Rompecabezas de Amor [PAUSADA]

Capítulo 21

"Unas horas después del incidente, ambas estaban en la sala de espera del hospital aguardando a que una enfermera le sacara sangre a Olivia. Estaba tan concentrada en sus pensamientos que no notó que alguien se acercaba a ella por el pasillo.

—Liv ¿Qué haces aquí? ¿Todo está bien?

Tenía que ser él. Tantas personas en el mundo y justo tenía que ser Elliot Stabler quien estaba de pie frente a ella con cara de preocupación esperando una respuesta. ¿Ahora qué diría?" 

Olivia sintió una oleada de náusea invadir su cuerpo al verlo allí. Llevó una mano a su boca y respiró profundo para controlarse.

—Elliot ¿Qué haces aquí? ¿Los niños están bien?

—Sí, ellos están perfectos. ¿Y tú? Alex me dijo que no te sentías bien.

—Tuve que traerla aquí porque estoy segura de que tiene una gripe y nos contagiará a todos —intervino la rubia tratando de ayudar.

—No parece que tengas fiebre —agregó él poniendo una mano sobre la frente de su compañera. Un escalofrío recorrió el cuerpo de ella al sentir el tacto de su piel.

—Ya bajó, supongo. Es solo una gripe Ell... me darán unos medicamentos y estaré bien.

—Mhmm ¿necesitas algo?

—No, gracias —dijo con una pequeña sonrisa.

—Okay. Debo irme, nos avisaron de una víctima, la doctora me dijo que se rehúsa a hacerse el kit de violación.

—Iré contigo, puedo ayudar.

—¡No! —respondieron Alex y Elliot al mismo tiempo.

Olivia rodó los ojos.

—Yo puedo encargarme, tú procura recuperarte pronto —dijo con ternura apoyando una mano en su hombro.

—Bien...

Ambas mujeres lo vieron desaparecer al final del pasillo.

—Olivia Benson —la llamó la enfermera.

—Aquí.

—Pasa, por favor —sonrió tratando de relajarla— en aproximadamente una hora estarán tus resultados. Puedes pedirlos en la estación de enfermeras.

—Okay... —respondió levantando la manga de su blusa para que le extrajeran sangre.

Elliot regresó al precinto pensando en Olivia, no podía sacarla de su mente. Estaba preocupado porque no la había visto como las últimas veces, empoderada, valiente, dispuesta a todo. La vio rendida, atemorizada, triste. Él la extrañaba y lo único que deseaba era poder hacerla feliz, por lo que había planeado cenar con ella, llevarle sopa de pollo para su gripe y un pan de canela por la simple razón de que sabía que lo disfrutaría. Pero el caso le estaba demandando el cien por ciento de su atención y no le permitía moverse de la estación.

Alex había llevado a Olivia a desayunar mientras esperaban los resultados de los análisis de sangre. La morena apenas había tocado algo de su comida mientras que Alex había devorado todo debido a la ansiedad.

—No me gusta mentirle —soltó Olivia.

—¿Hablas de Elliot?

Ella asintió.

—¿Preferías que le hubiésemos dicho?

—¡No! —negó con la mirada llena de temor.

—Perdón por mentirle pero no era el momento ni el lugar.