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Con el viento agitando mi cabello, me sentí libre, sin ataduras ni cargas. Presioné con más fuerza a Jackson y apoyé la mejilla en su espalda. Llevaba las luces de la moto apagadas.
Puede que sea una locura, pero yo confiaba en él. No nos mataríamos. Sabía que su visión nocturna era excelente.
Tuve deseos de echarme a reír como idiota, pero ¿por qué? Nadie podía oírme además de Jackson. Así que, sin más, solté una carcajada. La risa resonó por entre los árboles hasta ascender a la frondosa cubierta de hojas. Jackson rió también y su risa retumbó hasta ahogar la mía.
Hacía mucho tiempo que no lo escuchaba reír.

Jackson y yo habíamos crecido juntos. Aunque era dos años mayor que yo, habíamos ido a los mismos colegios. Incluso habíamos coincidido en algunas clases. Yo era muy bueno en los estudios, el no tanto. Lo que para mí era avanzado, para él era normal. Yo soy más de usar el cerebro, mientas que él usa más las manos. Jackson es conocido en Neugdae Ville por lo mucho que sabe de mecánica, de motores. Una demostración de su destreza rugía en esos momentos bajo nosotros mientras atravesábamos un terreno por el que no había sendero alguno. Era un prototipo en el que estaba trabajando: un vehículo todoterreno de dos ruedas que podría abrirse camino sin dificultad por los terrenos irregulares del bosque. Era un genio de la mecánica.

Rodeó un árbol y estuvimos a nada de rozarlo. Me negué a gritar, aunque el corazón me latía muy deprisa. El rió de nuevo, y supe entonces que vivía por y para el peligro. No le temía a nada.
Maniobró con la moto y se detuvo justo al borde de un precipicio.
Apagó el motor y el silencio regresó. Tenía que destaparme los oídos, así que intenté bajarme de la moto, lo que no esperaba era que mis piernas fueran a estar débiles y temblorosas. Jackson me detuvo agarrándome del brazo y de la espalda. Un escalofrío me recorrió todo el cuerpo al recordar el sueño, la forma en que sus manos habían acariciado mi espalda y el como me había estrechado contra él.

─Dales un tiempo a tus piernas para que se acostumbren de nuevo ─dijo Jackson en voz baja. Noté que inhalaba mi aroma.

─¿Y a tí porque no te fallan? ─pregunté. También me pregunte como es que podía estar sin aliento si no había estado corriendo.

─Porque estoy acostumbrado a ir en ella.

Su aroma natural me embriagó al instante. Era más potente que ninguno que pudieras adquirir en tiendas. La camisa que llevaba le sentaba como una segunda piel y pude sentir la calidez que emanaba de su cuerpo. Palpé la necesidad de permanecer acurrucado a él, pero había demasiadas razones por las que no debía hacerlo. O quizá solo había una razón, pero muy poderosa: Mark. Nunca podría engañarlo, y estaba haciendo un gran esfuerzo para convencerme a mi mismo de que estar ahí con Jackson no era una traición. No había hecho nada de lo que me pudiera avergonzar. No tenía nada de malo el pasear en moto con la persona con la que había soñado la noche anterior. Uno no controla lo que sueña ¿no es verdad?

─Ya estoy bien ─dije, apartándolo de mí.

Sentí su resistencia a soltarme cuando sus manos comenzaron lentamente a separarse de mí. Entonces temí que estuviera sobre un terreno bastante más peligroso de lo que pensaba. Quizá yo fuera para Jackson algo más que una práctica solución a su noche aburrida.

Le rodeé y camine con cuidado hasta el borde del precipicio, comprobando el suelo con el pie para asegurarme de que era terreno firme antes de apoyar todo mi peso. Había crecido cerca de aquel parque. Había sido mi patio de juegos y me sentía a gusto estando en el bosque.
Bajé la vista y solo ví la oscuridad del abismo. Solo las estrellas servían para distinguir el terreno del cielo nocturno.

Con pisadas silenciosas, Jackson se acercó a mí.

─Supongo que es demasiado tarde para pedir un deseo a la primera estrella ─dijo con un susurro.

#2GO FULL MOON || MARKBAM/JACKBAM  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora