Capítulo 3

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Olivia había tenido la quinta discusión con Elliot en menos de veinticuatro horas. Ella quería creer que se debía al estrés del caso, pero realmente no quería aceptar que algo había cambiado entre ellos desde aquella noche que pasaron juntos amándose.

Habían pasado algunas horas desde que Gitano le había cortado el cuello, intentando matarla, y desde que este había asesinado con total alevosía a Ryan, el niño de ocho años que estaba desaparecido junto a su hermana. Olivia no esperaría a que Elliot acabara de portarse como un idiota y decidiera continuar investigando, Rebeca no tenía ese tiempo. Así que tomó las últimas ubicaciones que tenía del celular de Gitano, las que Morales le había entregado, y comenzó a recorrerlas una por una tratando de encontrar algo que le diera una nueva pista.

—En situaciones como esta no hay una buena salida, cada decisión se convierte en un sacrificio.

Elliot había decidido visitar al Doctor Huang, necesitaba descargarse con alguien, necesitaba quitarse la imagen del niño sobre un charco de sangre y la culpa de haber elegido a Olivia.

—No es cierto —respondió el detective y mordió el interior de su labio inferior.

—Tenías que elegir entre salvar al niño o salvar a Olivia.

—Ella no me necesitaba.

—Pero tú no sabías eso.

—Ojalá no... —se quedó a mitad de la oración.

—¿Qué cosa? ¿Ojalá no te importara tanto? Elliot por eso eres un buen compañero.

—Hizo que me distrajera —dijo molesto.

—¿Cómo? ¿Cómo puede ella controlarte? —preguntó Huang con delicadeza tratando de hacerlo entrar en razón.

Pensó. Pensó en la situación que habían vivido. En lo que Olivia le había dicho la mañana que despertaron juntos ¿A quién elegiría si ella y un civil estaban en peligro? Sintió nuevamente sus manos pasando por su pecho y soltó el aire retenido.

—No lo hizo. Fue mi decisión. Nadie más fue responsable, solo yo.

Caminó hacia la puerta mientras sentía la mirada de lástima de Huang en su nuca.

—Gracias —dijo y salió de allí sin esperar respuesta.

Al llegar a la estación, Munch le informó el trabajo que su compañera estaba realizando y en menos de media hora ya estaba junto a ella a la entrada de una fábrica que al parecer en un comienzo había sido una base militar.

—Pediré refuerzos —dijo él.

—Diles que no esperaremos.

Ellos sabían que algo no estaba bien, podían sentirlo, casi como una presa justo antes de ser cazada por su depredador. Elliot sintió olor a cigarrillos así que se dirigieron a dónde creían que provenía.

Una seña. Él a la izquierda, ella a la derecha.

Olivia avanzó, oyó un ruido y su corazón se agitó. Corrió por el pasillo que las cajas hacían hasta que el sonido del disparo de una especie de escopeta resonó cerca de ella, la bala hubiera impactado en su cuerpo si no se hubiera arrojado al suelo.

—¡Suéltalo! —gritó la detective apuntando su arma hacia Gitano.

Él tenía a Elliot de rodillas y le apuntaba directo a la cabeza.

Olivia sentía su mundo girar, los oídos le zumbaban, la cabeza le dolía y no podía terminar de centrar sus cinco sentidos en negociar con Gitano.

—¡Suelta el arma ahora! No seas idiota.

—Lo mataré ¡Suelta el arma o te mataré!

—Olivia dispara.

Rompecabezas de Amor [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora