CAPITULO 1

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Días antes

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Días antes...

MATILDA

- ¡Matilda! ¡Matilda! - La voz de Glenn y corriendo, me hace voltear a ella.

Sacudo mientras me incorporo algo, parte de el pantalón corto como la blusa liviana que llevo puesta con mis manos, de dejos de césped por estar recostada contra el verde suelo y boca arriba.

- ¿Qué, estabas haciendo? - Me dice, llegando a mí.

Y mi dedo, señala arriba.

- El cielo... - Solo respondo.

Y con una mueca, lo mira.

- ¿El cielo? - Lo observa en su totalidad. - ¿Pero no hay una nube, como para entretenerte buscando sus formas?

Le sonrío mientras la abrazo, provocando que casi pierda su equilibrio inclinada.

- Justamente, por eso... - Formulo. - ...miraba su azul tan nítido...

Y resopla ahora ella, abrazándome.

- ...oye...¿estás bien? - Afirmo. - ¿Entiendes Mati, que el verano está por finalizar y que las clases, tienes que retomar? - Prosigue y su nota de voz como mirada, cual no alcanzo de ver, sé que tiene connotación de preocupación.

De la mucha.

Vuelvo a asentir, oculta sobre su pecho y en ese abrazo.

Pero, ahora no me permito llorar.

Por lo menos, delante de ella.

Y por eso con un fuerte, pero disimulado respiro llenando mis pulmones, me incorporo con mi mano en su hombro a modo cariño y la otra haciendo a un lado mi pelo de mis ojos, por haber crecido bastante estos meses.

- Muy lista... - Ni yo, me la creo. - ...ansiosa por el comienzo de clases... - Aunque, eso sí, es verdad.

Tanto.

Que de solo pensarlo, mi piel tiembla.

Sí.

Mi piel, maldita sea.

Y no, mis emociones.

Es piel que se eriza de sensaciones, solo pensar en ese momento y con cada día que pasa, saber que es uno más que transcurre y uno menos.

Mierda...

Para verlo.

- Voy por algo fresco ¿Quieres refresco o un conito helado? - Me pregunta, ya de pie y estirándose por su carrera anterior por el parque.

- Refresco de naranja... - Murmuro.

- ¡Okey, regreso en un rato! - Exclama, retomando otro trote y en dirección al sendero alejándose.

Y mi cuerpo vuelve a caer sobre el acolchado césped y nuevamente a ese cielo azul despejado.

Pero con un resoplido y otra vez, haciendo a un costado mi pelo.

El Santo 2 ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora