a la puerta para salir de la casa y tomo la perilla, pero muzan tenia otros planes para ella.

Llego por detrás de ella y posa su mano en su hombro para que no se fuera —¿a donde vas con tanta prisa?— le pregunto severo

—Eto... ¿A festejar? ¿Acaso no puedo disfrutar de ves en cuando una vida normal?— respondió con una expresión de: "¿acaso no es obvio?"

—Esta noche no jovencita, harás algo para mi.— sonrió y la alejo a ella de la puerta antes de que se fuera

Esta suspiro con leve molestia —hm... ¿En que le puedo servir amo?— le miro a los ojos y se cruzo de brazos

—Quiero que me traigas el cadáver de un niño— dijo de modo frío

A t/n se le erizo la piel al escuchar eso, no quería matar a nadie, pero tenia que hacerlo si quería seguir viviendo —¿esta seguro amo?— pregunto un tanto nerviosa

—Siempre estoy seguro de mis decisiones...

—Entonces... Sus deseos son ordenes mi señor— respondió decepcionada

Sonrió —muy bien... Necesitarás estas...— extiende su mano derecha hacia ella con dos katanas que tenía

—De acuerdo...— tomo sus katanas poniéndolas en su espalda y se coloco la mascara de gato para cubrir su identidad. —Volveré lo mas rápido posible...— tomo la perilla de la puerta y nuevamente es detenida por el

Se acercó al oído de esta y le susurra unas palabras —recuerda que, si no cumples mi pedido, llevaras un fuerte castigo.

A lo que ella respondió tristemente —lo se... No tienes que recordármelo siempre

—Muy bien, me encanta que seas obediente.— dicho esto ultimo, soltó su hombro y se fue caminando.

Esta suspiro y finalmente salio de la casa.

Afuera todo estaba oscuro, bueno debería serlo, ese lugar era una clase de guarida que estaba oculta en el "barrio rojo", un lugar un tanto peligroso. Sale de ese lugar oscuro por un callejón y podía observar a los niños disfrazados pidiendo dulces, todos muy felices y divertidos, eran presas fáciles, lo único difícil era poder matar a uno de ellos sin llorar o sentirse culpable luego.

Esta sale a la luz y empieza a caminar normalmente por la calle, como si nada estuviera pasando —creo que divertirme un poco no hará ningún daño...— dicho esto, ve donde puede encontrar un poco de diversión, en eso ve a dos jóvenes en la oscuridad, muy unidos. La chica disfrazada de gata y el chico disfrazado, aparentemente de un demonio, compartiendo un palillo de dulce, bueno, ambos tenían el palillo en su boca y lo comían lentamente hasta que sus bocas se unieron en un beso, eso a ella le pareció muy tierno y a la vez romántico, pero estaba segura que nunca lo haría. Pues aun no estaba enamorada, ¿o si?, luego empezó a pensar en su círculo social, en el cual solo estaba muzan, ya que el era el único con el que conversaba y solo cuando el esta de buen humor, aunque el sea muy malo con ella, le agradaba su compañía o ¿tal vez le empezaba a gustar?, y aquí es donde empiezan los dilemas. Ella se preguntaba, "¿por que debería gustarme muzan y por que no debería gustarme? "