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A la noche siguiente, mientras observaba el campamento de Sanjoy, Jackson se transformó y se fue a explorar. Permanecí sentado esperando, preguntándome si no sería mejor que se hubiera quedado para que pudiéramos rescatar a todos y ya después ir a buscar ese estúpido laboratorio.

La luna ya había alcanzado su cénit cuando Jackson llegó a mi lado. Debía admitir que admiraba como un cambiaforma fuera tan sigiloso, era algo fascinante que solo nosotros podríamos lograr no importaba si estábamos en forma humana. Era parte de nuestra naturaleza, ya que en parte éramos depredadores.

─Lo encontré ─dijo con una amplia sonrisa en el rostro.

─¿De verdad?

Asintió emocionando.

─Con lo lento que avanzan, tardarán por lo menos dos días en llegar. Llegó el momento de la fuga.

No podía contener la emoción. Era la hora.

─¿Tienes un plan? ─pregunté.

─Pienso que sí. Los perros pueden ser muy problemáticos pero puedo transformarme y atraerlos, con suerte también a sus cuidadores. Tú irás hasta su campamento y liberas a los tres. Mark y tú pueden usar la motocicleta para salirse aquí. La acercaré antes de transformarme. Youngjae y Jaebum pueden transformarse y salir lo más rápido que puedan.

Parecía sencillo. Quizá demasiado. Podíamos haberlo hecho hacia un par de noches; aunque claro, entonces no sabíamos dónde estaba el laboratorio.

Dos hombres vigilaban el campamento. Cada uno de ellos llevaba un perro

─Kum, tu vida dependerá de tu velocidad ─habló Jackson─. Los perros, y los guardias, deberían correr tras de mí, pero es casi seguro que causarán un alboroto suficiente para despertar a todos los demás. Debes ser preciso.

Asentí con determinación.

Jackson se alejó hasta unos matorrales, ahí se quitaría su ropa para transformarse. Le tomé del brazo y contemplé sus ojos marrones, tan válidos y tiernos como nunca antes me había fijado. Su mirada caló en mí; me llenó de coraje.

─Ten cuidado ─le susurré.

─Siempre. Pero recuerda, Kum: sálvate tú primero.

En realidad no cumpliría en esa parte, sin embargo le dije que sí. Yo jamás antepondría mi vida a la de mis amigos, y estaba seguro que Jackson lo sabía, imaginé que necesitaba una garantía de que yo estaría bien.
Jackson emprendió su marcha de nuevo, pero su mirada regresó a mí.

─Lo siento ─dijo.

─¿Por...?

Me atrajo hacia sus brazos y me besó, antes de poder terminar mi pregunta. Sus labios, tan similares a sus ojos -cálidos y tiernos-, se movieron al compás de los míos. No podía evitar preguntarme si, al igual que yo, temía que no fuéramos a tener otra oportunidad como esa, y por ello no quería irse sin aprovecharla.
Sujetó mi rostro con sus manos, y profundizó el beso, ahogándome en pasión y deseo. Todo mi cuerpo ansiaba fundirse con el suyo, saborear cada célula, cada partícula.
Pero acabó, quizá demasiado rápido, y Jackson se adentró en la maleza antes de que pudiera reunir suficiente concentración para no caerme. Me llevé los dedos a mis labios temblorosos.
Unos instantes después vi que la luna iluminaba su pelaje mientras se dirigía a la parte más alejada del campamento, adonde se dirigía también unos de los guardias y un perro. El otro guardia estaba regresando al otro extremo del campamento, donde se encontraban sus prisioneros.

Al segundo, casi al mismo tiempo, ambos perros alzaron la cabeza, estiraron sus orejas y oí sus terribles ladridos. Sabía que un rottweiler podía moverse con bastante rapidez, confíe en que Jackson pudiera ser mejor. No quería imaginar que podrían hacerle con esas fauces bañadas de plata.

#2GO FULL MOON || MARKBAM/JACKBAM  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora