Capítulo 5

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- Lydia vamos - ordena Eros llegando a nosotros.

Se encuentra más serie de lo normal con una mirada mortal que debería molestarme pero la verdad me calienta, cuando se acerca al grupo donde estoy ni siquiera saludo o mira a alguien más aparte de mi y sus amigos me quedan mirado sonrientes y las chicas me analizan de arriba a bajo.

- Fue genial esta tarde, gracias. Nos vemos luego - me despido de cada una con un beso en la mejilla - Te entrego el traje de baño mas tarde.

- No te preocupes. Toma una toalla - dice Debbie para entregarme una para cercarme, al final la enrolló en todo mi cuerpo para tapar un poco el frío.

Liam saca mi ropa del auto y me la extiende, le agradezco tirándole beso antes de seguir a Eros al auto.

- ¡Adiós! - me despido de nuevo.

Al llegar a la camioneta donde ya esta Eros montado, abro la puerta trasera para colocarme la falda y blusa de nuevo por encima del traje de baño para luego subir al auto y salir del lago.

- ¿Qué pasa?- digo al no soportar la tensión del auto.

- Nada - responde borde.

Ruedo los ojos por su actitud, no lo entiendo él es el que me dejo botada a un lugar desconocido en nuestra supuesta "cita". Imbécil total

- Pedazo de idiota, si tanto te molesta mi presencia y no quieres intentar nada contigo por que mierda no me rechazas - digo ya al borde de su estúpida actitud.

- Porque no me da la gana - responde mirándome con desafío - Si no estas feliz pues recházame tu

- ¡Bien! - hablo para seguir el camino hasta llegar a la manada.

Quiero transformarme, Cora pelea conmigo pero hacerlo en la carretera no es muy buena idea, el dolor me haría provocar un accidente y no quiero morir. Una vez llegamos Eros se baja sin esperar a que las ruedas se detuvieran por completo, aparcó y dejó que unos de los deltas guardara el coche.

- Eros - me detengo al no recordar su apellido, que tonta soy, no lo conozco lo suficientemente ni para rechazarlo - Seras imbécil.

- ¿Que?- alza una ceja y me encara - ¿Me llamabas?- suena burlón lo último, cambiando su ánimo.

¿Qué mierda?

- ¿Este nos cree su juguete de diversión o que?- gruñe Cora

- Voy a golpearlo si sigue así.

- Tranquiliza a tu loba, pitufo - me advierte el chico, al ver como mis ojos se tornan amarillos, claro ejemplo de la lucha por el control de cuerpo con Cora.

- Pitufa tus pelotas van a quedar imbécil - golpeó su pecho mandando tres pasos atrás.

- Eres más enana que yo - dice con voz cansada.

- Eso no es cierto, mi estatura se considera en la media - este suspira y me mira aburrido, ya no quiere seguir con la conversación.

- No es mi culpa que seas un Jirafa - digo como insulto - Sedrik - grito como niña pequeña

- Lydia, mi amiga del alma - sale una despeinada Minerva que me abraza con amor

- ¿Qué bicho te pico?- le digo. El pelirrojo baja del segundo piso sin camisa mirándome sin humor, creo que interrumpí algo. Ups, na, no me arrepiento.

Mi Mate es menorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora