🌘13🌒

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─Bonito minino...

Estaba en problemas. Grandes problemas. Si mi aroma fuera el de un humano, probablemente se marcharía. Pero era consiente de que apestaba a cambiaforma a animal salvaje.

El puma emitió un profundo y gutural purrrr y me mostró unos incisivos que sin duda podrían atravesarme un brazo. Con sumo cuidado, me moví para poder saltar a los matorrales de las moras. Mi esperanza estaba en que las espinas fueran lo suficientemente buenas como escudo para que se rindiera.
Tenía la boca seca. El corazón me latía a tal velocidad que me sorprendió que los demás no oyeran cómo palpitaba mi sangre.

Los músculos del puma se tensaron. Dio un brinco y grité cuando se abalanzó hacia mí.
Sentí las garras sobre mi hombro y el ardor terrible cuando rajaron mi piel al tiempo que me caía al suelo por el peso del felino.
Cuando me preparé para el siguiente ataque una masa borrosa embistió al puma. Sentí el aire agitado por la fuerza de su impacto y retrocedí casi sin darme cuenta.
El animal que había atacado al puma era un lobo, por supuesto. Uno que yo conocía.

Jackson.

Me quise poner de pie pero, al recargarme sobre mi brazo, el escozor de mi hombro me llevó de nuevo al suelo.
Observé la herida y el como la sangre salía a borbotones. Me saqué la camiseta y, como pude, la até sobre mi hombro. Al menos eso detendría el sangrado pero debía acudir a un médico lo más pronto posible.

Los chillidos de dolor llenaron el aire, eran del lobo.
Dejé de respirar por una fracción de segundo antes de que escuchara más chillidos, ésta vez del puma. Estaban luchando de manera encarnizada, atacándose, grunéndose, hundiendo sus fauces en el otro. Ví como Jackson sangraba y quise correr hacia él, como si sirviera de algo.

De pronto el puma liberó a Jackson y se adentró en el bosque. El lobo dio un paso hacia mí antes de desplomarse. Me acerqué a él con lágrimas en los ojos y le coloqué la cabeza sobre mi regazo. Sangraba por todas partes y respiraba con mucha dificultad. Intentó levantar la cabeza pero no se lo permití.

─Shh, shh, tranquilo ─sorbí por la nariz─. Necesitas sanar. Todo estará bien.

Mientras le acariciaba el pelaje, pensé que nunca había estado tan agradecido por la llegada de alguien, pero no se debía solo al hecho de que me hubiera salvado la vida -otra vez-. Estaba contento de verlo. Quería saber que había estado haciendo, cómo estaba. Tenía cientos de preguntas que hacerle, pero sobre todo quería abrazarlo.
Me lamió la mano, como si quisiera decirme que quería lo mismo. No me molesté por ese beso disimulado.

Oí como el bote de las moras caía y volví la cabeza. El chico que había estado jugando al billar con Jinyoung, Dongyoung, estaba allí.

─¿Quién rayos eres tú? ─preguntó─. ¿El encantador de lobos?

🌒🌓🌔🌕🌖🌗🌘

─Alucinante ─dijo Dongyoung─. ¡Esto es una locura! Totalmente increíble. Hombres lobo. EXISTEN.

No tenía sentido mentir para salir de una situación como aquella. Había ropa amontonada por ahí cerca, ¿cómo explicaba eso? Las heridas de Jackson -abiertas y sangrantes- habían sanado delante de los ojos de Dongyoung y tenía a un lobo sobre mi regazo mientras lloraba y le hablaba. La gente normal hacía eso de a diario, claro.

Lo único bueno de haber sido descubiertos por Dongyoung era su habilidad con la medicina y el botiquín que llevaba encima.
Me había limpiado la herida, había dado un par de puntos donde fue necesario y me vendó con sumo cuidado. Era un total experto.

#2GO FULL MOON || MARKBAM/JACKBAM  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora