Naufragada en medio del abismo, suspendida en la nada, mi cuerpo ha desaparecido, solo soy la consciencia de alguien viajando en la inmensidad ¿Cuánto tiempo ha pasado? No puedo saberlo, aunque no tiene la menor importancia, porque la realidad es moldeada al antojo de una fuerza mayor, el plano terrenal se queda atrás, el mundo me ha desechado.
Entonces se escucha con toda claridad, el rechinido de una puerta abriéndose inunda el vacío, a este le siguen pasos sobre baldosas de mármol, repiqueteos con un lento avanzar. Pero eso no es lo mas inquietante, no, sino las voces que van naciendo a partir de la nada, voces ahogadas por una capa de distorsión. Y aun así consigo identificar una de ellas, como un código guardado en mi memoria, la cual dice
-Deprisa, colóquenla en la cama, con mucho cuidado, eso es – segundos después puedo experimentar nuevamente la sensación de tener piel, músculos, huesos, un cuerpo al cual pertenecer, todavía no he escapado de mi prisión en las tinieblas, pero al menos sé que sigo existiendo, lo demuestra la sensación de ser depositada suavemente sobre lo que parecen ser cómodas sabanas, sigo estando allá afuera, no todo está perdido. – Ya está, ahora solo falta esperar a que lleguen los resultados, no creo que podamos hacer mucho esta noche. – en seguida de estas palabras otra voz se hace presente, una voz quebrada, sumamente alterada, envuelta por una desgarradora desesperación, reconozco a esta persona, el tan solo escucharla en ese estado me hace querer llorar, es mi madre, la verdadera, está aquí, no me ha abandonado.
-Doctor, no sé cómo podré agradecerle, no creí que fuera a ayudarnos, no después de como terminaron las cosas, pero es que... no sabía que más hacer, a quien más recurrir, todo fue tan repentino, de no ser por Tom talvez Eli no estaría aquí.
-No se preocupe, el pasado ha quedado atrás, lo importante es que ha regresado a la clínica, yo creo que lo mejor será que reanude su tratamiento, solo así podremos asegurarnos que nada de esto se vuelva a repetir, no queremos que Eli se haga más daño.
-No sé cómo pudo suceder, ella no había tenido un episodio así en años, la pintura había funcionado, los sueños eran menos recurrentes, durante todo este tiempo había tenido una vida normal. Pero desde que despertó el día de ayer comenzó a comportarse de forma extraña, parecía asustada, no quiso decirme que ocurría, y luego están las heridas, el solo pensar que ella sola se las haya provocado, simplemente no... - mi madre estalla en llanto, yo solo puedo quedarme quieta escuchando toda esta locura, trato de moverme, pero no puedo, la oscuridad me aplasta. ¡Mamá! ¡Espera! ¡No he sido yo! ¡Te lo juro! ¡Y lo demostraré! ¡Es una promesa! ¡Te lo demostraré! ¡No pierdas la confianza en mí!– es en aquel momento que el doctor se dirige a otra persona
-Eres Tom ¿Verdad?
-Sí, así es – esa voz, Tom, él también está aquí, pero... es imposible, cuando llegué a su casa no era él, era otra chica, otra realidad.
-¿Qué fue lo que pasó exactamente?
-Yo... no lo sé, el día de ayer fue a mi casa para hablar sobre un sueño que había tenido, se veía bastante asustada y confundida.
-¿Te dijo que fue lo que vio en ese sueño? – oh no, no lo hagas Tom, no le digas, te lo suplico, no permitas que sepa toda la verdad, todavía no. Puedo imaginar al chico de cabello alborotado guardando silencio, observando atentamente al hombre de bata blanca, deseo con todas mis fuerzas que pueda escuchar mis plegarias.
-No mucho, en realidad solo fue para preguntarme algunos conceptos sobre el mundo onírico, sueños lucidos y cosas por el estilo. Le dije que si había alguna novedad me llamara, pero no lo hizo, pase todo el día tratando de localizarla, pero no hubo resultado, las cosas empeoraron cuando su madre me contactó para decirme que Eli no aparecía por ningún sitio, estuve a punto de salir a buscarla cuando apareció en la puerta de mi casa. Estaba sumida en un estado de pánico absoluto, jamás la había visto así, el miedo la estaba carcomiendo por dentro, gritaba palabras inteligibles. En cuanto vi las heridas que tenía en todo el cuerpo me asusté, traté de tranquilizarla, pero su histeria no me lo permitía, estaba fuera de sí, por un momento no parecía ser ella.
-¿Y ahí fue cuando perdió el conocimiento?
-No, después de varios minutos de intentar tranquilizarla ella simplemente se dio media vuelta y salió corriendo, inmediatamente la seguí, llegamos hasta la mitad del estacionamiento de mi departamento, ella se detuvo, me dirigió la mirada una última vez, una mirada perdida, una mirada distante, solo para pronunciar una única palabra... Tania, un segundo después colapso contra el suelo. – las tres personas guardan silencio, un silencio de ultratumba, yo solo trato de comprender todo lo que está pasando, mi mente intenta desesperadamente encontrarle sentido, pero no puede ¿Qué fue lo que ocurrió cuando desperté?
- Hiciste lo correcto, hijo, la mantendremos en observación, de momento esperaremos a que despierte, solo así podremos saber con seguridad que fue lo que ocurrió.
-¿Cuánto tiempo estará aquí?
-Si los ataques psicóticos continúan habrá que recetarle tranquilizantes, realizarle las pruebas pertinentes y monitorear constantemente su avance, me temo que no será poco tiempo, lo menos recomendable es que salga de la clínica, lo importante ahora es mantener a Eli a salvo, y a juzgar por la situación en estos momentos ella significa un gran peligro para si misma. – cada palabra significa un clavo en mi ataúd, tengo que evitar que me encierren en este lugar, no puedo permitir que me conviertan en un vegetal, un muerto viviente, piensa Elizabeth, piensa.
-¿Y en que consisten esas pruebas? – pregunta el chico de ojos azules con insistencia.
-Lo siento, me encantaría explicarles, pero tengo a otros pacientes que atender, si gustan pueden volver mañana para que aclare todas sus dudas, de momento solo puedo recomendarles que vayan a descansar, tómense el tiempo que deseen para despedirse, con permiso – ahí están de nuevo los repiqueteos sobre las baldosas, provienen de él, las pisadas comienzan a alejarse cuando alguien las interrumpe.
-¡Espere! – se trata de Tom – Creo que no hemos sido presentados como es debido, después de todo, me gustaría saber el nombre de la persona que estará a cargo de mi mejor amiga. – el momento pudo volverse tenso, pero el otro hombre no lo permite, ya que con una cálida actitud le responde
-Oh, cierto, cuanto lo siento, a veces olvido ese tipo de detalles, soy el doctor Harrison – ese nombre... conozco ese nombre, estuvo guardado en las tinieblas de mi memoria, no puede ser posible, esto no está pasando, no puede ser él, no de nuevo ¡Tom! ¡No lo hagas! ¡No permitas que me quede con él! ¡¿Alguien puede oírme?! ¡Aquí estoy! ¡Sigo viva! ¡¿Escucharon bien?! ¡Sigo viva!
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Elizabeth I: El chico en la ciudad
FantasyLa noche que Elizabeth se fue a dormir jamás imaginó que terminaría adentrándose en la enigmática Garadot, una ciudad donde el sueño se convierte en realidad, y los peligros pondrán a prueba su vida. Ahora en su búsqueda por volver a su mundo Elizab...