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No sabía el tiempo que llevaba corriendo. Al igual que todos los cambiaformas había nacido con el don de la resistencia que ningún humano podría alcanzar. Y al igual que todos los serpas, tenía un gran sentido de la orientación, por lo que estaba seguro de que no me perdería.
Me tragué mi seguridad a medias en el segundo que tropecé y caí, haciéndome unos rasguños en las rodillas. Quería alejarme todo lo que fuera posible de aquellos perros pero dejando un pequeño rastro con mi sangre iba a ser más difícil. Localicé el arroyo y me metí en él cruzándolo diagonalmente. Con suerte, si los perros iban tras de mí, se confundirían y perderían mi rastro.

O irían tras Jackson. El olor de un lobo probablemente los atraería más que el mío. Y si llegaban a él... podría terminar como Dongyoung.
De pronto pude sentir un asco atravesando mi garganta e intenté no llorar cuando me golpeó la verdad: Jackson no se había transformado para subir a un lugar donde contemplar mejor la situación. Se había transformado para que los perros fueran tras de él y así yo poder escapar. Se había sacrificado.
En algún momento me había desplomado porque ya estaba sobre el suelo, el agotamiento se hizo presente y mis párpados amenazaban con cerrarse por un muy largo rato. Pero no estaba para esas cosas, no podía rendirme, no después de haber entendido lo que en verdad había pasado. ¿Cómo pude haber dudado de la lealtad de Jackson? Y ahora me preocupaba que él me hubiera leído el pensamiento, deseé que el estuviera lo suficientemente ocupado para no hacerlo.

Cuando comenzaba a anochecer, pensé que quizá al haber borrado mi rastro, también había dificultado que Jackson pudiera encontrarme. Excelente trabajo, idiota. ¿Y ahora qué? ¿Debería intentar regresar a la entrada del parque y alertar a los guardabosques? Sería más sencillo si no estuviera por lo menos a dos días de distancia. ¿Y si tomaba el camino a casa para poder realizar un equipo de rescate? Claro y así conducir (de alguna manera) a los de Bio-KR a Naugdae Ville y exponer a toda mi raza. 

La cabeza me daba vueltas pero nada parecía ser lo correcto. No podía quedarme sin hacer nada pero si intentaba hacerlo solo... si fracasaba y también era atrapado...

Oí como se sacudía un arbusto y me quedé congelado. ¿Cuánto tiempo llevaba ahí sentado como estúpido sin estar pendiente de mi alrededor? Por suerte solo se escuchaba que fuera uno (perro o persona, de eso no estaba seguro). Busqué por donde podía hasta que hallé una rama lo suficientemente resistente como para poder usarla como arma. Rodeé el tronco del árbol y adopté una posición de ataque, y por posición de ataque me refiero a que abracé la rama mientras comenzaba a rezar para que no me encontraran.

Si lo que fuera que viniera de ese lado pasaba a un lado de mí podría darle un golpe antes que me atacara a mí ¿cierto? al menos tenía el factor sorpresa de mi lado. Quizá hasta lograría usarlo como prisionero. Aunque no creía que Sanjoy fuera de esos que estuvieran dispuestos a negociar, intentaría sacar toda la ventaja que pudiera.

Noté que se me secaba la boca y que las palmas de las manos me comenzaban a sudar. Me dolía el pecho de lo mucho que intentaba no respirar, de no realizar ningún movimiento que pudiera ser detectado e inexplicablemente me invadían las ganas de ir al sanitario. 

Oí una leve pisada y me aferré a la rama. Una sombra apareció a un costado y golpeé con toda la fuerza de la que fui capaz. Era una persona. Y le había dado. De verdad lo había derrumbado de un golpe.

─¡Si! ─grité eufórico─. ¡Lo hice!

Había caído solo unos cuantos centímetros de mí así que me acerqué para asegurarme de que no lo había matado. Querer defenderme no me hacía asesino. 

─Oh Dios mío. ¿Jackson? ¡JACKSON!

No era ningún mercenario, ni siquiera estaba cerca de serlo. Lo sacudí y abrió los ojos. Pude desmayarme en ese momento. Estaba vivo.

─Pero ¿qué rayos? Kum...

Noté que mi pulso retumbaba en mis oídos, Jackson trataba de incorporarse pero de alguna forma yo había acabado sobre él.

─Lo siento tanto, Jackson. No pensé que fueras tú. ─Sorbí por la nariz, ya estaba llorando─. Creí que... creí que habías... ─No podía decirlo en voz alta. Que estaba muerto, o que jamás me encontraría. Que el enemigo estaba cerca. Y que mi vida, tal como la conocía, se había terminado.

─Tranquilo ─murmuró una y otra vez mientras me abrazaba.

Permanecimos en el suelo por un buen rato, mi pulso se normalizaba junto al suyo. Podía sentir como tomaban el mismo ritmo. 
Todo el terror que había sentido era, de repente, controlable. Estaba a salvo.

Pero Mark, Jaebum y Youngjae no. Me incorporé y ayudé a Jackson a hacerlo.

─Entonces, ¿qué  has averiguado? ─pregunté y crucé mis piernas. Estábamos sentados.

─Que los perros son rápidos, demasiado ─descubrió su tobillo y pude notar como unas simétricas marcas de mordidas estaban curándose─. Sus mordidas tardan en curarse mucho más de lo normal. Esto es de hace unas tres horas. Quizá reforzaron sus hocicos con plata.

Acaricié levemente los bordes de su herida, él se había arriesgado por mí. Esas marcas eran la prueba, y, por la teoría que Jackson tenía, dejarían cicatriz. 

─Hey... ─llamó al tiempo que apoyaba su palma en mi mejilla─. Está bien, mejor yo que tú. Yo al menos puedo curarme ─soltó una suave risa─. Aunque este no sea el mejor de los ejemplos.

─Te arriesgaste por mí... 

Agachó la cabeza y rozó mis labios tan levemente como una mariposa se posaría sobre un pétalo. Ambos sabíamos que no era el momento, que los sentimientos que estaba intentando aclarar tendrían que esperar. A pesar de eso, en ese instante pensé que no había manera de que lo quisiera más de lo que ya lo hacía. 
Sin importar lo que pasara después, ese momento entre nosotros siempre estaría en mi mente por el simple hecho de que Jackson anteponía el bienestar de los demás al suyo.

─Lo que esos perros me hubieran hecho no es para nada comparado con lo que Mark habría dejado de mí si algo te pasara ─dijo.

Estaba tratando de restarle importancia, pero yo sabía lo mucho que se había arriesgado.

─¿Sanjoy les ha hecho daño?

Con un suspiro se apartó de mí.

─Aún no. Los llevan a alguna parte. Atados todo el tiempo.

Bufé.

─Como si fueran a transformarse para atacarlos ─ironicé.

─Estoy seguro de que eso es lo que temen. No piensan que querrán guardar "el secreto".

─Como sea, ¿podremos rescatarlos esta noche?

Miró a horizonte, el sol casi se había ocultado por completo.

─Probablemente podríamos, pero no creo que debamos. Lo mejor sería seguirlos, ver adónde van.

Sonreí con burla.

─Debes estar bromeando ─al notar como su rostro seguía serio, me incorporé de golpe─. ¿Enloqueciste? ¡Podrían venir helicópteros por ellos! ¡Podríamos perderlos para siempre!

─Tranquilízate y piénsalo, Kum. Recuerda todo este bosque, no hay ningún claro en al menos unos treinta kilómetros a la redonda donde puedan aterrizar. Van a llevarlos al laboratorio, van en la misma dirección en la que íbamos en un principio. Si los seguimos, conoceremos su emplazamiento porque nos llevarán hasta el.

No me gustaba el plan. No me gustaba postergar su rescate. Pero eso no significaba que no notara lo audaz que era dejar que fueran ellos mismos los que nos condujeran a su laboratorio.

─Entonces, ¿qué hacemos? ─pregunté

─Creo que lo mejor será que regresemos esta noche a la guarida para ver que podemos rescatar. Han destrozado el lugar.

─¿Y si está siendo vigilada?

─Dejaron a alguien, pero me encargué.

No quise preguntar que había hecho exactamente, nuestras vidas corrían peligro. Cualquier medida estaba justificada, ¿cierto?



21.04.20

#2GO FULL MOON || MARKBAM/JACKBAM  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora