Capítulo 16

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Un dolor de cabeza me recibe al volver a mis sentidos, mi cuerpo sigue temblando pero logro recuperar la consciencia. Poco a poco logro incorporarme de la cama

- Toma, te ayudara - dice Amanda dandome una pastilla que no dudo en tomar.

- ¿Mejor? - pregunta revisando mis ojos.

- Si, gracias - susurro levantándome - iré por algo de comer.

- Claro vamos - ella me ayuda a levantar y salimos de mi habitación rumbo a la cocina.

La nana de los chicos me recibe con un plato de lasaña y jugo de fresa

- Gracias - sonrio. Unos brazos finos me envuelven desde atrás

- Me diste un gran susto, boba - Minerva se aferra a mi.

- Tranquila estoy bien - le digo - pero me vas a dejar sin aire - las dos reimos

- Lydia que dices, si salimos a dar un paseo las tres y nos despejados un poco - propone Amanda

-Me  parece genial. Necesitamos relajanos un poco - dice mi amiga entusiasmada.

Una vez recupero mi fuerza y mis sentidos, subo a darme un baño para así bajar los humos que tengo justo ahora por ir hacia aquel chico y darles sus buenas cachetadas. Es que ni se quedó para verme despertar, simplemente llamó a Amanda cuando me vio caer porque no supo que hacer. Obviamente Amanda no dudo en hacerse cargo pero me dijo que después de que le dijo que estaba bien se fue sin decir nada.

Al terminar mi ducha me arreglo sin muchas ganas para ir con la chicas, elijo  un short negro con una playera blanca algo ancha, mis vans y mi cabello suelto. Las chicas se tardaron un poco más en bajar, mientras yo espero abajo en silencio algo raro por acá pero en la casa no había nadie más que los empleados de la casa. Mis amigas bajaron un poco más arregladas que yo

- Ya estabas lista - dicen al verme más normal de lo que suelo ir

- Si, no quería arreglarme - digo con simpleza

- Pues vamos - salimos de la casa, nos montamos en el auto de Amanda y salimos de la manada. Entramos en la parte de la ciudad camino al centro comercial

- Quiero ver ropa de verano - comenta Minerva - Vamos

Esta nos arrastra a varias tiendas, donde nos probamos ropas, incluso nos atrevimos a desfilar por los pasillos y eso hizo que nos sacaran. No paramos de reir y fue liberador

Era un alivio no pensar tanto en Eros y en sus palabras.

- ¿Quieren algo de comer?- pregunto - porque yo si. Vamos a una cafetería

- Yo conozco una muy buena, es el preferido de Simón y mía. - nos comenta Amanda

- Vamos - sale corriendo Minerva - guiame - grita, haciéndonos correr detrás de ella, parecíamos niñas.

La cafeteria se veía muy moderna y olia delicioso, café recién echo y pasteles de todos los sabores. Nos acercamos al mostrador donde una chica nos atendio, pedimos y nos fuimos a sentar.

Elegimos una mesa que tenia los asientos altos cerca de la ventana donde veíamos todo. De pronto suena la campana que avisa que alguien entro

Esta aquí - susurra Cora - y no viene solo.

No entiendo al princio de que habla hasta que un cosquilleo me llega a la boca del estómago, su olor característico me rodeo y instintivamente volteo buscándolo con mis ojos, mala idea porque al verlo algo se rompe en mi pecho. Eros venía entrando con una chica de su edad, bajita y muy bonita

Mi Mate es menorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora