#2GO FULL MOON || MARKBAM/JACKBAM

🌖30🌔

Mark cumplió su palabra y me despertó poco después de que cayera la tarde. La próxima vez que el sol se pusiera, yo seré distinto.

Tenía los nervios a flor de piel mientras comía las raciones que supuestamente se servían en los transbordadores espaciales. Equipábamos nuestras guaridas como si fuéramos supervivientes, y por ello incluimos comida con fecha de caducidad lejana. ¿Quién sabía cuándo podríamos necesitarla o cuánto tiempo tendríamos que permanecer escondidos?

Mark había colocado una linterna con el halo de luz apuntando hacia arriba y sobre ella había colocado una bufanda violeta. No podría decir de dónde habría sacado la bufanda, pero como atenuaba la luz era bastante agradable.

─Quizá está no sea la cena romántica que esperabas por tu cumpleaños ─comentó Mark antes de darme una botella de agua─. Pero confío que podamos ir a un buen restaurante. Comida fancesa, quizá.

Recordé a Jackson ofreciéndose a llevarme a cenar, pero aparté ese pensamiento enseguida, regresándolo a dónde debía estar: escondido en mi mente.

─Nada de eso ─dije tratando de mantener la compostura─. Iremos por un buen tazón de fideos fríos. Hace tanto que no como unos.

Sus ojos parecieron brillar.

─Estoy contigo. En la universidad sobrevivo a base de ramen instantáneo y kimbap.

─Te extraño cuando estás en la universidad.

─Y yo a ti. Pero solo queda un año más.

Asentí, un año sonaba bastante lejano. Aunque yo solía pensar que faltaba demasiado para mí transformación y ahora solo faltaban unas cuantas horas.

─Saldré. Búscame cuando estés listo.

Lo observé mientras tomaba la capa blanca. Cuando se hubo marchado, me senté con las piernas cruzadas y comencé a realizar ejercicios de respiración. Flexioné los músculos, hice algunos estiramientos y escuché como me sonaban las articulaciones. A continuación me levanté y comencé a prepararme.

Intenté no distraerme, de evitar cuestionarme lo que haría Jackson esa noche.

Mark era mi destino.

Me desvestí y apliqué una loción humectante por todo mi cuerdo, cuidando de no tocar las cicatrices.

Miré mi reflejo en el espejo. Lo único que llevaba era la capa de seda negra. En ciertos aspectos me hacía parecer mayor; en otros seguía siendo yo mismo. Pasaría igual cuando me transformara.
Me aparté del espejo y me dirigí hacia la entrada de la caverna, avancé tras la cortina de agua y rodeé el tranquilo lago que comenzaba a reflejar la luna.

Mark estaba ahí, esperándome. Tenía su cabello peinado hacia atrás y me miraba con calma. Me extendió la mano y yo coloqué mi palma contra la suya. Sus dedos se entrelazaron con los míos.

─Espero que no estés nervioso.

Reí.

─He estado esperando este momento toda vida. ─Tomé aire.

─Y yo también.

─Pero tú ya te has transformado.

─No contigo.

Se acercó y rozó sus labios con los míos. Mi corazón tembló y me forcé a no pensar en Jackson.
Estoy con Mark. Él es quien ha estado en todo momento para mí. Él me importa.

─Debemos bajar ─dijo distrayendo los absurdos pensamientos que podrían conducir a un desastre.

De la mano, me llevó hasta el centro del claro. Vi la luna llena: tan grande, tan brillante, tan amarilla. Mi transformación no comenzaría hasta que alcanzara su cénit.

Mark y yo nos miramos, esperando. Respiré profundamente e intenté calmar los intensos latidos de mi corazón.

Y entonces oí el aullido: bajo, profundo, desafiante.

Mark y yo miramos al bosque. Junto a los árboles, un lobo negro gruñó. Habría reconocido aquellos ojos en cualquier lado.

─No hagas esto, Jackson ─adivirtió Mark con severidad.

El lobo se inclinó hacia atrás con la cabeza abajo y mostró las fauces.

Lo estaba retando.

Un duelo.

Mark me miró.

─¿Quién de los dos quieres que venza?

Mark vaciló un segundo antes de correr para después arrancarse la capa y en un salto aterrizar en su forma de lobo. El otro lobo se abalanzó sobre él, chocando en el aire.

Los observé aterrado, consiente de que Mark, en realidad, me había preguntado: "¿Quién de los dos quieres que muera?"

Un duelo no se tomaba a la ligera. Un duelo era a muerte.

Un rayo de luz lunar me rozó y caí al suelo. Me di cuenta que las lágrimas ya habían salido.

Aquella batalla que había estado dentro de mí en las últimas semanas había salido para convertirse en una de verdad.

Y esa noche, bajo la luna llena, alguien a quien amaba moriría.

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Nos leemos luego e.e

03.06.20