Capítulo 34
La siguiente jornada arrancó llena de nerviosismo al descubrirse que, durante la noche, varios guardias del último turno habían desaparecido sin dejar ni rastro. La noticia impactó mucho a los miembros de la expedición, sobre todo al resto de componentes del turno, pues ninguno de ellos había notado ni escuchado absolutamente nada extraño, pero aún más a Ana, la cual, tras despertar en soledad en la tienda de Dewinter, no pudo evitar sentir que el corazón se le encogía al no verle por los alrededores.
Por suerte, pronto descubriría que, junto a otros tantos, Armin había salido a patrullar la zona en busca de pistas.
Cuatro horas después, tras rastrear la zona continuamente e incluso dar una vuelta por los alrededores con los vehículos, los maestros informaron al campamento principal de lo ocurrido y acordaron que serían éstos quienes se encargarían de seguir con la búsqueda.
La misión debía continuar.
La decisión de Gorren y Helstrom no fue bien recibida por parte de los dalianos, pero Havelock se encargó de silenciar a los opositores más fervientes. A pesar de sus deseos de quedarse y seguir buscando a los suyos, la necesidad de completar la misión cuanto antes, y ahora con más razones que nunca, era prioritaria. Así pues, antes de alcanzar el medio día, los 4x4 volvieron a ponerse en marcha.
La jornada pasó especialmente lenta. La tensión reinante en el ambiente alargaba las horas hasta hacerlas infinitas. Además, el día era especialmente sombrío y la niebla muy espesa por lo que el avance era lento. Siempre al volante de su vehículo, Tiamat marcaba el camino, guiándose tanto por lo que veían sus ojos como por lo que los radares de abordo indicaban, mientras que a su lado. Ana les escuchaba susurrar de vez en cuando, pero no entendía lo que decían. Por suerte, tampoco le importaba demasiado. Después de lo ocurrido aquel amanecer, la mente de la joven volvía a maquinar imparable, y más que nunca, se sentía desbordada.
Cinco horas después del inicio de la marcha alcanzaron el saliente de un altísimo desfiladero. Se encontraban en lo alto de un gran barranco al fondo del cual, bordeando el bosque como una serpiente, había un riachuelo de agua clara. Gorren ordenó a los suyos que bajasen y, en apenas unos minutos, todos los miembros de la expedición se reunieron junto a los vehículos.
—Los mapas de la zona que hemos obtenido a través del barrido orbital indican que el desfiladero se extiende a lo largo de centenares de kilómetros —exclamó Havelock, de pie sobre el capó de su 4x4. Tras lo sucedido aquella mañana, los dos maestros habían creído oportuno que fuese él quien diese la noticia—. Esto significa que, tal y como ya preveíamos, tenemos que dejar los vehículos atrás. La brújula indica que debemos seguir adelante, y eso es lo que haremos, pero a pie... y no todos. Vamos a dividirnos y establecer aquí un segundo campamento que servirá de enlace entre el principal y el grupo que siga adelante. Como imagino que ya supondréis la mayoría, yo me quedaré al mando. Veinte hombres y mujeres acompañarán al maestro Gorren y Helstrom. El resto, nos instalaremos tanto aquí como en el río, para cubrir el máximo de terreno posible...
Algo más animados ante la perspectiva de poder emplear aquel campamento como base para seguir buscando a sus compañeros desaparecidos, los dalianos respondieron a las órdenes con energía y positivismo. Havelock seleccionó a los elegidos que seguirían con los maestros y, a su vez, dividió al equipo.
El descenso a través del desfiladero hasta el río no fue sencillo. A pesar del avanzado equipo de bajada del que disponían, las paredes lisas de piedra por las que debían deslizarse eran muy resbaladizas, por lo que no dejaban de patinar los pies sobre su superficie. Afortunadamente para Ana, la menos preparada en la materia con diferencia, Marcos se ofreció para ayudarla durante el descenso por lo que, en apenas veinte minutos, logró pisar suelo firme.
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Dama de otoño - 2nda parte
Ciencia FicciónDespués de la invasión de su planeta natal y de caer en manos de Mandrágora, Ana Larkin regresa diez meses después de su huida in extremis del bastión del rex del sector Scatha para dar respuesta a las preguntas que tanto la atormentan. Segunda part...