Capítulo 4

10.9K 747 48
                                    

El auto se llena de silencio solo por el sonido de llamada que viene del smartphone de Eros, no deja de sonar desde que salimos de su institución, sacando bufidos del rubio.

- Por cierto, me puedes dejar en una farmacia ahora, ya hable con Sedrik para que me fuera a recoger - mi amiga habla llenando el silencio.

- Claro - digo girando en un cruce que nos adentra un poco a la ciudad para dejarla

- Por cierto - Minerva se dirige al chico que no nos ha dirigido la palabra - Pobre de ti que le hagas algo a mi hermana, porque te las verás conmigo, así que deja esa cara de culo y trátala bien - amenaza, golpea su hombro con fuerza, me da un beso en la mejilla y sale del auto.

- ¡Adiós! - le digo ante de que cierre la puerta. Miro al chico interrogante

- ¿A donde nos dirigimos?- hablo al ver que no me presta atención y manejo a la nada, deja su teléfono y me mira aburrido.

- Yo te guió, sigue a la izquierda en aquel cruce - dice sin mas.

Después de un viaje algo largo con música para llenar el silencio llegamos a un lago repleto de chicos en sus autos escuchando música y bebiendo, otros están en el lago riendo aunque lo que más llama mi atención es que son de mi edad. Me estacionó donde puedo apagando el motor

- ¿Por qué me trajiste aquí?- preguntó extrañada, este se quita el cinturón y me ve fastidiado.

- Sedrik pidió que saliera contigo hoy, recordé que me habían invitado a una fiesta universitaria y como no me dejan conducir pensé en ti, podrías traerme, conocer gente de tu edad y así me quitó a mi hermano de encima - responde como si nada.

- Oh bueno gracias - digo con ironía. - Solo me utilizas - afirmó molesta.

- Tomarlo como quieras, solo nada de celos, no te metas en problemas y no te emborrache recuerda que tienes que conducir - sale del auto dejandome sin palabras.

- Sera hijo de puta, no perdón Gemma es buena persona - niega al verme hablar conmigo misma.

Apretó mi mentón y puños al sentirme prepotente y utilizada, el mocoso le valgo un comino, debí imaginarlo, su actuación en la cocina fue pura mera trampa.

Salgo del auto enojada y miro a todos lados sin saber que hacer, decido acercarme a un grupo de chicos que ríen y beben en la parte trasera de un auto con música y por su olor puedo decir que todos son lobos, algo positivo diría.

- ¡Hola! - sonrió tímida una vez me notan.

- ¡Hola! - responde un chico muy lindo. Castaño de ojos mieles, piel bronceada, con hoyuelos encantadores y un cuerpo bien trabajado - ¿Estas perdida?

- Desgraciadamente no, un idiota me trajo pero me dejo sola y pensé en hacer vida social después de todo es una fiesta - me encojo de hombros.

- Pues bien idiota al no ver la hermosura que dejo sola - el otro chico habla.

Este es igual de guapo que el primero también castaño, solo que sus ojos son de un hermoso verde, tiene cejas pobladas y cuerpo trabajado

- El tarado este es Kian, yo soy Liam y estas feas chicas son Sophie y Debbie - señala a dos castañas que me sonríe buena onda.

- ¿¡Feas!? - alza una ceja Debbie - ¿No te has visto en un espejo o que? Porque nosotras somos Diosas

- Me veo todo el tiempo y soy hermoso enana - debate Liam.

- Silencio los dos, dejen que diga su nombre al menos, luego pelean - regaña Sophie

- Soy Lydia y es un gusto conocerlos - respondo.

Mi Mate es menorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora